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Marco Salazar Valle

Aprendiendo de Blogs

¿Cómo llegaron una escalera diseñada por Bramante, el portal de un teatro romano y la torre Eiffel a Quito? La Arquitectura evoluciona copiando. La arquitectura se imita a si misma. Los tratados renacentistas de arquitectura de hecho fueron concebidos para ser reproducidos, para ser copiados y así diseminarse entre una audiencia mayor. A diferencia de otros libros, la reproducción de imágenes en documentos de arquitectura no tiene un fin solamente ilustrativo, sino también pedagógico e instructivo. Las librerías CAD online tal vez hayan reemplazado el rol que cumplieron los tratados renacentistas a partir del siglo XV, debido a que ambos permiten la reproducción de documentación técnica a partir de gráficos. Esto no solamente ha cambiado la manera en que la arquitectura se representa y se aprende, sino que además,  los blogs y librerías CAD podrían ser un factor determinante en la producción del paisaje de la ciudad contemporánea­­, tal y cómo lo hicieran los primeros tratados arquitectónicos en el renacimiento, según afirma Mario Carpo en “La Arquitectura en la Era de la Imprenta”. Si los tratados ilustrados fueron, por ejemplo, una herramienta para la producción espacial durante la contrarreforma católica; los blogs, correspondientemente, podrían ser el instrumento perfecto de la ideología del capitalismo global, en dónde la arquitectura se promueve como una mercancía más, como un objeto de deseo.[i]

Son incontables los ejemplos de elementos que ratifican la capacidad diseminadora de los tratados renacentistas en la ciudad de Quito. El centro histórico ostenta una gran cantidad de copias de elementos arquitectónicos grecorromanos, seguramente devenidos de imágenes encontradas en tratados de la era renacentista. Particularmente, se puede comprobar la presencia del tratado “I Sette libri dell’architettura”, de Sebastiano Serlio, por ejemplo, en la escalera del pretil de la Iglesia de San Francisco en Quito, en dónde se ha construido exactamente la misma escalera diseñada por Bramante para el Vaticano que reproduce Serlio en su Libro Tercero. También el portal de la capilla San Juan de Letrán es una casi exacta reconstrucción del portal dórico del teatro romano de Ferento, según lo reproduce Serlio en el mismo libro. 

Un documento que permite la reproducción de formas lejos de su modelo original, se convierte en un instrumento de poder para quien impone estas formas sobre una cultura completamente extraña, colonizada. Con las placas reproducidas en papel gracias a la creación de la imprenta, las ideas y las formas arquitectónicas europeas pudieron llegar con la empresa colonial sin sufrir alteraciones. Sin embargo, las diferencias entre el dibujo y el objeto construido se dan por quien interpretaba el dibujo, que en su intento por reproducir tridimensionalmente una imagen, podía sincretizar la información en este proceso manual: pudiendo alterarla conscientemente o malinterpretarla. En este proceso, la reconstrucción de la imagen en piedra deja de depender del modelo plasmado en el papel, para convertirse en una invención auténtica en si misma, apropiándose del lenguaje extraño—como en cualquier proceso de mestizaje cultural.

La digitalización y los nuevos medios de esparcimiento del conocimiento arquitectónico pueden compararse a la mediación de la imprenta en la producción arquitectónica del renacimiento; excepto por la falta de rigor actual. Quien producía libros en el renacimiento debía poseer un conocimiento vasto acerca del tema a publicarse—además de embarcarse en un complejo proceso de elaboración de la publicación. En cambio, hoy en día, cualquier persona publica cualquier contenido en internet. Esto convierte a los medios digitales en un instrumento didáctico y de acceso universal por un lado, y por otro lado, en un medio ideal para la proliferación de contenido sin valor intelectual. 

Paralelamente al fenómeno de divulgación de referencias virtuales para arquitectos, la ciudad se ha convertido en un collage de elementos sin ninguna relación entre si, en dónde parece cobrar vida—a escala metropolitana—la imagen “Fantasmagórica” descrita por Walter Benjamin en su Proyecto de los Pasajes de París—o la mercancía que se reproduce seductora e infinitamente siempre nueva. En este contexto, ¿la información de blogs arquitectónicos adquiere relevancia? En este collage lleno de elementos extraños, sin correspondencia formal, se puede especular la influencia de las nuevas formas de difusión del conocimiento arquitectónico. Lo único común entre las diversas expresiones formales del paisaje construido contemporáneo, entendiendo a la forma como una imagen dialéctica, es su contraste, su diferencia. 

Al ingresar en cualquier librería CAD gratuita o pagada de internet, uno se encuentra con un entorno similar al de la ciudad contemporánea. Los archivos—generalmente representados por imágenes vectoriales sobre fondos negros típicos de AutoCAD—son catalogados en grandes grupos, tales como “Piscinas y Natatorios”, “Equipamiento Urbano”, “Escaleras”, o “Proyectos”, y estos a su vez se dividen en subcategorías como “Accesorios”, “Equipamientos de Parque” o “Vivienda multifamiliar-condominios”. A pesar de definir categorías arbitrarias, los archivos no presentan ninguna coherencia formal dentro de la propia categoría. Es así que se puede encontrar en BiblioCAD (fundada en 1999), por ejemplo, a la Torre Eiffel dentro de la categoría “Obras Famosas” junto a proyectos de Louis Kahn, Lina Bo Bardi o un Zigurat Babilónico. El shock que debería producirse por la mescolanza insulsa de contenido disímil, se ve aplacado por la misma diferencia constante. 

Así como el internauta alienado no notará la incoherencia entre distintas referencias aglutinadas en una misma categoría, un transeúnte distraído no se verá perturbado ante la presencia de la figura de la Torre Eiffel en la esquina de las calles Dávalos y Páez en el sector de La Mariscal en Quito. La Torre Eiffel se superpone, en una operación surreal, sobre el edificio de oficinas Eiffel Center(2014). Muy probablemente, el modelo para la construcción de esta figura superpuesta de la Torre Eiffel fue un archivo CAD descargado de una biblioteca de archivos digitales de arquitectura.

Más allá de emitir juicios de valor por el ‘mal gusto’ de la arquitectura ordinaria, la academia debe enfrentar los procesos a través de los cuales se disemina el conocimiento arquitectónico. En este caso cabe preguntarse, ¿cuál es el rol de la representación arquitectónica? Más allá del dibujo técnico o artístico como parte de la concepción del proyecto arquitectónico, ¿cómo se utilizan las referencias disponibles en medios digitales para la ideación de proyectos de arquitectura? Tal vez, la manera de evidenciar y superar la falta de rigor en el manejo del conocimiento arquitectónico sea indagando en las formas más ordinarias de representación, aprendiendo de estas ‘malas prácticas’, tal y cómo por ejemplo Denisse Scott Brown, Robert Venturi y Steven Izenour—junto a un grupo de alumnos de la universidad de Yale, aprendieron de la ‘mala arquitectura’ de Las Vegas, convirtiendo al problema del simbolismo comercial de la ciudad dispersa—considerada indigna de las preocupaciones académicas norteamericanas de finales de los 60’s— en una posibilidad de teorización disciplinar.


[i]Para entender como funciona la lógica de mercancías en la ideología del capitalismo global contemporáneo, Slavoj Žižek explica en la película “The Pervert’s Guide to Ideology”, el ejemplo de una Coca-Cola—un símbolo de la globalidad de las mercancías—que cuando se calienta deja de ser la ‘autentica’ Coca-Cola. Dicho de otra forma, las mercancías, cuando pierden lo que las convierte en objetos de deseo, pasan de una dimensión sublime a otra excremental, con relativa facilidad.

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Andrea Salazar Veloz

Dibujo y proceso

“Cualquiera puede dibujar, incluso aunque se vea incapaz de ello”.

John Ruskin

Al observar ciertas pinturas de artistas de renombre como “Personaje delante del sol” de Joan Miró (Imagen 1) o “Cabeza de hombre 6” de Pablo Picasso (Imagen 2), nos es común escuchar la frase: “un niño de 3 años hace un dibujo mejor que ese”, al atender a tal aseveración la interrogante que viene a la mente es: ¿por qué se hace alusión a los niños y no a los adultos cuando se habla de dibujar?, tal vez, esto tiene que ver con determinados prejuicios que algunos adultos tienen hacia el dibujo, relacionando tal actividad directa y exclusivamente con la infancia.

Todos hemos sido niños y hemos dibujado, sin embargo, al llegar a la adolescencia y edad adulta, nuestra escala de valores “estéticos” cambió, los procesos racionales, la obsesiva especialización, tecnificación y tecnología empezaron a inundar e invalidar los dibujos que realizamos, es así como de a poco, abandonamos el ímpetu y seguridad con el que hacíamos nuestros primeros trazos.  Dejamos de reconocer al dibujo como el lenguaje que nos permite poner en evidencia las primeras formas de pensamiento, que traduce lo que tenemos en la mente sobre el papel y viabiliza que podamos comunicarnos con nosotros mismo y con los otros (Imagen 3). Por otra parte, también hemos relacionado al dibujo con una disciplina artística que posee normas establecidas que nos son «inalcanzables». Son estas consideraciones las que han hecho que dejemos de lado la praxis del dibujo en nuestro día a día. 

Pero, ¿es importante dibujar? y sobre todo, ¿es importante el dibujo para el arquitecto?

En primer lugar, se debe mencionar que el dibujo es necesario para todas las personas, fundamentalmente para los arquitectos, ya que a través del dibujo nos es posible captar, ordenar y transformar el mundo, para convertirlo en nuestro mundo, sea este real o imaginario, sólo así logramos acceder a él y comprenderlo. A través del dibujo, organizamos y expresamos nuestros pensamientos y percepciones visuales (Ching, 2012).

Henry Moore menciona que “el dibujo es un medio de indagación sobre las cosas y una vía de experimentación”, esto es, el dibujo como instrumento analítico y de conceptualización que nos permite especular en el sentido de entender, meditar y reflexionar a detalle. Los dibujos se constituyen como signos observables y reales que nos permiten exteriorizar nuestros pensamientos e ideas, son por tanto, la evidencia y materialización del continuo cambio de la mente al marcar hitos en la evolución y flujo del pensamiento (Imagen 4).

Para el arquitecto, además de ser un instrumento de representación, el dibujo nos permite aprender, comprender, comunicar, convertir, predecir y proyectar. El proyectista puede emplear otros instrumentos para transmitir sus ideas; pero ninguno podrá sustituir al dibujo, dibujamos para captar y hacer visibles conceptos que no existen salvo en nuestra mente. Cuando se concibe lo que todavía no existe, la mano que crea imágenes sigue siendo insustituible (Sainz, 1990).

El dibujo no es únicamente una forma de expresión técnica o artística, es además una herramienta práctica con la que formular y abordar problemas de diseño, dado que dirige el desarrollo de una idea desde la etapa conceptual hasta la de propuesta de una realidad materializada (Ching, 2012). Al dibujar desarrollamos y comprendemos conceptos espaciales, además de la capacidad crítica de pensar y visualizar en tres dimensiones (Imagen 5). El gesto de dibujar está cargado de historia, de inconsciente memoria, de incalculable y anónima sabiduría (Siza, 2014).

PROCESO DEL DIBUJO 

Dibujar es un proceso cognoscitivo, lento y personal en el que interactúan: visión, imaginación y representación de las imágenes.

VISIÓN

Se mira para buscar ideas. (Siza, 2014).

La visión es un proceso dinámico y a la vez creativo que nos posibilita entrar en contacto, percibir y aprehender las imágenes que forman parte tanto del mundo exterior como de nuestro imaginario. Somos capaces de producir imágenes a partir de la experiencia más elemental, complementándola con la información gráfica almacenada en la mente. 

Cuando miramos algo, lo que en realidad vemos es una sucesión rápida de imágenes retinianas (presentes, pasadas o futuras) interconectadas. La percepción visual está dirigida por nociones preconcebidas de lo que esperamos o conocemos de la realidad que nos rodea, sin embargo, se debe indicar que la visión es además creación mental que produce pensamiento cuando la imagen percibida es sometida a un proceso reflexivo. 

El dibujo de observación ha sido uno de los métodos clásicos que ha posibilitado el aprendizaje de determinadas disciplinas, siendo la arquitectura una de ellas. Aprendemos de las obras de los maestros de la arquitectura, pero para obtener conocimiento de estas,  es necesario aprender a ver, tener una mirada atenta que extraiga de lo que se ve la mayor cantidad de información en forma de imágenes que se almacenan en la memoria (Imagen 6).

IMAGINACIÓN 

Al imaginar se recorren los pasillos de la memoria (Ching, 2012).

El dibujo no se reduce a una mera habilidad manual, sino que comprende el pensamiento visual que estimula la imaginación. Imaginar es formar una imagen mental de algo que no está presente ante nuestros sentidos. La mente, en su activa búsqueda de estructura y significado, procesa, transforma y clasifica la información que recibe el ojo y nos presenta imágenes de una realidad interior. No obstante, se ha de mencionar que las imágenes también pueden surgir espontáneamente en respuesta a una percepción sensorial derivada de los otros sentidos. 

El término imaginación hace referencia a la capacidad de reproducir imágenes acumuladas en la memoria bajo la sugestión de imágenes asociadas y de combinar experiencias pasadas para crear imágenes nuevas que ayuden a visualizar posibilidades, resolver problemas, proyectar el futuro y reflexionar sobre las consecuencias de determinadas decisiones. 

La imaginación nos permite tener un sentido de la historia y planificar el futuro, es así como somos capaces de establecer vínculos entre pasado, presente y futuro (Imagen 7).

REPRESENTACIÓN 

Finalmente, las imágenes tomadas tanto de la visión como de la imaginación son representadas gráficamente sobre un medio físico, en un proceso que requiere la interacción de ojo, mente y mano.  

Para crear un mundo de imágenes físicas, la actividad del dibujo no puede separarse ni de la visión, ni de la reflexión, y al reflexionar acerca de lo que estamos dibujando, hacemos que esa imagen tenga un mensaje que dar, un discurso a ser develado por alguien más, por tanto el mensaje debe ser claro y dar paso a que el espectador reflexione acerca del contenido que se presenta. 

En los últimos años se han desarrollando técnicas informáticas que han viabilizado la representación arquitectónica en ordenador, sin embargo, esto no ha de significar que el dibujo a mano pase a segundo plano y menos aún que se lo considere innecesario, ambas son herramientas que permiten imaginar y comunicar las distintas fases del proyecto. Es importante reconocer las oportunidades, desafíos y limitaciones que nos ofrecen tanto la representación gráfica a mano como la representación digital, sin descuidar en ambos casos el rigor que debe estar presente en el acto de dibujar. 

Dibujar, al igual que cualquier otra actividad requiere de una práctica constante en la que no se puede dejar de lado la visión, la imaginación y la representación. Es menester de los arquitectos y aún más de los estudiantes de arquitectura el irse adiestrando en este tipo de lenguaje. Es por esto que, les invito a que no dibujen únicamente por exigencia de la arquitectura, dibujen por placer, necesidad e incluso vicio, tal y como lo hacen los niños.


Bibliografía

Ching, F. (2012). Dibujo y proyecto. Barcelona: Gustavo Gili.

Siza, A. (2014). Alvaro Siza Textos. Madrid: Abada Editores.

Sainz, J. (1990). El dibujo en arquitectura: Teoría e história de un lenguaje gráfico. Madrid: Nerea.

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Diego Hurtado Vásquez

Densificar la ciudad ¡SÍ! Pero con reglas claras

    Quito- MAYO 2018

Imagen1: Edificaciones en altura en la zona centro norte de Quito, fotografía tomada del Google Earth

Resumen

Lo ideal es vivir cerca de donde se trabaja o estudia y de los lugares en donde se realizan las actividades cotidianas; poder comprar, divertirse, realizar trámites a distancias caminables; tener opciones para el desarrollo de actividades culturales, deportivas y sociales en las cercanías. 

En el caso de la ciudad de Quito, la mayoría de actividades están concentradas en la zona centro norte de la ciudad, siendo en mayor cantidad en las zonas de Iñaquito, La Pradera, La Carolina, La Mariscal, Santa Clara, el sector de las universidades hacia el lado de La Floresta y la Ciudadela Universitaria (Universidad Central).   El gran problema es que esta parte de la ciudad tiene poca población fija, la densidad poblacional fija es de apenas 75 hab/ha (Secretaría de Territorio DMQ, 2010) (Imagen 5), lo que se ve reflejado en que la mitad de los viajes motorizados son a estos sitios (Empresa Municipal de Movilidad y Obras Públicas, 2009)( Imágenes 2 y 3).    

Ante esto surge la necesidad de aumentar la población en estos barrios que además cuentan con muchos lotes vacíos y subutilizados, por lo tanto, se debería aprovechar estos terrenos y entrar en un proceso de densificación del hipercentro, acercando de esta forma a un gran número de personas a vivir cerca de donde trabajan, estudian o realizan sus actividades cotidianas, contribuyendo a reducir viajes motorizados y evitar que la ciudad se siga expandiendo (Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda, 2011)(Imagen 4). 

En este artículo se podrá vislumbrar claramente que, siguiendo algunas recomendaciones, producto de investigaciones realizadas en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central del Ecuador (FAU-UCE), se podría lograr que   una gran población viva cerca de los sitios en donde actualmente se concentran la mayor cantidad de actividades, a precios asequibles y además con una propuesta ambiental, social y económicamente sostenible. 

Imagen 2: Viajes en transporte privado al hipercentro de Quito. Fuente: (Empresa Municipal de Movilidad y Obras Públicas, 2009)
Imagen 3: Viajes en transporte público al hipercentro de Quito. Fuente: (Empresa Municipal de Movilidad y Obras Públicas, 2009)
Imagen 4: Crecimiento expansivo de Quito en el DMQ, en el gráfico no consta la expansión hacia el cantón Rumiñahui (San Rafael, Sangolquí) y hacia al cantón Mejía (Cutuglagua). Fuente: (Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda, 2011).
  1. Densificar para generar economía y sin afectar al entorno

Algunos autores hablan de densidades de por lo menos 200 habitantes por hectáreas en áreas urbanas, para que posibiliten una sostenibilidad económica, ambiental y social (Alexander, 1980) (Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, 2008)(ITDP, Institute for Transportation and Development Policy, 2017). Esto se debe a que una buena concentración de población en poco territorio permite el desarrollo de economía local, la provisión de equipamientos administrativos, culturales, de salud y educativos a escala barrial, el florecimiento de múltiples emprendimientos que favorezcan la   diversidad de actividades en ámbitos locales, el impulso a actividades productivas, en definitiva, se puede lograr con mayor facilidad el surgimiento de pequeñas centralidades, a distancias caminables y con ello depender en menor grado de transporte motorizado.   

Imagen 5: mapa de densificación de la meseta de Quito por manzana en habitantes por hectárea, se puede apreciar el desequilibrio entre los sitios en donde se concentran las actividades (imágenes 2 y 3)  y cómo está distribuida la población en el territorio.

La ciudad de Quito en su área urbana conocida también como la meseta de Quito, según los datos del censo del 2010 (INEC), llega apenas a una densidad de alrededor de 90 habitantes por hectárea (imagen 5).  Eso quiere decir que, con solo ponernos una meta de llegar a los 200 habitantes por hectárea, se podría tranquilamente más que duplicar la población actual sin necesidad de expandir la ciudad hacia la periferia norte- sur y los valles orientales. 

Una mayor densidad poblacional no necesariamente implica edificaciones en altura.  Por ejemplo, en Solanda al sur de la ciudad, con solo 3 y 4 pisos, se ha logrado una densidad bruta[1]de alrededor de 400 hab/ha (Secretaría de Territorio Hábitat y Vivienda, 2014)y una densidad neta que sobrepasa los 700 hab/ha (imagen 5)[2], siendo una de las más altas de la ciudad; en cambio en la zona centro norte, en donde existen la mayor cantidad de edificaciones en altura, la densidad es muy baja. 

Se puede aumentar la densidad poblacional edificando en altura o con altas ocupaciones de suelo, siendo que, para lograr espacios habitables con buena luz natural y sol, a mayor altura se debería tener una menor ocupación de suelo y a menor altura en cambio se podría lograr una mayor ocupación de suelo. Sin embargo, lograr densidades sobre los 500 habitantes por hectárea, se conseguiría más fácilmente incrementando el número de pisos. 

1.1 Densificar, pero además con vivienda de bajo costo

Una de las posibles limitaciones que se tiene en el hipercentro de Quito para lograr una masiva densificación y en especial con una oferta asequible para la mayoría de estratos sociales, sería el alto costo del terreno, justamente, por tratarse del sector urbano que concentra la mayor cantidad de actividades, hace que los precios sean altos (ver imagen 17).    

Una de las formas de abaratar los costos, es dividir el valor del terreno para la mayor cantidad de unidades de vivienda, de esa manera, el costo se prorratea en más metros cuadrados vendibles, lo que baja su incidencia en el precio final de la unidad de vivienda.  Esto implica necesariamente que, para poder tener vivienda asequible para varios estratos sociales en lugares con alto costo del terreno, se debería necesariamente densificar en altura.  Por lo tanto, al menos en sectores alrededor de La Carolina, Iñaquito, La Pradera y La Mariscal sería recomendable edificar en altura.  

Sin embargo, no existe claridad sobre cómo sería esa densificación, y, si se mantiene la zonificación y normativa actual (PUOS, Ordenanza 172) (Concejo Metropolitano de Quito, 2015)en su mayoría con retiros laterales y posteriores de 3m, se podría tener como resultado edificios profundos de gran altura que dificultarían lograr espacios interiores bien iluminados y asoleados, afectando además a los bloques aledaños, generando espacios sombríos (ver imágenes 1, 6 y 9).  Justamente, esta es una de las razones por la que en los últimos días ha surgido cierta controversia con un proyecto en la Av. De los Shyris que, aplicando un instrumento de eco-eficiencia, ha incrementado la altura de la zona de 16 a 32 pisos (ver imagen 6). 

Imagen6: fotografía de un proyecto  que aplicando una normativa de incremento de edificabilidad, que se otorga al constructor  por cumplir ciertos parámetros de  eco-eficiencia,  podría llegar a desarrollar el doble de la zonificación vigente en la zona  y pasar de 16 a 32 pisos. Fotografía tomada de la página web http://www.usconstructores.com/iqon/

1.2 El reto es ¿cómo densificar el hipercentro de Quito con vivienda asequible e iluminada naturalmente y que además no afecte la luz natural de los vecinos? 

Estudios que se están realizando en la FAU-UCE dan soluciones muy factibles de aplicar. 

Estos estudios son los siguientes: 

  • Un primer estudio realizado en el barrio La Mariscal, sobre cómo inciden los requisitos de estacionamientos y áreas comunales mínimas, exigidos por la actual normativa (Ordenanza 172 Reglas Técnicas de Arquitectura y Urbanismo), en el costo final de la construcción. 
  • Un segundo estudio sobre la relación entre alturas de edificación y la distancia entre los bloques edificados, y fondos máximos que deben tener las edificaciones para tener umbrales de luminosidad, que permitan el desarrollo de actividades de larga estancia sin necesidad de luz artificial. 
  • Un tercer estudio sobre formas eficientes de ocupación de suelo y alturas necesarias para lograr altas densidades, garantizando luz natural en las habitaciones de estancia prolongada, y costos menores por unidad de vivienda.  
  1. 3 Eliminando el requisito de estacionamientos mínimos y áreas comunales se pude bajar los costos lo suficiente para tener vivienda asequible

Una primera investigación realizada en el barrio La Mariscal de la ciudad de Quito (Hurtado, 2017), se determinó que, si se elimina el requisito de estacionamientos mínimos y áreas recreativas comunales por unidad de vivienda, se puede abaratar los costos de construcción entre un 21% hasta un 51%, dependiendo esta variación del tamaño del terreno y el tamaño de los departamentos.  En terrenos de mayor tamaño y con departamentos grandes la incidencia en el costo resultó menor, que en terrenos de menor tamaño y en unidades habitacionales pequeñas.  

Además, se llegó a la conclusión de que, para el caso de La Mariscal, por la exigencia de parqueaderos mínimos por unidad de vivienda, no sería factible edificar para uso residencial en un 28,7% de los predios del barrio si el proyecto requería menos de 50 estacionamientos y en un 78% si requería más de 50 estacionamientos, dificultando aún más una posible densificación del barrio.  Se puede leer dos artículos producto de esta investigación en los siguientes enlaces:

En cambio, al eliminar el requisito de estacionamientos y de áreas recreativas y comunales, se podría construir en similares condiciones en todos los predios del barrio, unidades de diferentes tamaños, al alcance del bolsillo de mayores segmentos poblacionales, consiguiendo fácilmente densificar cualquier zona de la ciudad.  El costo solo variaría por el precio del terreno. 

Varios estudios concluyen que el requisito de estacionamientos facilita y por lo tanto fomenta el uso del automóvil y que una forma de desincentivar su uso es reduciendo el número de espacios destinados para parqueaderos. También concluyen que, si se tiene buenos sistemas de transporte público a distancias caminables, buenas densidades de población y mixticidad de usos, la necesidad de usar el automóvil es menor y por lo tanto se debería eliminar el requisito de estacionamientos en los sectores en donde se dan estas condiciones, y crear estas condiciones en donde no existan (ITDP, Institute for Transportation and Development Policy, 2017). El sector de estudio cumple con estos requerimientos, pero le falta densidad poblacional fija, por lo que este estudio apunta a aumentarla considerablemente.  

Además, existe una gran oferta de parqueaderos en varios edificios de oficinas y de centros comerciales de la zona, que son utilizados durante el día, pero que quedan vacíos en la noche. Estos estacionamientos podrían tener un uso más intensivo, permitiendo el estacionamiento de residentes por las noches, por el pago de un arriendo.

1.4 Parámetros de diseño para conseguir condiciones adecuadas de luz natural en espacios de estancia prolongada. 

Una segunda investigación respondió a la siguiente pregunta ¿cuál sería la máxima profundidad que podría tener una habitación que permita captar luz natural de tal manera de no necesitar de luz artificial durante el día para poder realizar las actividades?  

Y la respuesta fue de un máximo de 8 metros (Monroy, 2006), dividido de la siguiente forma: 4,5 metros de un umbral de mayor luminosidad (Alexander, 1980), en donde se puede realizar trabajos de precisión: cocinar, trabajos de taller, escritorio y lectura; un segundo umbral de 2 metros, en donde se puede realizar actividades de larga estancia como descansar, conversar, ver televisión, y un tercer umbral de 1,5 metros, para actividades de corta estancia en donde se puede ubicar pasillos de  circulación, baños, closets y bodegas.

Se concluye que, para garantizar captación de luz natural solamente por una fachada, el fondo máximo del espacio a iluminar no debería ser mayor a 8 metros. Por lo tanto, el fondo máximo de un bloque iluminado por las fachadas frontal y posterior, no debería ser mayor a   16 metros, mejor si es menor (ver imagen 7). 

Lógicamente que estas habitaciones deben tener ventanas suficientes y en relación a la profundidad de la misma, en donde capten luz natural.  Pero además de la profundidad máxima, fue necesario analizar cuál sería la máxima altura que podría tener una edificación sin obstruir mayormente la luz natural de las edificaciones colindantes y se encontró que esta no debería pasar de dos veces la distancia entre bloques (Rueda, 2014)(Monroy, 2006).  Así, si la distancia entre bloques es de 15 metros, la altura máxima de la edificación sería 30 metros, lo que equivale a un máximo de 10 plantas (ver imagen 8).  

Imagen7: umbrales de iluminación y distribución de los espacios según estos umbrales. 

La distancia entre los bloques edificados, en las fachadas frontales, viene a ser el ancho de la calle más los retiros frontales; en el caso de las fachadas posteriores, viene a ser la suma de los retiros posteriores entre los lotes colindantes.   Si la altura es mayor a dos veces la distancia entre bloques, la iluminación natural se complica demasiado  y se depende en mayor grado de luz artificial (Monroy, 2006)(Rueda, 2014)(imagen 9).

Imagen8: la altura máxima que puede tener una edificación es el doble de la altura de la distancia entre bloquesH≤2X

2. La zonificación aislada no es la adecuada para densificar y generar espacios de estancia con luz natural en la mayoría de lotes existentes de la ciudad de Quito

Imagen9: Collage con fotografías tomadas desde el Street View del Google Earth, en donde puede apreciar bloques de edificaciones de 12 pisos, separados entre sí 6 metros, producto de la actual zonificación (A 25) en el sector de estudio. En su mayoría con frente angosto y lados profundos, por lo que las condiciones para captar luz natural por los lados, probablemente es muy limitada. Se puede apreciar en algunas imágenes la sombra que proyecta el edificio colindante sobre la fachada lateral.

 

Una tercera investigación realizada en el sector de Iñaquito de la ciudad de Quito aún en proceso, pero ya con suficientes datos concluyentes, ha encontrado que la zonificación vigente en esta zona de la ciudad no es la más adecuada para conseguir una alta densificación, manteniendo buenas condiciones de luminosidad natural en las habitaciones de estancia prolongada.

El estudio realizó un ejercicio aplicando al máximo lo que permite edificar la zonificación actual (ver imagen 11), en la mayoría de los casos con retiro frontal de 5 metros, retiros laterales y posterior de 3 metros que corresponde al tipo A (aislada) y la comparó con una nueva propuesta de zonificación, basada en los estudios anteriores y que se resume en tres reglas a seguir:  

  1. formas de ocupación de suelo continua sobre línea de fábrica, sin retiros laterales ni frontal, solo con retiro posterior mínimo de 3m, (zonificación D)
  2. bloques que tengan máximo 16 metros de profundidad 
  3. altura en una relación máxima del doble del espacio entre bloques 

Las reglas 2 y 3 salen del estudio anterior de umbrales de luminosidad, profundidad máxima de las habitaciones y altura máxima en relación a la distancia entre bloques y son las que, al aplicarlas, permitirían mejores condiciones de luz natural en los espacios de estancia prolongada, inclusive cumpliendo la regla 1 -sin retiros laterales-  por lo tanto, captando luz solo por el frente y por la fachada posterior. 

El polígono analizado comprendió el sector de Iñaquito hacia el lado occidental del Parque La Carolina, ampliado a la zona alrededor de la plataforma gubernamental y parte de Rumipamba, con un total de 1900 lotes, de los cuales se escogió una muestra de 77 lotes para analizar, buscando que estos sean de diversidad de formas, tamaños y diferente zonificación (imagen 10).

Imagen10: polígono de estudio y ubicación de los lotes que fueron analizados como muestra para hacer la comparación

El análisis se hizo por lotes individuales, para partir de un escenario lo más real posible y que se podría desarrollar fácilmente, de tal manera que el propietario del lote, por más pequeño que sea, pueda emprender individualmente con algún pequeño constructor, un proyecto de vivienda en la zona.   

No se parte de un supuesto de lograr una reconfiguración parcelaria mediante la unificación de lotes de distintos dueños, que está condicionado a que varios propietarios se pongan de acuerdo y se asocien, o que algún gran capital inmobiliario haga una oferta tentadora y consiga comprar  varios lotes, lo  que favorecería solo a grandes capitales,  limitando y encareciendo la oferta y  reduciendo el mercado a una élite que pueda pagarlo, que es lo que sucede en la actualidad y lo que hipotéticamente no permitiría que se facilite el desarrollo alrededor del Parque Bicentenario. 

Imagen11: zonificación correspondiente al polígono de estudio

2.1 El ancho de la calle y el tamaño, forma y ubicación del lote determinan las alturas y forma de las edificaciones. 

Al seguir las nuevas reglas del juego: sin retiro frontal ni laterales, único retiro posterior y mínimo de 3m, fondo máximo de bloque de 16m, altura máxima equivalente al doble de la distancia entre edificios o bloques (H≤2X en donde H= altura de la edificación. X= distancia entre los bloques), se obtiene como resultado una diversidad de alturas y formas, fruto de estas relaciones espaciales. 

Los 16 metros de profundidad máxima, a la vez permite ir variando la altura, según como las distancias hacia los otros bloques colindantes aumenten o disminuyan.   Para un cálculo rápido de esta variación en la altura de la edificación, el estudio optó por utilizar retranqueos de 3 metros para variar dos pisos, retranqueos de 5 metros para variar tres pisos, y retranqueos de 1,5 metros para variar un piso. Al mantener la relación de que la altura es el doble de la distancia entre bloques, al retirarse 3 metros se puede incrementar 6 metros o dos pisos, al separarse 5 metros se puede incrementar 10 metros o 3 pisos, y al retranquearse 1,5 o 2 metros se puede incrementar 3 metros o 1 piso, dando como resultado una serie de terrazas en los pisos altos (imágenes 12, 13, 14, 15, 16, 18, 19, 20, 21, 23 y 24).

Imagen12:ejemplo realizado por el estudiante Jair Quilachamín en un terreno de tres frentes, alargado y angosto, siendo que un frente da a una vía ancha y los otros dos a vías más angostas. 
Imagen 13: ejemplo de aplicación en donde se puede apreciar cómo las alturas van variando en relación a la distancia entre las edificaciones,  en función del ancho de la calle y el tamaño del terreno. Se puede notar que, en la calle de 24 metros de ancho, el bloque hacia la izquierda tiene 48m o 16 pisos que equivale al doble, pero el bloque a la derecha tiene 15 pisos (45m) un piso menos, esto se debe a que el terreno en donde está implantado tiene apenas 24 metros de profundidad, restando 8m en  su parte posterior, que sumados a los 3m de retiro obligatorio del colindante suma 11m, que alcanza para 7 pisos (21m), y que al ir subiendo hacia la calle, no alcanza a los 16 pisos quedando con un piso menos.

  2.2 La zonificación propuesta obtiene resultados más eficientes

Los resultados del estudio fueron los siguientes: 

  • Debido a que la mayoría de lotes son rectangulares con mayor profundidad que frente, al aplicar la zonificación actual, las edificaciones serían profundas, captando luz y sol en mayor superficie por las fachadas laterales. Al permitírseles alturas en la mayoría de los casos sobre los 6 pisos y hasta 16 pisos (ver imágenes 1, 9, 11 y 14) y al estar tan solo separados entre bloques 6 metros (tres metros de retiro lateral de cada lado), la gran mayoría de edificaciones tendrían problemas de luz natural en la mayoría de sus plantas, siendo que tan solo las últimas 4 plantas tendrían mejores condiciones de luz.  
  • En cambio, con la zonificación propuesta, ocupando todo el frente del terreno, con bloques de profundidad máxima de 16m y una máxima altura equivalente al doble de la distancia entre edificaciones, se tendría garantizado mejores condiciones de captar luz natural y sol en las habitaciones de estancia prolongada. 
  • Aplicando la zonificación actual en la muestra seleccionada, se podría llegar a tener una superficie construida máxima  de 421.724 m2  de los cuales se podría destinar un 80% para uso habitacional y un 20% para otros usos, lo  que permitiría albergar a una población probable de 14.000 habitantes, con una densidad neta de 1631 habitantes por hectárea y una densidad bruta de 1200 habitantes por hectárea (ver tabla 1), que haciendo una proyección a toda la superficie del polígono de estudio (los 1900 lotes de 111 manzanas), se podría lograr poblar el polígono analizado con alrededor de 265.000 habitantes, una población similar a la de Santo Domingo de los Tsáchilas, viviendo a distancias caminables, pero con graves problemas de luz natural y asoleamiento en muchas de sus plantas. 
  • En cambio, al aplicar la zonificación propuesta en la muestra seleccionada, se podría construir hasta 552.391 m2 de los cuales se podría destinar un 80% para uso habitacional y un 20% para otros usos, que permitiría albergar a una población probable de 18.400 habitantes, con una densidad neta de 2137 habitantes por hectárea y una densidad bruta de 1500 habitantes por hectárea (ver tabla 1), que haciendo una proyección a los 1900 lotes de las 111 manzanas del área de estudio, se lograría poblar el polígono analizado con alrededor de 345.000 habitantes, una población similar a la de Cuenca viviendo a distancias caminables y garantizando luz natural y sol en las habitaciones de estancia prolongada.  
  • Otro resultado de la investigación fue que, en la muestra seleccionada, aplicando la zonificación actual se llegó a  un coeficiente de ocupación de suelo (COS PB) de 54%, mientras que en la zonificación propuesta se llegó a un COS PB del 56% un poco mayor pero muy similar a la actual (ver tabla 2), pero con la diferencia que en la zonificación actual, aparte de los  5 metros de retiro frontal que podría y debería integrarse a la acera, la mayor parte corresponde a  los  retiros laterales y posterior de 3 metros, que debido a las grandes alturas, terminarían siendo espacios sombríos, de muy mala calidad espacial, difícil de aprovechar para otros usos. 
  • En cambio, aplicando la propuesta, quedarían grandes patios posteriores y en muchos casos también delanteros en donde se pueden hacer grandes jardines, patios con vida, y si se unifican varios de estos, podría darse unos interesantes y amplios corazones de manzana para usos comunitario (ver imágenes 16, 20 y 22). Estos espacios deberían ser con árboles, mucho verde y además permeables para tener el beneficio ambiental de devolver el agua lluvia a los subsuelos.  
  • La muestra también arrojó un coeficiente de ocupación de suelo total (COS TOTAL) de 489% para la zonificación actual y un COS TOTAL de 641% con la zonificación propuesta, que a la final se traducen en más metros de construcción y por lo tanto más metros vendibles, que, como se indica en los párrafos anteriores, bajaría el precio de m2 de venta de los departamentos, ya que el precio de terreno se prorratea para más unidades, llegando con ello a precios mayormente asequibles para más estratos sociales (ver tablas 2 y 3 ).
  • Aplicando la zonificación actual y con los costos comerciales de los terrenos en el polígono analizado, quitando el requisito de estacionamientos mínimos y áreas recreativas y comunales, pero invirtiendo en espacio público de calidad, con aceras caminables y con accesibilidad universal frente a los terrenos, se puede lograr precios de venta que variarían desde los 722 dólares/m2 hasta los 1015 dólares el m2 (ver tabla 3).   Que ya es bueno respecto a los precios actuales.
  • Con la aplicación de la zonificación propuesta y con los costos comerciales de los terrenos en el polígono analizado, quitando el requisito de estacionamientos mínimos y áreas recreativas y comunales, pero invirtiendo en espacio público de calidad, con aceras caminables y accesibilidad universal frente a los terrenos, plazoletas, plazas y patios verdes y con vida, se puede lograr precios de venta que variarían según el sector, desde 694 dólares/m2 hasta 905 dólares el m2[3](ver tabla 3).   Bajando aún más los costos de las viviendas. 
  • La zonificación actual aislada (A) -que es la predominante en la zona de estudio- es difícil aplicar en terrenos con frentes angostos. Los lotes que tiene un frente menor a 11 metros y una profundidad menor de 17 metros[4], o un frente menor de 16 metros y una profundidad menor de 13 metros, prácticamente quedan fuera de aplicación. El estudio arroja un resultado de un 4% de lotes del polígono que son menores a 200 m2, posiblemente en la mayoría de estos y en algunos del segundo rango -un 9% menores de 300 m2- no sería factible edificar de acuerdo a la ordenanza. 
  • En cambio, con la zonificación propuesta (D), prácticamente en la mayoría de lotes es posible aplicarla quedarían fuera solo terrenos con frentes menores de 5 metros y profundidades menores de 12 metros, o terrenos con fondos menores de 8 metros y frentes menores a 9 metros. 
 Tabla 1: comparación entre las dos zonificaciones estudiadas, con los resultados del potencial máximo de superficie a construir, y  población y densidades posibles 

Tabla 2: comparación de los resultados de porcentaje de ocupación de suelo en planta baja y porcentaje la ocupación total en las dos zonificaciones analizadas

Imagen14: perfil comparativo,  atravesando cinco terrenos y tres calles de diferentes tamaños. Arriba, aplicando la zonificación actual y abajo con la propuesta. Se puede ver el resultado de perfil, tanto frente a las calles y entre las fachadas posteriores de los bloques colindantes. 

Imagen15: ejemplo desarrollado en dos terrenos distintos (uno grande y  hacia tres calles y el otro pequeño y a media manzana) por el estudiante Santiago López, en donde se puede apreciar los resultados comparativos de las dos alternativas,  en formas y números. A la izquierda, aplicando la zonificación actual, a la derecha de la imagen, aplicando la zonificación propuesta. 

Imagen16: Maqueta explicativa aplicando la zonificación propuesta, ejecutada por la estudiante  Sara Dillon en una manzana del polígono de estudio,   en donde se puede apreciar cómo cada edificación se adapta al terreno, dejando amplios espacios abiertos en la parte posterior, que de juntarse podrían generar un amplio espacio comunal, verde y arborizadoEn café se ha representado a las edificaciones existentes mayores a cuatro plantas, en balsa y blanco se representa la aplicación de la nueva forma de ocupación de suelo con las alturas resultantes. En los bloques en blanco, la alumna desarrolló su proyecto de vivienda con comercio y oficinas en las dos primeras plantas. Dos bloques a media cuadra, permiten el paso mediante una galería comercial, conectando las dos calles contiguas y mejorando la conexión peatonal.

Tabla 3: Proyección del  valor del m2 de venta de departamentos y locales, en base a la variación del costo de m2 de terreno en el polígono de estudio. Fuente: AEPA, valor del suelo urbano 2016 (ver Imagen 17).  

Imagen17: Plano del Valor de Suelo Urbano 2016 para el DMQ, producido por la Asociación Ecuatoriana de Peritos Evaluadores (AEPA, 2016)

2.3 Además de lograr densificar se podría tener un paisaje urbano diverso, con plazoletas, aceras anchas, patios y terrazas verdes, variedad de altura y volumetría edificada

Si bien, en la zonificación propuesta no es obligatorio el retiro delantero, si el lote es profundo, podría ser beneficioso realizarlo, ya que se puede ganar en altura hacia el frente y mantener buenas alturas en la parte posterior también, con lo que la superficie total construida y vendible aumentaría (ver imágenes 18, 22 y 23).  

También convendría en ciertas calles mediante una norma puntual y específica, destinar parte del frente del lote para ensanchar las aceras (entre uno y hasta cinco metros), sin que afecte mayormente a la profundidad del mismo, ya que se podría compensar esta pérdida de superficie, con una mayor altura posible.  Si los lotes no son muy profundos no sería conveniente aplicar esto, sin embargo, en estos casos, se podría normar para que las plantas bajas dejen un espacio de soportal delantero de entre 2 a 3 metros, integrado a la acera (ver imagen 22). 

Esto daría como resultado un paisaje urbano diverso con variedad de plazoletas y anchas aceras, que podría complementarse con ordenanzas específicas para mantener una buena relación de la planta baja con el espacio público, contacto visual, permeabilidad, soportales en los sitios en donde el lote tiene poca profundidad para mantener la acera ensanchada, locales comerciales en donde pasa la gente, y conexiones en media manzana con galerías para mejorar la conectividad peatonal (ver imágenes 16 y 22). 

Imagen18: A la derecha del gráfico, dos edificaciones frente a una calle de 14 metros de ancho, deciden  retirarse 6 metros cada una, con lo que la distancia entre las dos queda en 26 metros. Sin embargo, se calcula la nueva altura sumando solamente lo que cada bloque se retira, en este caso 6 metros + 14 metros = 20 metros.  Se tiene la ventaja que se consigue un mayor volumen edificado en comparación con la imagen a la izquierda.  Funciona muy bien en lotes de gran profundidad, pudiendo elegir retranquearse para ganar edificabilidad, y ensanchando las aceras, o creando plazoletas en medio de las calles. 

2.4 Las plantas altas con terrazas y vista, los locales comerciales y oficinas se venderían a mejor precio y abaratarían aún más las viviendas de las plantas intermedias

Cómo se pueda ver en las imágenes 12,  13, 14, 15, 16, 18, 19, 20, 21, 23  y 24, enlas plantas altas en donde se produce el retranqueo para ganar altura, la relación altura-distancia entre bloques ya deja de ser de 2 a 1 y pasa a ser de 1 a 1, con lo cual, estas tendrán una mejor luminosidad, asoleamiento y privacidad que las plantas bajas, además de tener terrazas frente a sus habitaciones. Por lo tanto, estos departamentos de las plantas altas podrían fácilmente ser vendidos a un mejor precio, permitiendo subsidiar y bajar aún más los costos de los departamentos de las plantas intermedias y bajas.

Imagen19: dos lotes contiguos que desarrollan sus alturas en relación al ancho de la calle y la distancia entre bloques. Si bien la distancia entre bloques hacia los patios posteriores es de 18 m que podría desarrollar 12 `pisos, se ha considerado tan solo 12m (9m + 3m del retiro obligatorio del colindante) y por eso se obtiene en la parte trasera tan solo 8 pisos.  Se asume que el vecino puede usar el retiro mínimo, y por lo tanto se calcula la distancia que queda de patio posterior más el retiro mínimo.

  

Imagen20: Un lote profundo permite edificar dos o más bloques, conformando patios entre ellos.  

Imagen21: lote irregular, da como resultado una variedad de alturas y terrazas, ya que estas están en función de la distancia  del retiro posterior + 3m del retiro obligatorio posterior del colindante. Mientras más se acerca el edificio al lote posterior, la altura baja, y mientras más se aleja la altura sube. 
Imagen 22: detalle de planta de una zona del estudio en donde se puede apreciar que por debajo de las edificaciones propuestas, se generaría una planta libre rodeada de galerías comerciales, que atravesarían las manzanas y mejorarían la conexión peatonal. También se puede ver que la calle de 14m cuyo doble es 28m, permitiría sobre línea de fábrica edificar 9 pisos, sin embargo, como los lotes que dan a esta vía son profundos, se ha determinado que estos cedan a la acera tres metros a cada lado, ya que con ello las edificaciones `podrían tener 13 pisos frente a ella y aumentar la superficie construida.  También se puede apreciar en los lotes a la izquierda, que algunos se retranquean, pero los menos profundos no, pero a cambio dejarían la planta baja libre a manera de un soportal, para mantener la continuidad de la acera ensanchada. 

 2.5 Varias posibilidades de diseño para un mismo lote generando diversidad de formas 

Ilustración23: serie ilustrativa sobre un mismo espacio,  ejemplo de 4 posibilidades de perfiles urbanos, resultantes de aplicar la zonificación propuesta en 3 calles y cinco terrenos de diferente tamaño.

Ilustración24: serie ilustrativa  y comparativa en lotes diferentes en tamaño, ubicación y forma, de lo que que resultaría con la aplicación de la zonificación actual en gris y lo que resultaría con la aplicación de la zonificación propuesta en amarillo

3. Conclusiones y recomendaciones

3.1 Casa para todos ¡!!Sí!! Pero además cerca de todo y de calidad

En conclusión, el estudio demuestra con mucho fundamento, que se podría tener vivienda de bajo costo para que sea asequible a la mayor cantidad de estratos sociales en el polígono analizado (ver tabla 4), con posibilidades de replicar a toda la ciudad y especialmente al hipercentro, garantizando buenas condiciones de luz natural y asoleamiento en los espacios de estancia prolongada, con amplios espacios permeables, verdes y arborizados en sus patios posteriores y espacio público de calidad en sus alrededores. 

Se llegaría a tener una gran oferta de vivienda, que podría variar los precios entre 700 hasta 1000 dólares el m2, asequible a mayores estratos sociales.  

Además, convendría ofertar unidades de vivienda de diferentes tamaños, desde unidades básicas tipo habitación baño o kitchenette para estudiantes o personas solas, hasta departamentos de tres dormitorios. También sería recomendable tener una buena oferta de vivienda pública de interés social para que sea arrendada. 

Precio posible de venta de  viviendas 
Tipo de unidad de vivienda a 700 US$ el m2 a 800 US$ el m2 a 900 US$ el m2 a 1000 US$ el m2
20 m² habitación baño14000,0016000,0018000,0020000,00
30 m² kitchenette21000,0024000,0027000,0030000,00
45 m² suite , 1 dormitorio31500,0036000,0040500,0045000,00
60 m², 2 dormitorios42000,0048000,0054000,0060000,00
80 m²,  2 o 3 dormitorios56000,0064000,0072000,0080000,00
100 m², 3 dormitorios70000,0080000,0090000,00100000,00
Tabla 4: Precio posible de venta de viviendas en el  polígono de estudio según la variación del costo de terreno y el tipo de unidad de vivienda
  • 3.2 Se lograría incrementar considerablemente la población en la zona, acercando a la gente a vivir cerca de sus trabajos, estudios y actividades cotidianas. 

Si bien, aplicando la nueva propuesta de normativa de zonificación en el polígono analizado, se podría llegar a tener hasta una densidad bruta de 1500 habitantes por hectárea que en números estaría en 345.000 habitantes aproximadamente,   difícilmente se llegaría a esa cantidad, ya que muchos predios en la zona ya están totalmente consolidados y con una gran superficie edificada, con  variedad de comercios, oficinas, equipamientos, estacionamientos y viviendas, que se complementarían y equilibrarían fácilmente si aumenta la población en la zona considerablemente.  Pero obviamente, este dato demuestra que se podría aumentar considerablemente la población fija en la zona de estudio. 

Se puede asegurar con mucho fundamento que fácilmente se podría incrementar la población de la zona en alrededor de 150.000 habitantes (675 habitantes por hectárea), similar a la población de Ibarra, viviendo cerca de todo a distancias caminables. 

La población del 2010 en el sector de estudio, según datos del INEC, fue de 12.072 habitantes distribuida de acuerdo al gráfico a continuación, con una densidad promedio de 54,45 habitantes por hectárea. En el gráfico se puede ver claramente las manzanas en donde vive más gente y en las que no. 

Imagen25: población actual en la zona de estudio, distribuida por manzanas. Los datos son de densidad neta por manzana. 

Esto quiere decir que, cambiando la zonificación actual por la propuesta, empezando por aprovechar los lotes baldíos y subutilizados que existen en la zona, de los cuales muchos son de instituciones del estado, e incentivando la densificación en los predios que no están consolidados[5]se podría lograr a tener una gran oferta de vivienda a costos asequibles para que lo compren personas que trabajan, estudian y hacen sus actividades en las cercanías y fácilmente, en pocos años llegar a tener 10 a 12 veces más de  la población que existía en el 2010.  

  • 3.3 Se podría replicar esto a otros sectores de la ciudad evitando que la ciudad se expanda

En base a la metodología de densificación y ocupación de suelo que llega a determinar los resultados de este estudio, se podría replicar esto en otros barrios de la ciudad, en especial los que están en el radio de influencia del metro y los BRT[6].   Entre otros, con mucho potencial para densificar, repoblar y fortalecer como centralidades están: La Pradera, La Mariscal, Santa Clara, San Bartolo, Quitumbe, alrededor del Parque Bicentenario y alrededor de la estación de la Río Coca. 

Claramente se demuestra que Quito tendría para crecer en población por muchísimos años en zonas centrales, sin necesidad de expandirse hacia los valles orientales y los extremos sur y norte de la ciudad, en donde se debería controlar la expansión desenfrenada que se ha dado en los últimos años.  

Lo que variaría según cada caso sería la regla 3 de la propuesta de zonificación, la relación entre altura de la edificación y distancia entre los bloques;  por ejemplo en un estudio paralelo que se está realizando en el sector de San Bartolo-Mercado Mayorista[7], se ha determinado que es suficiente que la altura sea 1.5 veces la distancia entre bloques, con lo que inclusive se llegaría a tener mejores condiciones de luminosidad y asoleamiento, y posiblemente en lugar de destinar el 80% del espacio edificado para uso residencial y el resto para otros usos, sería preferible destinar un 60% para vivienda y el 40% para comercios, oficinas y equipamientos  que en la zona sur hacen falta  y de esa manera se contribuiría a equilibrar la densidad de población con la diversidad de actividades en cercanía. 

En otras zonas, por razones tipológicas y de paisaje, se podría limitar la altura a un máximo de pisos y/o bajar la relación entre altura y distancia entre bloques a una relación 1 a 1. Por ejemplo, en otro estudio en proceso en otro sector del DMQ, se ha planteado un máximo de 6 plantas y una relación de igualdad entre la altura y el espacio entre las edificaciones y se ha conseguido densidades brutas de alrededor de 500 habitantes por hectárea.    Esta relación de 1 a 1 podría ser la que se conserve en la mayoría de barrios de la ciudad, consiguiendo con ello una mejor calidad de luz natural y asoleamiento en las edificaciones.  

Colaboraciones

En diferentes etapas del estudio han colaborado:

  • los docentes Daniela Jácome y Andrés Cevallos 
  • los estudiantes practicantes de investigación, Verónica Gudiño, Raissa Ortega y José Molina
  • y los estudiantes de noveno semestre del TIDA VI-2017-2018, en especial Sara Dillon, Vanessa Alomoto, Santiago López, Jair Quilachamin; y Gabriel Granda aplicando esta propuesta en San Bartolo como trabajo de fin de carrera.

Fuentes consultadas y bibliográficas

AEPA. (2016). Plano del Valor de Suelo Urbano 2016 para el Distrito Metropolitano de Quito.Quito: Asociación Ecuatoriana de Peritos Evaluadores.

Agencia de Ecología Urbana de Barcelona. (2008). Plan Especial de Indicadores de Sostenibilidad Ambiental de la Actividad Urbanística de Sevilla.Barcelona: Ayuntamiento de Sevilla.

Alexander, C. (1980). Un Lenguaje de Patrones.Barcelona: Gustavo Gili.

Concejo Metropolitano de Quito. (2015). Ordenanza 172. Plan de Uso y Ocupación de Suelo.Quito: Municipio del Distrito Metropolitano de Quito.

Empresa Municipal de Movilidad y Obras Públicas. (2009). Plan Maestro de Movilidad para el Distrito Metropolitano de Quito 2009-20025.Quito: MDMQ.

Hurtado, D. (2017). Estudio exploratorio para un proceso de densificación habitacional, sin estacionamientos, en el hipercentro de Quito. Revista Ciencias Sociales Nº 39, 27-46.

ITDP, Institute for Transportation and Development Policy. (2017). DOT Estandar.Nueva York: ITDP.

Monroy, M. M. (2006). Manual de Iluminación.Las Palmas de Gran Canaria: Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Rueda, S. (2014). Sistema de Espacio Público y Movilidad en la Ciudad de Quito.Quito: Instituto Metropolitano de Patrimonio.

Secretaría de Territorio Hábitat y Vivienda. (2014). Ciudades del Buen Vivir. Quito hacia un Modelo Sustentable: Red Verde Urbana y Ecobarrios.Quito: Municipio del Distrito Metropolitano de Quito.

Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda. (2011). Plan Metropolitano de Ordenamiento Territorial 2012-2022.Quito: MDMQ.

Enlaces relacionados


[1]La densidad bruta incluye toda la superficie del territorio analizado, incluyendo espacio público (calles, plazas y parques). 

[2]La densidad neta, se refiere a la del lote o manzana, sin espacio público.  En este caso el dato que está representado en la imagen es por manzana. 

[3]Precios calculados en base al Plano del Valor de Suelo Urbano 2016 para el DMQ, producido por la Asociación Ecuatoriana de Perito Evaluadores (AEPA) ver imagen 14.

[4]El cajón de gradas y ascensor necesita alrededor de 25 m2 mínimo para poder desarrollarse (5×5 m2)  

[5]Se podría determinar como un predio no consolidado al que tiene una altura menor que la mitad del ancho de la calle que colinda. 

[6]BRT Bus Rapid Transit, se refiere a los sistemas con carriles exclusivos y paradas fijas, trolebús, ecovía, metrobus y los corredores

[7]Trabajo de fin de carrera de Gabriel Granda en un polígono comprendido entre la Av. Teniente Hugo Ortiz, Morán Valverde, Maldonado y Pusir. 

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Andrés Cevallos

Últimos departamentos

De repente parece que en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo se ha despertado una antigua interrogante: ¿Para quién es la ciudad que construimos como sociedad?

Esta interrogante está renovada en las ricas conversaciones de pasillo de estas últimas semanas entre docentes, en parte motivadas por la fresca visita de David Harvey a la Universidad Central del Ecuador para plantear un marco conceptual que explica la producción del territorio basada en un complejo sistema capitalista que él define como un “espiral infinito” de reproducción del capital, acumulación y especulación. Esta conversación crítica renovada también se alimenta de algunos aportes docentes en varios eventos (Habitat 3 Alternativo, Semana de la Arquitectura 2016, El que Busca Encuentra, entre muchos otros) durante los últimos años y del naciente proceso doctoral en los que se encuentran algunos de ellos.

Al juzgar por lo que salta a la vista al caminar por las zonas con mejor acceso a servicios de Quito, podemos decir con certeza que la ciudad que construimos está hecha para la reproducción del capital. Parece que atrás quedaron los días en que habitar era el cometido detrás del trabajo intelectual creativo de las y los arquitectos en ejercicio profesional.

Pasamos de pensar en valores (de uso) supra materiales como los anhelos de un residente, la vivienda digna, la justicia, la construcción de comunidad y ciudad, a ser operarios geométricos de valores de cambio, de la eficiencia financiera de flujos inmobiliarios en función de la norma de parqueaderos, lados mínimos e imágenes falsificadoras de un modelo de vida feliz (que nadie puede pagar).

¿Cuántos meses o años más van a pasar ofreciendo los “últimos” departamentos todos esos edificios que ocupan un pedazo de suelo valioso para la sociedad? Esta misma sociedad ahora se ha planteado construir cientos de miles de casas a lo largo de todo el país en asentamientos notablemente inferiores en calidad de vida que los centros de las capitales. Al respecto hay un conocido discurso de la historia reciente, como el de facilitar al constructor su trabajo porque es un creador de empleo, otorgándole facilidades para edificar en la ciudad en grandes alturas. Pero hay otros discursos paralelos desde las mismas figuras políticas que revelan una contradicción, como el de hacer miles de casas baratas en terrenos públicos en zonas alejadas, posiblemente pensadas para esos mismos obreros de las construcciones centrales y al mismo tiempo hablando de controlar el crecimiento de la huella urbana.

Ese modelo de ser humano que está detrás de los ‘renders’ corporativos de las inmobiliarias, ese ser urbano mítico forjado a raíz de la urgencia de crear una demanda para esa oferta novedosa de suits minúsculas con dos estacionamientos, ese tipo de gente, no existe.

¿Es realista una escuela que enseña a diseñar edificios pensados para la acumulación capitalista de las empresas inmobiliarias? No. La utopía capitalista de la que nos recordaba Harvey esta tarde en la Universidad Central del Ecuador es la que está guiando este proceso que él llama un infinito espiral de desigualdad, y las imágenes y la estética asociada a esa producción capitalista guían ciertos ejercicios de diseño en la facultad.

¿Es necesario seguir enseñando esa utopía de edificios capitalistas que en la práctica están eternamente al arriendo, desocupados de habitantes? Tal vez sí. Hay que seguir haciéndolo siempre y cuando por otro lado se sigan enseñando otras utopías, utopías que no alienan al residente, espacios basados en el rescate del sistema de valores de uso del lugar, espacios no diseñados para engordar el bolsillo del promotor inmobiliario en el menor tiempo posible. Por lo menos entre utopías una ya probó estar supremamente equivocada en cómo construir un hábitat digno. Es necesario que un estudiante y un arquitecto ya formado tengan la oportunidad de ver de cerca la danza financiera y geométrica, entre el flujo económico en excel de una tasa interna de retorno y el frío plano de AutoCad que reproduce adornos de moda para que luego sepa descubrir sus contradicciones mediante ejercicios de diseño crítico, cuando la norma y el flujo financiero no dicten nuestro trabajo sino la responsabilidad con la sociedad y las injusticias urbanas.

Patricia Palacios, docente de nuestra facultad, en un acertado comentario desde la silla de un auditorio nos decía que la responsabilidad de los profesionales de la academia es la de codificar y revelar para los estudiantes la violencia territorial.  Y como ella, muchos otros docentes han comenzado a cuestionarse el significado social del oficio de arquitectura.

Las dos imágenes de dibujos de la minigalería correspoden a ejercicios de la materia de Dibujo Natural (Andrés Cevallos FAU UCE). Fueron elaborados por los estudiantes de primer semestre Jorge Navas y Alisson Mendoza. Esos paisajes esconden fenómenos y problemáticas que desde hoy tienen la responsabilidad de estudiar para poder revelarlos y comprenderlos.

Ejercicio de dibujo del natural (Docente Andrés Cevallos)
Dibujo de Paisaje Urbano de Dibujo del Natural (Docente Andrés Cevallos FAU UCE)

El collage fotográfico en blanco y negro corresponde a los trabajos de los alumnos de 8vo semestre de taller de diseño (Arq. Andrés Cevallos, FAU-UCE) basados en configuraciones productivas comunitarias y equipamientos sociales, no en transacciones comerciales del bien inmueble.Trabajos de diseño FAU UCE 8vo semestre Docente Andrés Cevallos

Trabajos de diseño FAU UCE 8vo semestre, Docente Andrés Cevallos, basados en configuraciones productivas comunitarias y equipamiento social

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Patricia Palacios

Hacia la reapropiación del espacio público

Nociones sobre el espacio público

Una primera y espontánea aproximación a lo que es el espacio público, hace que pensemos en aquellos de carácter material, abiertos, de fácil reconocimiento visual y acceso masivo relativamente libre. Así nos encontramos con una primera tipología física: calles, plazas, arquitectura monumental, parques, estadios, escalinatas, fuentes de agua, puentes, etc. Estos tipos materiales de espacios públicos, varían de acuerdo a las necesidades y posibilidades de cada sociedad, cultura, momento y al respectivo entorno físico-ambiental en el que se asientan. 

De igual forma, es posible establecer con relativa facilidad los usos más frecuentes del espacio público: encuentro, intercambio, esparcimiento, contemplación, comunidad, interacción, tránsito vehicular o humano, parqueo, comercio, turismo, desfiles, eventos festivos, movilización social, procesiones religiosas, etc. Estos usos muchas veces se corresponden con las funciones para las que se planificaron los espacios públicos, entre otras: centralidad, organización, identidad, conectividad o articulación, circulación, control, distensión, reunión ciudadana, en todo caso, una función social.  De lo anterior se colige que también las funciones de dichos espacios varían de acuerdo a la sociedad, cultura y al momento histórico-político. Por ejemplo, la plaza que antes fue el centro de la vida ciudadana de un determinado lugar, en otro momento se convierte en área comercial, en vitrina para el turista, en parqueadero, cancha, es cercada o ya no se usa. A veces, al cambio físico y de función del espacio público le acompaña inclusive un cambio de nombre. 

Por tanto, se diría que la sustancia del espacio público va más allá de su materialidad, implica dinamismo, temporalidad, transformación, simbolismo, etc. y que su característica principal se refiere al cómo se produce[1]y se lo usa, al impacto que ejerce y al sentido que cobra para una determinada sociedad, todo lo cual requiere ser tomado en cuenta al momento de intentar crear un nuevo espacio público o intervenir en el ya existente. 

Entre las problemáticas relacionadas con el espacio público destacamos, que es allí donde se expresan contradicciones sociales y políticas pues, por un lado, se lo asume como espacio de fácil acceso y apropiación democrática e igualitaria, espacio de encuentro y libertad, espacio de construcción o reafirmación identitaria y cultural, aunque también se lo asume como espacio neutro, favorable al anonimato, a la distensión y mediación, para finalmente considerarlo como el espacio de todos y a la vez de nadie, con las consecuentes implicaciones materiales, culturales y políticas de dicha consideración.  

Por otro lado, se reconoce que el espacio público es donde se evidencia y reproduce el conflicto, la violencia, la segregación, la inseguridad y el miedo. Es un espacio de control y aunque está regido por el estado local o nacional, es un espacio de tradicional apropiación por parte de sectores de poder como el propio estado, desarrolladores urbanos, sector automotor, comerciantes, etc. Es mas difícil y compleja la apropiación del espacio público, diferente a la de carácter festivo o deportivo, por parte de otros sectores como son las organizaciones ciudadanas o sociales como los sin techo, ocupas, ambientalistas, minorías. La presión por transformar el espacio público en mercancía es factor determinante de su producción o de su paulatina desaparición. En todo caso, el espacio público es donde se expresa y/o camufla la convivencia ciudadana, es el espacio cívico, esencialmente político, en permanente disputa de sentidos.

Otra situación palpable en la mayoría de nuestras ciudades es la crisis general del espacio público por insuficiente o deteriorado y, por la deficiente función social que cumple debido no sólo al poco interés o al mal manejo técnico-político del mismo por parte de sus encargados, sino inclusive, a causas originadas a nivel ciudadano.  Es común que la ciudadanía de a pie, más allá de ejercer su derecho a usar y disfrutar del espacio público, pocas veces asume el deber de cuidarlo, mantenerlo o mejorarlo. Es más, lo subvalora, maltrata, descuida y abusa de él. 

En todo caso, nunca como hoy y a nivel global, han surgido corrientes de reapropiación, intervención y reinvención del espacio público, desde sus dimensiones más políticas, por masivas y contestatarias[2], pero también como propuestas estéticas, simbólicas y socio-culturales, que evidencian que lo que realmente está en juego es la necesidad y permanente producción-apropiación social del espacio público, como un derecho y ejercicio de ciudadanía en estricto sentido. En este contexto in-surge también la noción de espacio público como bien común[3]con potencialidades contestatarias a ser desarrolladas en el proceso mismo de re-apropiación. 

Entre la intervención y la re-apropiación del espacio público

Si el espacio en general, llámese ciudad, territorio, espacio público, etc. es una construcción social, se asume que los actores intervinientes son múltiples. De hecho, actores diversos ya lo han asumido y producido desde sus diferentes circunstancias, como lo ilustra la siguiente Declaración Política del Foro Social Urbano Alternativo y Popular (2014, Medellín-Colombia) bajo la consigna ¡Construyamos ciudades para la vida digna!, que dice: Convocamos a todas y todos a disputar el territorio urbano que nos merecemos, a empezar ahora mismo la realización de un proyecto de ciudad fundamentado en la redistribución de la riqueza, los derechos humanos, medioambientales y de los bienes comunes, y la responsabilidad de los habitantes de ser constructores y gobernadores reconocidos de los territorios, no meros clientes–usuarios. Adicionalmente, tal declaración demuestra la capacidad politizadora de actores y procesos que genera el espacio y constata fehacientemente que es el derecho a la ciudad el que está en disputa. 

Sin embargo, dado el ámbito universitario para el que escribimos, aquí nos referiremos a lo que como profesionales, técnicos/as, docentes, alumnos/as, habitantes y, sobre todo, ciudadanos/as podemos hacer respecto al espacio público.

Resulta fundamental reconocer que históricamente, en la enseñanza de la arquitectura y el urbanismo, se ha dado poco tratamiento al espacio público, quizá porque se lo asumía como el espacio “no construido” o como el que difícilmente podríamos llegar a construir si no se está inmerso en la institucionalidad tradicionalmente encargada de hacerlo, o si no se trabaja para quienes tienen el poder de incidir en él.  El hecho es que se ha constatado escaso interés, comprensión y debate en torno al impacto social y cultural, material, psicológico y político de las intervenciones físicas, arquitectónicas y urbanísticas, por parte de este sector, lo que a la postre ha marcado la imagen y calidad del espacio público y el consecuente déficit técnico y estético del mismo. Inclusive en la producción arquitectónica individual, se nota muy poco manejo del entorno circundante de tal o cual obra u objeto construido. Con frecuencia edificaciones contiguas son tan dispares visualmente que en lugar de fomentar entendimientos o congruencias, agreden. En todo caso justo es reconocer que la mayor parte del parque habitacional ecuatoriano es producido sin intervención profesional ni observando la normativa correspondiente. 

También es preciso reconocer que este es un momento que no solo nos exige nuevas actitudes y capacidades, sino que nos brinda oportunidades de intervención en el espacio público. En tal sentido, se vuelve indispensable el auto y mutuo reconocimiento de la condición ciudadana, es decir, de los deberes y derechos que le asisten tanto al sujeto como al colectivo social involucrado.  Y, de manera complementaria, se requiere el logro de consensos entre los actores-constructores del espacio público, especialmente los afectados directamente por ello y así evitar o minimizar resistencias a la intervención.

Desde un plano más técnico, se requiere identificar problemas y puntos críticos del espacio público, al igual que aquellos generadores de cohesión social, especialmente los creados espontáneamente por el colectivo social, con el objeto ulterior de potenciarlos. Las propuestas que se desarrollen requieren abordar múltiples dimensiones como son la físico-territorial, social, económica, política y cultural del espacio público, sin dejar de lado la percepción y experiencia ciudadana al respecto. 

Tales propuestas y diseños, así como el proceso de implementación de la obra, requieren la aplicación de métodos y técnicas multidisciplinarias y sobre todo participativas, no solo para evitar posibles resistencias, sino porque a través de ellas se generan dinámicas de entendimiento entre actores y de apropiación tanto del proceso como del producto final, con lo cual se garantiza una consecuente y satisfactoria producción social del espacio, una potencial redistribución social de los beneficios que el espacio público conlleva  y el fortalecimiento de ciudadanías. La universidad tiene un rol fundamental en ello.

En nuestro contexto es de absoluta necesidad el recuperar formas ancestrales y comunitarias de uso, ocupación, apropiación y gestión del espacio público e inclusive sus formas de implantación en el territorio, no necesariamente para reproducirlas en la actualidad, sino para que una vez conocidas sus connotaciones y potencialidades, aplicarlas a la construcción de espacios públicos contemporáneos generadores de igualdad e identidad.  La propiedad y gestión comunal del espacio que aún persiste y resiste en nuestro territorio urbano y rural, es contestataria frente el monopolio, a la apropiación privada y al despojo de tierras, viviendas, espacio público y bienes comunes que experimentamos en nuestras ciudades,  a la vez que es fuente de inspiración de las corrientes ciudadanas empeñadas en hacer prevalecer el valor de uso frente al valor de cambio del territorio en general. 

Las alternativas no son nuevas ni escasas. En varias ciudades del mundo se ha intentado cristalizar en el espacio concreto los objetivos políticos de cambio, democratización, redistribución e inclusión. Se diseñan espacios para el diálogo o ágoras, se modelan ciudades educadoras con múltiples objetos y espacios interactivos, se producen acuerdos de ocupación de espacios baldíos para la agricultura urbana de subsistencia. Se crean ambientes inclusivos y se eliminan obstáculos en los espacios públicos para promover el uso y apropiación de los mismos por parte de personas con discapacidad. Se generan ciudades seguras o amigables para poblaciones en riesgo. Se reciclan los espacios y los materiales desde una perspectiva ambientalista y comunitaria. Se aplican incentivos a quienes cuidan y mejoran el espacio público. Se planifica el territorio para la igualdad. Se re-crean y re-inventan espacios desde perspectivas artísticas o desde aquellas simple y/o profundamente ciudadanas.

En conclusión, el horizonte de posibilidades de construcción y reapropiación del espacio público es infinito. El carácter de la intervención trasciende la materialidad del espacio y el diseño, y siempre es más político que técnico. Sin embargo, lo precioso o delicado de lo que está en juego en el espacio público, exige de los profesionales mayor rigurosidad técnica, calidad estética, sensibilidad social y compromiso político, es decir, un tratamiento multidimensional, multidisciplinario y necesariamente apegado al interés social.


[1]Entre los principales autores y textos que debaten y desarrollan conceptos en torno a la producción social del espacio se encuentra: Lefevre, H. (2013).La Producción del Espacio. Madrid. Capitán Swing Libros, Colección Ensayo, 2da. Edición. ISBN: 978-84-941690-5-2. 

[2]Uso político de espacios públicos como calles y plazas en ciudades del Ecuador y de todo el mundo. Ocupación de plazas en España por el movimiento de Indignados 15-M (2011), Occupy Wall Street, Nueva York-USA (2011), plaza Sintagma en Atenas-Grecia (2011), parque Taksim Gezi en Estambul-Turquía (2013), entre las mas renombradas del último lustro.

[3]  Debates y aproximaciones conceptuales en este sentido son propuestas, por ejemplo, en el texto de: Subirats, J. (s,f) Explorando el espacio público como bien común. IGOP-Universidad Autónoma de Barcelona. Recuperado de: http://igop.uab.cat/wp-content/uploads/2014/04/Explorando-el-espacio-público-como-bien-común.pdf