En el año 2014 los estudiantes de una materia optativa relacionada con arte, decidieron poner por escrito todo aquello que hasta entonces lo tenían clandestinamente retenido en la garganta. Como profesor de dicha optativa, sólo podía tratar de motivar a los mismos a registrar y canalizar eso que llevaban dentro. Por qué no hacerlo nos preguntamos… y así surgió la primera edición de la revista ¿Por qué no? Los textos empezaron a balbucear sus reclamos, quejas y opiniones que ahora dejaban su huella impregnada en el papel.
En la optativa estudiábamos las vanguardias artísticas de principios de siglo XX y de esta manera dibujos cubistas, futuristas, surrealistas y otros, desarrollados por los estudiantes, acompañaron sus textos; la relación con la asignatura estaba “justificada” y mi trabajo se limitó simplemente a corregir las faltas ortográficas, seleccionando los textos sin juzgar su contenido, intentando incluir la mayor diversidad de voces, restringiendo, tan sólo, aquellos textos indescifrables para el humilde entendimiento de un docente. La Facultad de Comunicación Social nos ayudó a sacar el primer tiraje de la revista para ser distribuida gratuitamente y cuatro números más pudieron imprimirse durante el período académico.
El relativo éxito de esta experiencia iniciada por los estudiantes me llevó a incluir la revista en el pensum de la asignatura. Fue así como, en el siguiente período académico y con nuevos estudiantes, apareció El Extranjero, nombre inspirado en aquella novela existencialista de Albert Camus (ahora estudiábamos el arte de la segunda parte del siglo XX). El Extranjero, dejando de lado cualquier pretensión académica, continuó con el tinte “amarillista” que caracterizó a su predecesora, de ahí que la frase El Extranjero empieza sugerentemente como “El Extra”, nombre de un reconocido periódico amarillista de nuestro país. Pero quizá la más acertada significación que pueda darse a este nombre, esté dado por el hecho que, en los estudiantes, existe una evidente sensación de extrañeza con respecto a la FAU que los hace sentirse extranjeros en su propia casa.
Ese fue el inicio de la revista, desde entonces algunos números han aparecido y desde entonces siguen abiertas las páginas para que cualquier persona exprese su sentir sobre la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Central.
Kléver Vásquez
FAU-NO editores 