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Marco Salazar Valle

El Pato, El Refugio Decorado y el Refugio Decorado que simula un Pato

*Texto inédito escrito en octubre de 2016

Espectáculo Lumínico o la renovación de la ornamentación en el Centro Histórico

Cientos de miles de personas se han dado cita para presenciar el espectáculo lumínico “La Fiesta de la luz”. El evento ha sido organizado por la municipalidad quiteña con apoyo del gobierno francés con motivo de la celebración del Hábitat III en el pasado octubre del 2016. Acto poco suscitado, ya que generalmente las noches de la ciudad se ven desoladas debido a la ausencia de gente en las calles, a excepción de la vitalidad bohemia de sectores como la mariscal o de partes más alejadas del centro con costumbres de vida nocturna popular. Esta aglomeración de gente para presenciar edificios históricos (que quizá son los únicos que la mayoría de quiteños considera dignos de ser preservados por su belleza) ratifica el valor que nuestra cultura da a la decoración.

Las edificaciones pomposas de características barrocas se identifican precisamente por eso: por develar su contenido simbólico principalmente a través de su exagerada ornamentación. El espectáculo lumínico no ha hecho más que renovar la decoración existente, o mejor dicho la ha actualizado y la ha vuelto más adecuada a las características espectaculares de los medios de comunicación masiva actuales. Dicho de otra manera, una nueva capa de ornamentación dinámica ha hecho que la ciudad vuelva a maravillarse con la arquitectura que de hecho se caracteriza por ser extremadamente decorada.

El regreso de la ornamentación: La propuesta de Venturi.

La decoración en la arquitectura, especialmente después de su criminalización por parte de nuestros padres modernistas, ha sido material de controversia. No solamente Adolf Loos se opone de manera categórica elevando a la decoración a nivel delincuencial1, sino que ningún arquitecto considerado dentro de la influencia del movimiento moderno aceptó a la decoración como una manera adecuada de expresar el contenido simbólico en las obras de arquitectura.

Fuente: http://bagsandmaps.com/es/destinos/america-destinos/ecuador-america-destinos/fiesta-de-la-luz-quito-2016/

No fue sino hasta la década de los sesenta cuando desde varios puntos se cuestionó la validez del proyecto del movimiento moderno. Y es que la etapa final brutalista, de Le Corbusier por ejemplo, no hace más que demostrar que finalmente la expresión “auténtica” del material (el hormigón en bruto), puede llegar a ser otra manera de decorar.

Robert Venturi propone una salida a la crisis de la etapa tardía del modernismo. La crisis que Venturi ataca es aquella generada por la dejadez de los arquitectos herederos de los principios del movimiento moderno en asumir el valor simbólico que él considera necesario en la arquitectura. Desarrolla su teoría del “Pato y el Refugio Decorado”2 como una manera de demostrar que la privación de la ornamentación tiene consecuencias negativas en los objetos arquitectónicos.

Para Venturi, los arquitectos herederos del modernismo  (brutalistas), especialmente de la década de los sesentas incorporan el problema del simbolismo en la expresión volumétrica, es decir que debido a la prohibición moral del uso de la decoración, necesitan imprimir el “carácter” de la función interna del edificio en su forma. A todos estos edificios que transforman su contenido en su expresión volumétrica Venturi los denomina “Patos”, haciendo referencia a un local de venta de patos de granja en Long Island encontrado en el texto “God’s own Junkyard” de Peter Blake3. En este caso la función se había traducido literalmente en la forma, es decir el simbolismo no se da a partir de elementos decorativos sino en la expresión volumétrica del objeto arquitectónico: El edificio en forma de Pato indica literalmente que dentro del mismo se venden patos y huevos de patos.

Venturi critica a la arquitectura brutalista por deformar los espacios habitables en pos de su carácter simbólico, así como el “Pato” de Long Island deforma absolutamente su características funcionales. Por ejemplo, un edificio público que por su importancia para la ciudad debe resaltar de su contexto es magnificado en su forma para que adquiera su carácter monumental. Venturi aboga por el regreso de la decoración para evitar estas transformaciones y exageraciones formales que terminan en espacios tergiversados funcionalmente y poco económicos.

El Refugio Decorado es la alternativa que propone Venturi después de haber visitado Las Vegas en un viaje académico junto con Denisse Scott Brown. En este viaje, Venturi propone una nueva manera de acercarse a paisajes urbanos poco comunes para arquitectos y ve a las Vegas con el rigor que la academia estudiaría por ejemplo a la ciudad de Roma. Debido a esta mirada “no enjuciadora”4, Venturi encuentra un valor que recoge de la naciente tradición constructiva de Las Vegas: la decoración informa a los visitantes acerca del contenido funcional del edificio.

Debido a la gran cantidad de gente y la forma de recorrer la ciudad de Las Vegas, generalmente en auto y a gran velocidad, los anuncios minimizan a la arquitectura. En este caso los edificios eran nada pretenciosos pero muy funcionales, ya que su contenido simbólico había sido traducido en los grandes carteles publicitarios y no en su volumetría. Venturi valora a este tipo de edificaciones porque representaban el ejemplo antagónico de sus pares brutalistas: el volumen arquitectónico ya no es un “pato” que expresa su contenido simbólico en su forma, sino que es un “refugio decorado” que mantiene espacios optimizados para su función y traduce todo su contenido simbólico en los grandes carteles ornamentales, es decir en su decoración.

Croquis explicativo de Venturi

“1. El refugio decorado. El edificio modesto con un gran cartel. El refugio con símbolos sobre el.

2. El Pato. El edificio es el cartel.

Los dos son válidos históricamente: Chartres y el Palazzo Rucellai son refugios decorados: el Partenón es un Pato pero nosotros pensamos que el refugio decorado es lo válido ahora a pesar de que los arquitectos están diseñando patos muertos.

Nuestro trabajo es generalmente un estudio del refugio decorado: usando el simbolismo de lo Ordinario por encima de aquel de “lo heroico y original”.

Comparación de Venturi entre la definición clásica de la arquitectura Vitruviana y la definición del movimiento moderno. En el primer caso la arquitectura se obtiene mediante la suma de la triada clásica Vitruviana: Firmesa, Funcionalidad y Belleza, y en el segundo, la belleza es un producto de la Firmeza y la Funcionalidad; es decir la belleza (la ornamentación)  no está incluida como un elemento integrante sino que es un resultado.

El refugio decorado se convierte en la excusa que utiliza Venturi para reafirmar los preceptos del funcionalismo en la arquitectura. De alguna manera quiere que los criterios del establecimiento racional de espacios de acuerdo a su función que promulga el movimiento moderno sigan vigentes, y para esto es necesario que la decoración retome el lugar que había ocupado históricamente: el traducir las ambiciones simbólicas en formas añadidas sobre los elementos netamente funcionales de las edificaciones.

Después de la década de los sesenta, no sólo por el aporte teórico de Venturi sino por la duda sobre el proyecto del movimiento moderno en general, muchas corrientes historicistas volvieron a formar parte de la escena arquitectónica mundial, tal es el caso de Charles Moore o Michael Graves que deciden explorar cuestiones acerca del papel del simbolismo en la arquitectura, por no mencionar a Peter Eisenman, Aldo Rossi entre otros arquitectos posmodernistas que se preocupan en general del significado y las formas arquitectónicas desde varias posturas críticas.

No obstante, la teoría de Venturi parece ser la que más encaja y ayuda a describir los fenómenos concernientes al papel de la decoración en la arquitectura, inclusive en nuestro contexto local contemporáneo. Tomando en cuenta que desde la academia aún es motivo de controversia el hablar de la decoración como un elemento digno de estudio, se pueden establecer relaciones entre esta actual postura académica todavía enjuiciadora y los productos arquitectónicos que se evidencian en la ciudad.

La ornamentación omnipresente en la ciudad de Quito. El caso del mercado Inmobiliario y la arquitectura popular

El papel de la decoración es abrumador en la ciudad de Quito, no solamente en el centro histórico en dónde los edificios decorados son aceptados como algo merecedor de ser preservado, sino también en el resto de la ciudad. El creciente mercado inmobiliario ha propiciado varias controversias y críticas por su evidente búsqueda de significación en formas únicas que son consideradas por muchos como muestras de mal gusto y desatención del contexto urbano.

Tal es el ejemplo del edificio de oficinas y departamentos Eiffel Center en Quito. Su nombre hace referencia literal a la forma de la torre Eiffel superpuesta sobre el típico edificio genérico de pórticos y losas que intenta aprovechar la mayor cantidad de superficie habitable. La forma que adopta la decoración no tiene ninguna referencia con al contenido funcional, sino que replica literalmente las características formales de la torre Eiffel de París.

Más allá de la crítica formal del edificio que no responde a su contexto, el edificio Eiffel Center desvincula las relaciones establecidas por Venturi entre la función y la forma: no llega a ser un “Pato” porque su volumetría responde a la optimización funcional (mayor cantidad de superficie habitable = mayor cantidad de superficie negociable), y a pesar de ser un “Refugio Decorado”, la ornamentación termina siendo tan importante que se desvincula totalmente de su contenido, pretendiendo ser algo que no es.

Otro ejemplo citado por la misma constructora es el edificio “Montreal Olympique”. La página oficial explica que se ha realizado una analogía formal entre el Estadio Olímpico de Montreal y la ornamentación del edificio: “Convertimos la torre inclinada del estadio en el elemento principal decorativo de la fachada de edificio. Tomamos una vista frontal de la torre donde eliminamos la inclinación y la adaptamos a la esquina del edificio. Se concibió un moderno edificio de 8 pisos con 12 departamentos, 7 oficinas y 2 locales comerciales ubicados en el corazón de Quito.”5

Más allá de preguntarnos cuál podría ser la relación entre un estadio olímpico y un edificio de oficinas, la descripción de operaciones formales para adaptar la torre ratifica el simbolismo devenido de una mera analogía con una obra existente. El proceso descrito justifica la apropiación formal de una proyección ortogonal frontal del estadio y su deformación hasta que pueda ser adaptada en el prisma de base rectangular típico de edificios inmobiliarios. El programa del edificio es el que usualmente se ofrece en el mercado inmobiliario, es decir el contenido funcional es absolutamente genérico, pero su expresión formal pretende ser única utilizando un recurso totalmente ajeno e irrelevante como su expresión simbólica.

La forzada adaptación de la torre Eiffel y del Estadio Olímpico de Montreal, a pesar de ser ejemplos extremos en la utilización de recursos ornamentales para reforzar el sentido de “novedad” que hace más atractiva a la arquitectura como mercancía, y cómo un elemento de repetición negativa al infinito (tal cómo Walter Benjamin explica la forma en la cual se comercializaban productos siempre nuevos pero que en realidad eran la “eterna repetición de lo mismo” en las Galerías de París a principios del siglo XX)6, podemos notar las mismas argucias en la mayoría de proyectos inmobiliarios de Quito.

Uribe y Schwarzkopf, una de las constructoras inmobiliarias con mayor presencia en la ciudad de Quito presenta proyectos en su mayoría de la misma oferta: viviendas y oficinas, los cuales tienen como característica principal el aprovechar al máximo las superficies habitables, lo que representa obviamente un mayor rédito económico. Esta preocupación solamente por la cantidad de metros cuadrados vendibles genera una desatención en la manera en cómo estos edificios se relacionan con la ciudad, no solamente espacialmente sino también simbólicamente.

Elementos añadidos en fachada intentan disolver la imagen producida por la repetición obvia del contenido funcional. La incesante acumulación de losas y columnas siempre a la misma distancia, como si se pudieran repetir al infinito si la normativa así lo permitiera se ocultan detrás de la decoración. Además de negar su contenido, la decoración de estos edificios debe proyectar una imagen única en cada nuevo inmueble, adaptándose a las nuevas demandas del mercado. La siguiente es una lista de la aparición de “lo nuevo” en la auto descripción de la trayectoria de la empresa constructora Uribe y Schwarzkopf:

“nuevos ingresos de la naciente industria petrolera”

“nuevo concepto de vivir con comodidad y en comunidad de intereses”

“nuevos escenarios para la vida”

“nuevos paradigmas”

“nuevos valores y opciones en la industria de la construcción, acompañando el increíble desarrollo urbanístico de Quito.”

“nuevos significados y sentidos, según los sectores socio-económicos y la competitividad, y con un sólido soporte informático”

“nuevos descubrimientos científicos, especialmente en los campos de la biotecnología -el genoma humano es una muestra de aquello-, y el progreso de las naciones gracias a la liberación del comercio”

“nuevos proyectos urbanísticos que embellecieron el Ecuador, de la mano de nuevas tecnologías y sistemas de financiamiento que fomentaron el ahorro, la liquidez y la búsqueda conjunta de soluciones”

“nuevo ícono en el sector de la Plaza Artigas; que además fue premiado con la Medalla de Oro Bienal de Miami + Beach 2009”

“nuevos e inteligentes edificios que responden a las necesidades durante estos 38 años de trayectoria”

“nuevo concepto de galería comercial, educación y entretenimiento, un proyecto con amplios espacios destinados para la cultura”

“nuevo rumbo para la construcción permitiendo aún más el crecimiento vertical de la ciudad”

“nuevo polo de desarrollo de la ciudad, Villa Isidora en Cumbayá, Martiniqa y Cosmopolitan Parc, un edificio único en su especie, con una piscina panorámica que otorga una privilegiada vista del Parque La Carolina, además de contar con terraza verde y diferentes áreas sociales como Spa, Gimnasio, Kids Club, Sala de Cine, área BBQ, salón de juegos, etc., mejorando así la calidad de vida de quienes habitan en Cosmopolitan Parc y aportando con el embellecimiento de la ciudad”

“nuevo ícono en el sector”

Está repetición ad-infinitum de lo nuevo no es solamente un recurso discursivo, sino que termina manifestándose paradójicamente en un paisaje genérico, en dónde cada edificio intenta resaltar de sus vecinos a través de trucos formales denotando aún más claramente su concepción ideológica basada en intereses mercantiles privados. Es otra manera de volver al mismo punto que preocupaba a Venturi, pero utilizando el concepto del “refugio decorado” en contra de su búsqueda de desterrar las ambiciones monumentales de la arquitectura. En este caso la ornamentación no sirve para aclarar el contenido simbólico del edificio, sino que se intenta tergiversar el contenido y separarlo totalmente de su expresión simbólica incrementando la decoración hasta el punto de simular objetos arquitectónicos como paredes o voladizos de losa. En términos de Venturi: la decoración indica que el edificio es un pato, pero en realidad no lo es. La decoración es una fantasmagoría perenne incrustada en el edificio.

A pesar de promover una imagen de innovación constante, la arquitectura de “estilo mercantil” de la ciudad se construye tecnológicamente igual a la arquitectura popular: pórticos de hormigón armado o acero y mamposterías de bloque o ladrillo. El papel de la decoración deja de ser un asunto meramente simbólico, sino que proyecta el anhelo de quien ocupa el espacio. La decoración proyecta el poder adquisitivo de su usuario, ya que la mampostería de bloque termina siendo común para las viviendas de la Lucha de los Pobres y Cumbayá. Tal es el nivel y la importancia de la decoración como un elemento constitutivo de estas edificaciones inmobiliarias, que en los últimos proyectos la empresa Uribe y Schwarzkopf utiliza módulos prefabricados decorativos sobre la estructura principal.

En cambio, en sectores populares, es más importante la decoración que la finalización de la obra arquitectónica. Esta es una muestra que la ornamentación en las viviendas populares no desempeña un papel ostentoso, sino de mejoramiento de las condiciones estéticas del lugar en dónde se vive. La decoración popular en la mayoría de casos no intenta representar algo que no es, sino dignificar las condiciones de vida y evitar el lenguaje genérico del material y la técnica constructiva: es la expresión de los anhelos individuales dentro del paisaje genérico del hábitat contemporáneo, condicionado por la producción económica de espacios con materiales estandarizados. Aquí la decoración no intenta destacar por si misma, sino difuminar su contenido.

El fantasma del purismo modernista sigue vigente en la academia. No se puede negar el apego romántico que tenemos los arquitectos con la expresión “honesta” de los materiales al natural, pero esto se desliga totalmente de la realidad con la que la gente busca identificarse con su arquitectura. La decoración se convierte en la manera de significarse simbólicamente en público, de proyectar la imagen que quiere ser vista en la ciudad, dejando a un lado la expresión genérica (y brutalista) del material típico de viviendas “pobres”.

¿Hemos provocado desde la academia una desatención del valor simbólico de la arquitectura? El no avanzar y aceptar las lecciones que nuestro propio medio nos informa es una manera de seguir promulgando más refugios decorados que quieren ser patos. El aprender de estos paisajes populares decorados puede ser la manera de acercarnos más a los deseos de la gente que habita y hace la ciudad, llevando a la academia y a la profesión a un verdadero fin social, no discursivo ni altruista, sino coherente con nuestra realidad. Fijarnos en las arquitecturas populares “impuras” puede parecer absolutamente contradictorio al fin académico de la arquitectura como propiciadora de un rigor de orden y planificación, pero en realidad puede ser una forma de posponer nuestro juicio de severidad arquitectónica “momentáneamente para hacerlo más sensible. Gustar de lo que uno detesta es excitante y liberador, y en definitiva reafirma el Juicio”.7

Citas:

[1] Ver “Ornamento y Delito” de Adolf Loos

2 Haciendo referencia a la traducción de Enrique Walker en Lo Ordinario del texto original de Robert Venturi “A definition of architecture as shelter with decoration on it, and another plea for a symbolism of the ordinary in architecture”, en la cual Venturi sumariza los puntos importantes de su libro “Aprendiendo de las Vegas” en respuesta a su afirmación que el público en general nunca lee libros.

3 Ver: http://www.nytimes.com/1964/01/12/gods-own-junkyard-the-planned-deterioration-of-americas-landscape-by-peter-blake-ilustrated-144-pp-new-york-holt-rinehart-winsto.html?_r=0

4 Termino recurrente en el Texto Aprendiendo de las Vegas de Robert Venturi, Denise Scott Brown y Steven Izenour.

5Ver: http://www.inmocanada.com/index.php?option=com_content&view=article&id=4&Itemid=5

6 Ver: El Libro de los Pasajes de Walter Benjamin

7 “Acerca del Arte Pop, la permisividad y la Planificación” de Denisse Scott Brown en Lo Ordinario de Enrique Walker 

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Kléver Vásquez

Abordando tres escalas

La revista Arquitectura y Sociedad tiene el agrado de presentar su más reciente edición. Un artículo sobre arte y tres artículos que abordan la arquitectura y la ciudad se presentan en la edición 21 del vol.2 de la revista.

Quizá, algo que debe tomarse en cuenta en esta edición es que, estos artículos sobre ciudad y arquitectura, al ser vistos en conjunto, pueden dejar entrever la importancia de la escala en el estudio del fenómeno urbano-arquitectónico. Posiblemente la escala sea el primer lente a seleccionar en la investigación en arquitectura y, aunque no sea el tema a tratar, este lente nos ayuda a poner en contexto el fenómeno a estudiar. Sabemos que la escala, en términos arquitectónicos, trata la relación física y espacial entre diferentes objetos con respecto al cuerpo humano, donde se considera también la distancia entre estos y, por tanto, donde un tercer actor aparece en escena, pues, esa distancia y esa relación entre objetos y cuerpo siempre estará mediada y será relativa al punto de vista del observador; en este caso, del investigador.

Recordemos que las investigaciones referidas a la arquitectura -en cuanto investigación de campo o investigación teórica, cuando se la trata como totalidad o complejidad, y no separada en las diferentes disciplinas que la componen- se diferencian de las investigaciones experimentales, porque éstas pueden realizarse en laboratorio, donde uno puede manipular las variables; mientras que los fenómenos de la ciudad y la arquitectura sólo pueden ser observados en intervalos de tiempo no manipulables. Por tanto, el papel del observador en la investigación arquitectónica difícilmente será neutro y nunca podrá ser del todo objetivo, porque la mirada con que se observa el fenómeno parte de un sujeto con carga ideológica y cultural. Es así que los estudios sobre arquitectura más influyentes históricamente estén más relacionados con la argumentación ensayística antes que con la investigación estrictamente científica.

De ahí la importancia de la escala en la investigación en arquitectura, pues esta, hace notoria la relación del fenómeno a estudiar con el observador y, es precisamente este último quien le otorga al lente de la escala una dimensión y complejidad que va más allá de la relación física entre los objetos y su referencia humana.

Miremos, por ejemplo, el abordaje que realiza Marguerita Valle Pilia (Costa Rica) para su estudio sobre el espacio público; gradúa la observación del fenómeno desde la ciudad como marco referencial hasta la calle como escala intermedia para, de esa manera, poder hablarnos de la ciudad en general, pero sin alejarse de la particularidad de quienes la habitan; su memoria y sus vivencias, ya que, sólo así, puede abordar el tema que trata, referido a la condición temporal y no sólo espacial de la vida urbana.

Así también, una escala que requiere mayor acercamiento por parte del observador al fenómeno que lo motiva, quizá sea el trabajo realizado por Miguel Ángel Barreto y Diego Fiscarelli (Argentina), quienes abordan el fenómeno particular de la vivienda social, tomando en cuenta incluso, elementos específicos de la arquitectura, para adentrarse más aún, al origen de la misma: a la acción proyectual. Nos hacen ver así la posibilidad que ofrece el proyecto como instrumento para afrontar la complejidad implícita en el fenómeno de la vivienda.

Por otro lado, y de otra manera, quizá un mayor alejamiento del observador, permita que se vislumbren las generalidades casi abstractas que, como nubes desfilan envolviendo la ciudad; nos referimos a los discursos que la atraviesan condicionando el sentido y las prácticas de sus habitantes. Andrés Araguillín (Ecuador) observa cómo ciertos conceptos relacionados con la naturaleza y lo sustentable en arquitectura han sido utilizados como fachadas para encubrir otros fines, tornándose en discursos sugerentes para el intercambio mercantil y alejándose de una efectiva consecuencia en el medioambiente.

Sin embargo y para finalizar, esos mismos discursos sobre el medioambiente pueden ser tomados y trabajados de otra manera; entendiendo quizá, que todo lo que nos rodea, incluido lo natural, ha sido observado y manipulado por el discurso y la práctica hasta volverlo ficción y artificio. Edison Cáceres Coro (Ecuador) trabaja el ambiente artificial en el que nos desenvolvemos, en este, la naturaleza es atravesada por la tecnología o, más bien, la tecnología es naturaleza; entendiéndola acá, como todo aquello que nos envuelve susceptible de ser percibido; es decir, nos habla, por ello mismo, de arquitectura. 

La edición 21 puede encontrarse acá: https://revistadigital.uce.edu.ec/index.php/arquitectura/issue/view/341

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Kléver Vásquez

Fragmentos de ciudad 

      El curso del 7mo semestre de taller de proyectos, cuando ya se pudo salir a las calles después de la emergencia sanitaria, empezó a volver a habitar la ciudad. Lo que se revisará a continuación se centró únicamente en aquella parte de los ejercicios en que los estudiantes buscaron recorrer y reconocer la ciudad donde habitan.

El principal instrumento de recorrido y reconocimiento fue la mirada, pero se trató de una mirada condicionada; con intención. Una mirada cargada de imágenes que, a manera de referentes, acompañaron el recorrido, por tanto se trató de una mirada que distingue y clasifica, que compara y relaciona, es decir, una mirada reflexiva. Con ella, en la ciudad, se reconocieron algunos espacios urbanos y edificaciones que surgieron por la comparación con el referente, el mismo que se extrajo del libro “Ciudad Collage” de Colin Rowe y Fred Koetter. De ese libro se utilizó su apartado de cierre, aquel en el que los autores colocan imágenes con fragmentos de ciudades y edificios emblemáticos y que llaman convenientemente “Excursus”, con el que, en vez de cerrar o concluir los capítulos del libro abren nuevas puertas llenas de interrogantes.

La clasificación urbana de los lugares que se encuentran en el excursos de Ciudad Collage es la siguiente: “calles memorables” como la Quinta Avenida de Nueva York; “estabilizadores” como la Place des Vosges en Paris; “piezas de serie interminables” como la extensión del Porticus Aemilia en Roma; “espléndidas terrazas públicas” como la Pizzale Michelangelo en Florencia; “edificios ambiguos y compuestos” como Hofburg en Viena; “instrumentos productores de nostalgia” como la pirámide de Caius Cestius y “el jardín” como Château de los obispos de Langres.

En cuanto a las “calles memorables”, quizá, se trató del objeto urbano más común y el más fácil de identificar pues, todos los estudiantes encontraron una calle con características de “memorable” en las ciudades que habitan. Incluso aquellos pueblos o ciudades pequeñas presentan en su configuración una calle que lo amarra todo, quizá porque muchos de ellos se formaron, precisamente por ese camino, ya que, imaginamos al caminante que, antes de establecerse, definió en su recorrido y con sus pasos aquel camino que luego se convertiría en calle.

Jonathan Aizaga

Algunos de los objetos urbanos más difícil de encontrar en nuestras ciudades fueron los llamados “estabilizadores”. Aquellos objetos en la ciudad cuya geometría perfecta resulta notoria en el tejido urbano. Ese contraste entre geometría regular y tejido orgánico resulta más evidente en las ciudades europeas donde se impuso un trazado geométrico y regular de una época determinada sobre su irregular y medieval trazado orgánico. En nuestro medio también, esa geometría libre e irregular, propia de la ciudad lenta antes que de la planificada, puede encontrarse en las ciudades informales. Sin embargo, además del contraste entre geometrías y tejidos, la escala y el tamaño también pueden provocar dicho efecto, pues, cualquier edificación a escala urbana cuya geometría resulte notoria podría funcionar como “estabilizador”. Así mismo, una geometría singular de cualquier edificio a escala urbana provocaría el mismo efecto si se contrasta con el trazado vial ortogonal de la mayoría de nuestras ciudades.

Jonathan Aizaga

Para las “piezas en serie potencialmente interminables” los estudiantes recurrieron a ejemplos arquitectónicos con cierta presencia urbana. Quizá esta categoría también fue fácil de encontrar pues, los elementos arquitectónicos y urbanos suelen repetirse por cuestiones prácticas y económicas. Estas repeticiones adquieren presencia rítmica alterna o continua y responden a la eficiencia constructiva y estructural requerida. De ahí que piezas en serie pueden encontrarse tanto a escala arquitectónica como urbana.

Freddy Jami
Alejandra Iza

En cuanto a las “espléndidas terrazas públicas”, cuyos ejemplos en el libro funcionan como remates o bordes de ciudad que se proyectan al paisaje o al mar. Son miradores públicos que al igual que un balcón en una casa buscan mirar desde lo alto. Se trata de terrazas y balcones públicos a escala urbana o, mejor dicho, a escala de paisaje. No todas las ciudades donde viven los estudiantes poseían terrazas de ese tipo. Pero, algunas de ellas, condicionadas por la topografía, presentan morfologías que revelan visuales generosas, sobre todo, las ciudades andinas donde existen miradores y plazas que trepan pendientes empinadas permitiendo mirar desde lo alto la ciudad y el paisaje.

Jónathan Aizaga

Los objetos urbanos más difíciles de encontrar fueron los “edificios ambiguos y compuestos”. Estos se presentan en el libro como grandes edificios que en su configuración determinan espacios urbanos. Son edificios que no pueden ser identificados en su unidad, pues, parecen la agregación de varios edificios a través del tiempo, es decir que, no pueden ser apreciados totalmente desde la calle y por ello, no es casual que las imágenes mostradas en el libro no se trate de vistas frontales o fachadas, sino de plantas o vistas superiores del fragmento de ciudad donde se encuentra el edificio. Esta información del edificio sólo puede obtenerse en ciudades donde existen archivos y extensa información planimétrica sobre lo edificado, aspecto que carecen nuestras ciudades. Sin embargo, los trabajos estudiantiles muestran edificaciones con esas características, sobre todo, en el centro histórico, donde algunos edificios poseen levantamiento planimétrico y donde puede observarse cómo lentamente han ido creciendo o configurando ciudad como, por ejemplo, los conventos que ocupan manzanas enteras.

Jonathan Aizaga

Uno de los objetos que, a diferencia del anterior, no pueden ser asimilados desde la vista en planta o implantación sino siempre en el plano vertical de la imagen son los llamados “instrumentos productores de nostalgia”. Se trata de objetos urbanos que evocan acontecimientos del pasado y, por tanto, activan la memoria, es así que son las imágenes o los recuerdos quienes llenan su contenido. Estos objetos fueron testigos presentes de hechos significativos para un colectivo o individuo. El volver a ellos o mantenerlos vivos significa honrar aquellos hechos pasados que marcaron algún aspecto de la historia colectiva de quienes habitan esos lugares. No se trata de objetos que pertenezcan únicamente a la ciudad; cualquier poblado o pequeño asentamiento tiene un pasado cuyo significado será recordado una y otra vez por medio de la permanencia material del objeto o monumento existente. Son para la ciudad como aquellas viejas fotos familiares que nos recuerdan quienes fuimos y, por ende, quienes somos.

Alejandra Iza

El último de los objetos buscados fue “el jardín” que, en el libro de Koetter y Rowe se muestra como aquella extensión de naturaleza domesticada por la más perfecta geometría, como ciudad modelo en franca crítica a la ciudad habitada. Se trata de los edificados jardines de castillos y palacios, tan inmensos que sólo pueden ser comparados con parques urbanos en nuestro medio, y es precisamente en los parques de nuestras ciudades donde los estudiantes encuentran ciertas similitudes, aunque las mismas, se vuelvan obvias por la vegetación antes que por la geometría. 

Jonathan Aizaga

Estas categorías e imágenes del libro, además de funcionar como referentes, sirvieron para cuestionarnos sobre nuestras ciudades. ¿Puede compararse Quito con Roma? Más allá de las distancias físicas, históricas, culturales, etc. ¿puede haber algo que las relacione espacialmente, materialmente, formalmente? Muchas de las categorías extraídas del “Excursus” determinan cuándo un centro poblado llega a denominarse ciudad, estas definen la cualidad de la misma más allá del número de edificaciones que presente y por tanto, pueden llegar a hablarnos de aquello que identifica a una ciudad.

Por supuesto que las cualidades que distinguen una ciudad de otra son diferentes y hasta pueden llegar a ser opuestas, más aún tratándose de una ciudad andina como Quito con respecto a cualquier otra ciudad europea; pero, es relacionando esos casos antagónicos donde se pueden encontrar -precisamente por el descarte de sus diferencias- aquellos aspectos esenciales que hacen que un centro poblado -desde su configuración espacial- pueda llamarse ciudad. De ahí que el ejercicio comparativo no pretendió nunca utilizar el referente como medida o resultado a ser alcanzado pues, consideramos que ninguna ciudad -más allá de la obvia imposibilidad- deba pretender parecerse a otra.

Los lugares encontrados por los estudiantes ocupan una ubicación específica en las distintas ciudades y, por tanto, no podríamos hablar estrictamente de recorrido sino, más bien, de mapa, haciendo alusión a la diferencia esencial entre mapa y recorrido; es decir que, al observar los lugares encontrados podemos conocer su ubicación, pero no podemos saber del recorrido desarrollado que permitió llegar a ellos. Muchos estudiantes, al trabajar en la misma ciudad, coinciden en algunos de los lugares encontrados, pero cada uno de ellos llegó allí de distinta manera (incluso utilizando el google maps). Se trata entonces de fragmentos de ciudad y como fragmentos, sin conexión evidente entre sí, como los recortes fortuitos de un collage cuyo sentido depende de quien observa el conjunto, en eso se fundamenta precisamente la noción de lo urbano en la ciudad, aquello siempre en constante cambio y construcción, lo múltiple antes que lo unitario, sin guion ni sentido aparentes, parecido a aquellos films de los años 20 donde las imágenes de la ciudad se montan sin pretendido orden, sin protagonistas ni trama, donde las dinámicas de la ciudad se muestran aleatorias y fortuitas, sin hilo conductor más que el ritmo propio de las actividades en la calle conformando lo que, en aquel entonces, se dio en llamar “sinfonías urbanas”. Es así que, sólo el recorrido experimentado por el estudiante conecta los fragmentos descubiertos, armando un conjunto de lugares pertenecientes a la misma ciudad y, por tanto, otorgándole la apariencia de unidad. De ahí que, una misma ciudad, es múltiple, porque depende del sentido que le otorga cada individuo que la experimenta y, nadie puede experimentar la totalidad sino, solamente el fragmento. 

Bibliografía:

De Certeau, Michel. 2007. La invención de lo cotidiano. México, Iteso.

Rowe, Collin y Koetter, Fred. 1981. Ciudad Collage. Barcelona, GG.

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Patricia Palacios

Revisitar el espacio público 

En época pandémica (2020-2022), como nunca, el espacio público ha sido sujeto de suspicacia y observación prolija no sólo por parte de estudios@s del tema, sino sobre todo, por parte del/la ciudadano/a común, mereciendo su respectiva toma de posición, pues el uso o interacción con el espacio público devino, desventuradamente, cuestión de vida o muerte. 

El abordar el tema del espacio público en formato de materia optativa, en FAU-UCE, data de casi siete años y en este ámbito se ha podido sensibilizar al estudiantado, parte del cual es actualmente profesional de la arquitectura y urbanismo, en la correlativa teoría y práctica espacial, en el conocimiento de algunos referentes locales y extranjeros sobre el tema y, en general, en la problemática que enfrenta. 

En términos metodológicos la Optativa Espacio Público se desarrolla combinando reflexiones en aula (virtual), como in situ (presencial), pues no basta la aproximación basada en información secundaria, sino por el contrario, la información primaria y experiencia directa constituyen condiciones sine qua non para su comprensión y posterior intervención. Sin embargo, al final del semestre académico, febrero-marzo 2022, la pandemia fue cediendo y se abrieron posibilidades de revisitar físicamente los espacios públicos y de profundizar en su estudio de manera sensorial. 

La materia se desarrolla en tres unidades curriculares no necesariamente secuenciales sino convergentes, enfocadas respectivamente en debates teóricos, recorridos urbanos o visitas de observación y en la propuesta de anteproyectos de intervención a escala barrial. 

A continuación, se exponen reflexiones y ejemplos de la actividad y aprendizaje colectivo en la materia. 

¿Qué define el espacio público? 

Tomar conciencia de que cada ciudadan@, al desarrollar actividades cotidianas en un determinado espacio por ejemplo caminar, jugar, trabajar, está produciendo espacio, y de que el espacio público no deviene tal sino gracias al uso dado por los habitantes, caso contrario constituye un simple adorno o un elemento prominente sin uso, significado, ni vida, es un logro de aprendizaje al que se aspira en esta materia. 

Para fundamentar dichas concepciones, se ha leído y debatido textos de autores como La ciudad es el espacio público de Borja, 2011, en el que se proponen varias ideas clave, como el hecho de que históricamente el espacio público ha sido construido por la gente, que su uso y significado cambia permanentemente según las condicionantes socio políticas y culturales de cada momento, que la modernidad lo ha afectado profundizando la división espacial público y privada, la gestión institucional del mismo, o su funcionalidad con respecto al sistema económico espacial imperante. En otro sentido se propone que el máximo espacio público es la ciudad toda, que el espacio público es la gente en las calles y que la calidad del mismo se mide por la calidad de las relaciones sociales que suscita. 

En términos más técnicos y metodológicos, se ha revisado el texto Espacios abiertos de uso público, de Pascual y Peña, 2012, en el que se establecen las dimensiones e indicadores a considerar cuando se analiza y/o diseña un espacio público. Tal es el caso de las dimensiones morfotipológica, funcional, sociopsicológica y el ecosistema urbano, cada uno de los cuales puede ser trabajado a partir de variables e indicadores específicos, pero el análisis e intervención total debe darse de manera interrelacionada. 

A partir del video documental Espacios Públicos y dimensión informal de la vida urbana en Quito (UTE, 2017) se reflexionó y concluyó que el uso informal que la población da a un espacio público, es decir, el que no se atiene a lo prefijado por el diseño y planificación urbana, revela sus diversas potencialidades y utilidades, pero también la capacidad transformadora del espacio urbano por parte de la ciudadanía, al crear espacio público donde no estaba planificado para ese uso. 

Varios ejercicios se produjeron con el objeto de familiarizar a l@s estudiantes con herramientas de trabajo e intervención en el espacio público como fue la aplicación de la ficha de registro usada por el MDMQ para inventariar los espacios públicos del barrio, o el uso de normativas planteadas en las diversas ordenanzas de uso y administración del suelo, en la Norma Ecuatoriana de la Construcción, Accesibilidad Universal (MIDUVI, 2019), o en el Manual de diseño de calles activas y caminables, formulado por Hurtado, Aso. Peatones de Quito, MDMQ/FAU-UCE, (2015). 

Memoria espacial 

Recordar las vivencias en el espacio público frecuentado durante la niñez, como instrumento de sensibilización, arraigo y responsabilidad por parte de l@s estudiantes, es un objetivo de partida para el desarrollo de una actitud profesional consciente, proactiva y entusiasta al respecto. La expresión concreta de esta actividad cristalizó en un Mapa de Niñez, realizado con técnica libre, pero, eso sí, a mano alzada y, de preferencia, a todo color. 

El mapa debía recoger los elementos urbano arquitectónicos más sobresalientes o significativos presentes en el área recordada y definida por cada cual, así como, evidenciar una experiencia positiva y otra negativa vividas en la misma. Se pidió no escatimar detalles referidos a elementos físicos, pero también sociales, presentes en el lugar y en el momento de tales experiencias. 

Los mapas presentados dieron cuenta de las diversas prácticas espaciales de la niñez del país y constituyen materia prima invaluable con que cuenta actualmente la FAU-UCE para un potencial registro etnográfico temático y georeferenciado del espacio público y de la práctica espacial urbana en nuestras ciudades. 

Díaz: Ibarra, Colombia, Quito.
Muñoz: Salinas 
Molina: Sector La Kennedy, Quito 

Para complementar la motivación y curiosidad en torno al espacio público se desarrolló una actividad investigativa individual sobre referentes internacionales sobre plazas y calles peatonales, la cual se complementó con otra, previa al diseño del anteproyecto o propuesta final, en la que debía conformar un catálogo de referentes sobre actividades, elementos urbano arquitectónicos, equipamientos, materiales, etc., a usarse, pero de manera adaptada a su área de intervención. Entre ellos destacamos: ágoras, áreas lúdicas, baños públicos, parqueaderos de emergencia, etc. 

Desmemoria espacial 

Con el objeto de fortalecer el pensamiento crítico y propositivo sobre urbanismo y espacio público, actualmente hegemonizado por una visión neocolonial, funcionalista y capitalista, es necesario recuperar la memoria inmediata y personal al respecto, e imprescindible recuperar la memoria colectiva e histórica, sobre el espacio que habitamos y que pretendemos transformar. 

A dicha necesidad se llega con frecuencia al constatar, por un lado, el olvido o ceguera ciudadana y académica respecto al territorio en que se habita, la que se da inclusive a pesar de que la propia toponimia muchas veces nos remite a la vivencia ancestral e histórica del mismo (Chimbacalle, Rumipamba, Mamacuchara, Cochapata, etc.), y por otro, las aspiraciones y preconceptos que se tienen sobre el espacio tanto privado (chalets, suites, lofts, condominios, etc.,), como público (polideportivos, centros comerciales o shoping-plazas, etc.), influenciados y apropiados desde el interés comercial y el de asimilación cultural. Al referirse a la plaza, much@s estudiantes ya ni siquiera tienen la idea de un mercado y casi nunca la de un lugar de encuentro y de expresión ciudadana. Se constata que cada vez se tiene menos esta vivencia del espacio público y en consecuencia se acrecienta la desmemoria al respecto. 

Como mecanismo de motivación hacia las formas ancestrales de pensamiento y vivencia espacial se utilizaron videos como el de Quito milenario (Quitsato) y Las pirámides de Caral (BBC), pero sobre todo la lectura, debate y explicación sobre el texto El arte de concebir el espacio andino, por parte del propio autor Arq. Alfredo Lozano, docente FAU-UCE. 

También con la intención de que l@s estudiantes puedan revivir la experiencia espacial urbana, interactuar en y con el espacio público, y observar el uso y dinámicas ciudadanas en el mismo, se logró implementar al menos uno de los recorridos planteados en el sílabo que tuvo lugar en los alrededores de la basílica del Voto Nacional, del parque barrial Matovelle, del Centro de Arte Contemporáneo (antiguo Hospital Militar), ubicados en el tradicional barrio San Juan del centro de Quito. 

La modalidad utilizada fue la de deriva programática, mediante la cual los estudiantes, divididos en grupos chicos, fueron descubriendo, reflexionando y registrando diferentes elementos del paisaje y dinámicas urbanas, para posteriormente producir colectivamente un relato gráfico de la experiencia. La totalidad de las evaluaciones estudiantiles sobre esta actividad son positivas y coinciden en el potencial que encierra en términos del aprendizaje y disfrute obtenidos. 

¿Para qué y para quién el espacio público? 

La lectura y reflexión sobre el texto Centros y espacios públicos, como oportunidades de BORJA, J. y MUXÍ, Z. (200, p.115), consiguió problematizar el tema del espacio público al plantear que “El desafío urbano es hacer ciudad sobre la ciudad: regenerando, rehabilitando, completando, creando nuevos centros metropolitanos, garantizando la movilidad, accesibilidad y diversidad de los mismos”, y que “El espacio público es un desafío político, urbanístico y cultural referido a toda la ciudad”. Sin embargo, también consiguió mostrar a los estudiantes un abanico de razones y posibilidades a ser consideradas oportunidades para desarrollar proyectos urbanos comprometidos con el mejoramiento de la calidad de vida, la cohesión social y el fortalecimiento de los derechos ciudadanos. 

Una vez comprendida la necesidad y asumido el desafío de producir espacios públicos, se requiere tener claridad en torno a sus potenciales beneficiarios. En este sentido, si bien se considera que el espacio público es accesible para toda la población, en la práctica se observan situaciones de exclusión/privilegio que es necesario evidenciar y corregir. Entre los grupos afectados del acceso libre y seguro al espacio público están los adultos mayores asumidos esta vez, como población destinataria de los anteproyectos de espacio público a escala barrial. 

Dentro del proceso de concepción del espacio público se privilegiaron dos actividades que redundaron en aprendizajes más significativos a decir de los propios estudiantes. En primer lugar, el acercamiento directo a la realidad de los adultos mayores de su barrio, sus necesidades y propuestas y, en segundo lugar, el conocimiento de metodologías de diseño inclusivo y de accesibilidad universal, con las que se puede atender a dichas necesidades socio-espaciales. 

Análisis de sitio 

Entrevistas a adultos mayores

MARÍA TERESA 66 AÑOS 
¿Cuál es el lugar que más le gusta del barrio donde vive y por qué? Le gusta ir al parque porque ahí viven sus amigas y le gusta salir a conversar al césped con ellas, también a veces sale con su nieto menor y su perro para distraer su mente. 
¿Qué situación negativa ha experimentado cuando va al parque o en la calle? 
La contaminación, el mal olor que produce la basura ya que las personas arrinconan en esa esquina la basura hasta que pase el camión recogedor pero no es un tipo de basurero simplemente un espacio público. 

JESÚS AMABLE (72 AÑOS) 
¿Cuál es el lugar que más le gusta del barrio donde vive y por qué?
Ir a ver cómo juegan vóley en las canchas y encontrarse ahí con sus amigos. 
¿Qué situación negativa ha experimentado cuando va al parque o en la calle? 
No cuenta con un mobiliario apropiado para personas de tercera edad ya que solo existen pequeños muros de piedra que sirven como asientos. 

Comentarios y sugerencias estudiantiles sobre experiencia presencial en la ciudad 

La experiencia que se tuvo en el recorrido fue enriquecedora en cuanto a tener otra forma de mirar a la ciudad, no solo el hecho de salir y caminar sino ahora percatarse de los detalles que se encuentran en nuestro alrededor, más aún tener la oportunidad de entrevistar a las personas que son del barrio y conocer sus experiencias y los espacios que suelen concurrir. 

A mi parecer la metodología utilizada es la adecuada para este tipo de recorridos porque el hecho de formar grupos y tener cada uno en sitios ayuda visitar más lugares y hacer un análisis más amplio de la ciudad. 

Ismael Nicolalde 

La experiencia del recorrido fue muy grata y satisfactoria debido a que en lo personal ha sido el primer recorrido urbano en el que participé y al ir con una previa expectativa sobre los Jane’s walk y el entusiasmo fue mayor. En el recorrido aprendí a ser más visual y detallista con todos los elementos que podíamos encontrar en nuestro camino. En ocasiones por la cotidianidad de los días no apreciamos las huellas que las personas dejan a lo largo del tiempo en la calle, viviendas, puertas, ventanas entre otros. 

Una sugerencia para futuros recorridos es que se involucre más a las personas del lugar, tal vez siendo parte del recorrido, porque la historia de ellos sobre su barrio nutriría más aun el recorrido. 

Evelyn Herrera M. 

Los logros de aprendizaje pueden ser medidos y visibles en diferentes momentos de la vida estudiantil y profesional, y no sólo en actividades evaluativas puntuales. De esta manera, resulta más importante desarrollar con los estudiantes algunas metodologías que le permitan comprender las situaciones urbanas siempre cambiantes, enfrentar las problemáticas que se le vayan presentando a nivel urbano y arquitectónico, y podrá trabajar con los recursos disponibles en dicho contexto social, espacial y temporal. 

Por tanto, se vuelve necesario desarrollar una reflexión permanente sobre aspectos metodológicos de la enseñanza-aprendizaje, extraer lecciones aprendidas de su uso y procesos, valorar, mantener y perfeccionar las buenas prácticas, para no conformarnos con dar al estudiante soluciones a los problemas, sino enseñarle a enfrentarlos. 

“Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”. 

Proverbio chino 

Bibliografía 

 Borja, Jordi. La ciudad es el espacio público. En Revolución Urbana y derecho a la ciudad. OLACCHI-MDMQ, Colección Textos Urbanos. Quito, 2011. ISBN: 978-9978-370-15-5 Págs. 321-342. 

 Borja J., y Muxí, Z. Centros y espacios públicos como oportunidades. Artículo en Perfiles latinoamericanos, revista de FLACSO México. Diciembre 2001 https://www.researchgate.net/publication/28140099_Centros_y_espacios_publicos_como_oportunidades 

 Hurtado, Diego, Aso. Peatones de Quito, MDMQ/FAU-UCE, (2015). Manual de diseño de calles activas y caminables. Quito. Xttps://www.academia. edu/35227652/MANUAL_ DE_DISEÑO_DE_CALLES_ ACTIVAS_Y_CAMINABLES ?auto=download 

 Lozano, A. 2020. El arte de concebir el espacio andino. https://editorialfau.wordpress.com/2020/11/22/el-arte-de-concebir-el-espacio-andino/ 

 MIDUVI, Norma Ecuatoriana de la Construcción, Accesibilidad Universal (AU), 2019 https://www.habitatyvivi enda.gob.ec/wp- content/uploads/downlo ads/2019/05/NEC-HS-AU- Accesibilidad- Universal.pdf 

 Pascual González, Aylín y Pena Díaz, Jorge. Espacios abiertos de uso público. Arquitectura y Urbanismo. 2012, vol.33, n.1 [citado 2016-11-15], pp. 25-42 . ISSN 1815-5898 http://scielo.sld.cu/pdf/au/v33n1/au030112.pdf 

 Project for Public Spaces. PPS ¿Qué criterios determinan un buen espacio público? https://www.pps.org/article/que-criterios-determinan-un-buen-espacio-publico 

Videos 

 UTE, 2017, Espacios Públicos y dimensión informal de la vida urbana en Quito https://www.youtube.com/watch?v=sPmjc2rEPrE&t=339s 

 QUITSATU, Quito Milenario https://youtu.be/LNr980eFbX0 

 BBC, 2016. Las pirámides de Caral https://youtu.be/arkKyz6bjBw 

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estudiantes

La delgada línea entre el signo y la función

Por: Ximena Santelices

“Si funciona, es bello”

 Juan Carlos Baumgartner

La eterna discusión entre el signo y la función pragmática en la arquitectura parece reconciliarse y fundirse el uno con el otro en el Hotel Quito. Los rezagos de la arquitectura moderna han dejado la disyuntiva de que la función es más importante que el signo. Pero ¿puede un espacio tan tipológico como lo es un hotel, desligarse del signo? Si a la final un espacio de este nivel puede ser comprendido de mejor manera por el  interlocutor si es que existen símbolos propios del constructo histórico y social que ayuden a interpretar los espacios.

El proceso de comprensión para las personas, tanto en la arquitectura, como en cualquier aspecto, es el mismo. Consiste en la recepción de un mensaje emitido, que posteriormente será abstraído mediante la interpretación de símbolos (o códigos) que identificamos con base en la experiencia personal, contexto cultural, histórico y social por el que estamos presididos. William Morris nos dice que la pragmática forma parte del signo, pues estudia los efectos que tienen los signos sobre sus destinatarios y la utilización que hacen de ellos. (Escobedo, 2011).

Esto parece tan evidente para las personas, sin embargo, hay quienes afirman que la función siempre debe anteceder al signo, como es el caso de Sullivan: “La forma sigue a la función”. Esta frase se convirtió en un mandamiento de la arquitectura moderna, que sugería que se debía dejar de lado el simbolismo en la arquitectura para que esta sea igual en todo el mundo y  unificarla. Por el contrario, Luis Barragán defiende el signo al decir que una puerta no es solo una puerta: 

 “Las puertas significan el paso de una dimensión a otra, y como tal, debe marcar ese paso, es un signo que debe tratarse en su trascendencia y conservar su esencia simbólica” (Bürdek, Bernhard, 1994).

Sería un error de concepto superponer la una a la otra porque los espacios, finalmente, solo cobran sentido cuando alguien los utiliza, y las personas somos profundamente simbólicas. Los seres humanos le damos significado al espacio. Y dialécticamente, el espacio nos condiciona.

Incluso un mural que es la representación más fiel del simbolismo en la arquitectura puede aportar a la función en cuanto a la compresión de un espacio, como es el mural de Jaime Andrade en el salón principal del Hotel Quito. Pues contribuye al mensaje de que este es un espacio primordial. Igualmente la escalera helicoidal que enmarca y jerarquiza el vestíbulo del hotel, espacio que desemboca en el auditorio donde se llevó a cabo la Conferencia Interamericana de Cancilleres para la que fue creada el hotel. Las doce arquerías a doble altura de hormigón armado de los salones principales son una interpretación de las arquerías del centro histórico de Quito. (Docomomo, 2020). Este funciona como un recurso para vincular al individuo con cultura, además de otorgar al espacio mayor iluminación y asoleamiento durante el día, características puramente funcionales. La paraboloide hiperbólica, que es la visera de acceso al hotel, transmite la bonanza económica que atravesaba el país en la década de los 60 sugiriendo el cambio de época y de idiosincrasia que estaba surgiendo. Este pomposo elemento que funciona como recibidor y a la vez como remate del hotel, solo podía dar un mensaje, que la manera de acceder al hotel debía ser igual de pomposa que este, en automóvil directo al hotel. De este espacio se abstrae la idea de que la nueva relación de la ciudad con la arquitectura era mediante el automóvil.

El Hotel Quito fue concebido de esta manera. A partir de símbolos que aportan a la significación de la función. Tomando las palabras de Umberto Eco:

“Es importante no tomar la función y el signo de manera jerárquica, una no es más importante que la otra, es el valor comunicativo, intencional o simbólico que se otorga a cada categoría lo que interesa”. (Eco, 1973)

Teniendo presente eso, se reconoce lo relacionadas que están la función y el signo en la arquitectura, en este caso, en el Hotel Quito. Cada elemento arquitectónico del hotel, además de ser funcional, se concilia con un simbolismo que da cuenta del contexto temporal y cultural que lo preside. Ambos conceptos se conjugan y envían un mensaje más claro en los espacios del hotel, significándolos  desde su época y tradición, permitiendo que el individuo pueda identificarse con el espacio y en consecuencia, comprenderlo mejor.

La arquitectura finalmente sí encuentra un valor intrínseco entre el signo y la función. Es importante interpretar correctamente los signos de nuestra época y cultura para poder combinar ambos y dejar de lado el excesivo apego por la función pura que existe desde la arquitectura moderna.

Bibliografía

Docomomo, C. d. (2020). Hotel Quito Docomomo. En C. d. Docomomo, Hotel Quito Docomomo (pág. 2). CAE.

Eco, U. (1973). La Función y el Signo en la Arquitectura. En U. Eco, La Función y el Signo en la Arquitectura (pág. 10). Lafebre.

Escobedo, M. I. (2011). Semiótica y Arquitectura. En M. I. Escobedo, Lo que al usuario significa (pág. 18). Quivera .

Cosío, Luis Gonzáles. «Semiótica de la Arquitectura Función y Signo.» En Semiótica de la Arquitectura Función y Signo, de Luis Gonzáles Cosío, 15. México: ITESCO, 2001. 

Eco, Umberto. «La función y el signo en la Arquitectura.» De Umberto Eco, 30. s.f. 

Luzuriaga, Mauricio. revista uazuay . 2014. http://revistas.uazuay.edu.ec/html/revistas/DAYA/08/articulo13/uazuay_el_paraboloide_ hiperbolico_de_concreto_armado_en_el_ecuador.html.

Verónica Rosero, Enríque Ferreras. Ciudad compacta, ciudad dispersa. s.f. https://www.researchgate.net/publication/334759110_Ciudad_compacta_ciudad_dispersa _Lenguaje_y_manipulacion_en_la_comunicacion_grafica_arquitectonica_comercial. 

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Carlos Hidalgo Zunino

¿Arquitectura Híbrida, cuál, en dónde y para quién?

“La fuerza de un buen proyecto arquitectónico reside en nosotros mismos y en nuestra capacidad de percibir el mundo con sentimiento y razón. Un buen proyecto arquitectónico es sensorial. Un buen proyecto arquitectónico es racional”

Peter Zumthor

El octavo semestre del Taller UNO estudia de manera crítica la arquitectura “Híbrida”, complejizando y buscando un acercamiento hacia los contextos urbanos, sociales y económicos de las ciudades latinoamericanas, sin dejar de lado las referencias y los estudios realizados por investigadores sobre este concepto.

La lectura del texto “ThisisHybrid” describe con claridad características de diseño en la arquitectura híbrida, siendo una guía útil como herramienta para plantear unas condiciones de diseño que pueden ser reinterpretadas en nuestro contexto, estas son variadas como: la yuxtaposición de programas, la diagonal como herramienta de diseño en las secciones, la escala, la sociabilidad y la conformación del espacio público, la sostenibilidad en la arquitectura, etc. Por otro lado, también nos da una lectura de dos modelos de arquitectura que en este caso se relacionan por su condición de buscar alternativas para generar vivienda, pero corresponden a dos momentos históricos diferentes, nos dice: “El condensador social nace, por tanto, del vientre del Estado soviético, mientras el híbrido, es una criatura que sale de la entraña del sistema capitalista. Es el resultado mercantil de una suma de intereses privados y de una resta de condicionantes urbanos. La especulación y la rentabilidad fueron sus progenitores; la ciudad americana, su jardín de infancia. Mientras el condensador era la concreción de una ideología”, con estas reflexiones se logra contextualizar los momentos históricos de estos dos planteamientos arquitectónicos, y también nos dan pie para poder replantear la “arquitectura híbrida“, ubicándonos en el momento contemporáneo latinoamericano, con sus necesidades, su realidad económica y sus potencialidades culturales.

La lectura de “La Nueva Babilonia” busca plantear alternativas a uno u a otro sistema hegemónico al que nos enfrenta “ThisisHybrid”. Busca generar en las y los estudiantes una posición personal, que está ligada a sus procesos creativos relacionados con un momento postmodernista crítico, antisistema en el cual Constant nos propone, desde el arte, el habitar y la utopía, revisar como el ser humano está dominado por el “Homo Faber” dejando de lado al “Homo Lúdens”. Nos dice que:La sociedad utilitarista designa todas las formas conocidas de sociedad, incluidos los estados capitalistas y socialistas modernos. Pone en evidencia una realidad fundamental, que es la misma para todas las formas de vida colectiva, pasadas y presentes: la explotación de la fuerza del trabajo del ser humano. La “utilidad” es el principal criterio que se aplica en la apreciación del hombre y de su actividad. El creador, el Homo lúdens, solo puede hacer valer sus derechos de forma excepcional.” En contraposición está la“sociedad lúdica”, lo plantea como nuevo concepto, y dice que una sociedad liberada de la automatización del trabajo productivo se encuentra por fin en condiciones de desarrollar su creatividad, una sociedad que solo se puede dar sin clases sociales. En el curso estos criterios los hemos pensado como herramientas para acercarnos a los procesos de diseño de manera personal, reflexionando sobre los momentos en el diseño y el valor de la creatividad para proponer la espacialidad, y, por otro lado, aterrizando nuestras ideas a las complejidades sociales y económicas en la producción de la vivienda en el contexto latinoamericano. Buscando de esta manera que el juego y nuestro “Homo Lúdens” esté presente en los diseños arquitectónicos híbridos como propuesta para trabajar la complejidad programática y la sociabilidad en el planteamiento de los espacios públicos, comunes y privados, con una premisa relacional, manejo espacial y formal del “ver y ser visto”.

Por último, en las lecturas de “El Habitar y la Cultura”, texto de Angela Giglia, el cual nos ha dado la posibilidad de reflexionar sobre las maneras de habitar y los territorios donde lo hacemos. Planteándonos conceptos como el Orden cultural o el habitus espacial, la cultura urbana y el lugar, entendidos desde la domesticidad y el género. Lo que en palabras de Giglia“…constituyen todos juntos una suerte de constelación con respecto a la cual ubicar el quehacer de la antropología en su trabajo para entender la relación con el espacio”. Desde esta perspectiva en el curso hemos reflexionado sobre las dinámicas urbanas y espaciales del lugar donde vamos a trabajar, pensando en las relaciones socio espaciales que se dan en el sur de la ciudad de Quito y en el Plan Urbano Ciudad Quitumbe.

Extraer conceptos de las lecturas

Buscando aportar en la redefinición acerca de, ¿Qué es la Arquitectura Híbrida?, para un contexto latinoamericano, de una manera creativa. Los ejercicios de lectura tenían como objetivo extraer los conceptos de estas tres lecturas y enfrentarlos a manera de esquemas y diagramas. Las intenciones estaban en complejizar y territorializar las definiciones disciplinares de lo “híbrido” para aprovechar sus aportes en el diseño de una arquitectura necesaria, compleja y diversa en las realidades latinoamericanas. Con base en la teoría estudiada, a través de un proceso creativo-reflexivo, las y los estudiantes han planteado proyectos fundamentados basados en los conceptos teórico-prácticos. Haciendo un énfasis en el espacio público, la sociabilidad y el ser humano, desarrollando una arquitectura integral en base al contexto social, espacial, cultural y económico.

Localizamos nuestro lugar de trabajo en el Plan Ciudad Quitumbe (1991) al sur de Quito, usando también sus propuestas como una guía para el planteamiento urbano arquitectónico del proyecto.

Estudio de la ciudad y del lugar

Proyectos de diseño arquitectónico

Aquí más proyectos

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María José Freire Silva

La ciudad industrial y la ciudad moderna

Entender la historia de nuestras ciudades, de cómo se formaron y evolucionaron, hasta lo que hoy conocemos, nos permite no solo respetar su identidad y sus hechos urbano-arquitectónicos clave, sino que también podemos aprender de los errores y aciertos que nos permitirán proyectar de mejor forma la ciudad presente y del futuro.


En este nuevo semestre, con esta premisa, se prepararon desde cero los contenidos referentes a la asignatura Historia y Teoría del Urbanismo I, la cual pertenece a la nueva malla. Para ello era fundamental la revisión del documento del Rediseño de la Malla Curricular para la Facultad, el cual solo proponía unos contenidos básicos y poco profundos, en relación con esta temática. Se buscó ampliar la información con relación a los periodos de estudio propuestos para permitir a los estudiantes tener un panorama completo de los hechos históricos que motivaron al aparecimiento de teorías, planes, proyectos que definieron la forma de cómo hoy entendemos la ciudad en los periodos de estudio correspondientes.
Justamente en este punto era importante complementar los contenidos con bibliografía y apartados teóricos que expliquen la influencia de la planificación urbana en Latinoamérica, específicamente en el caso ecuatoriano, en el cual se produjeron unas lógicas completamente diferentes a las de los países en los cuales se desarrollaron las principales teorías y propuestas urbanas.


Otro aspecto que se detectó en este primer acercamiento a los contenidos fue que la malla proponía que el estudio sobre la historia y teoría de la ciudad parta recién desde la revolución industrial, lo cual se contrapone al entendimiento completo del nacimiento de las ciudades desde los períodos de la prehistoria, cuando gracias a la agricultura y los cambios de comportamientos de las primeras sociedades en Mesopotamia, Sechín o Caral, por ejemplo, permiten el aparecimiento de asentamientos o ciudades de pequeño tamaño y con ello la construcción de nuevos espacios complementarios a la vivienda.
Por esta razón se optó que para iniciar la explicación de la primera unidad, era importante resumir mediante una línea de tiempo gráfica y analítica, los períodos históricos previos a la revolución industrial y comprender la evolución de la ciudad hasta este punto.
En adelante, para decidir los contenidos de las unidades a estudiar se revisaron una serie de documentos bibliográficos que han marcado un referente en el estudio teórico de la urbanística. Entre ellos encontramos las posturas de Fernando Chueca Goitia en Breve historia del urbanismo, donde se evidencia un panorama de los aspectos más relevantes en la evolución de las ciudades. Complementando con la visión de François Choay, quien en su texto El urbanismo. Utopías y realidades explica las posturas previas al nacimiento del urbanismo y así comprender las propuestas teóricas y modelos que dan inicio a nuevas formas de proyectar y pensar la ciudad. Finalmente los famosos textos de cabecera de A. E. J. Morris, Historia de la forma urbana y de Lewis Mumford, La ciudad en la historia, con sus posturas y visiones críticas sobre la historia de las ciudades y las consecuencias en la forma de la ciudad o sus problemáticas.
Estos textos permitieron organizar los contenidos y temáticas más relevantes para explicar la influencia del pensamiento de la época, con el aparecimiento de las primeras propuestas para solucionar los efectos de la revolución industrial en las ciudades y como consecuencia el aparecimiento de los primeros planes urbanos y el nacimiento del urbanismo como disciplina.

Posteriormente se revisaron Orígenes del Urbanismo Moderno de Leonardo Benévolo y Después del Movimiento Moderno de Josep María Montaner para complementar la búsqueda de contenidos de la última parte de los contenidos referentes al Urbanismo Racionalista.
A la par en cada unidad se estudiaron textos que ilustren los hechos ocurridos en nuestro país, específicamente en el caso de la ciudad de Quito y comprender los contrastes y efectos urbanos en la ciudad con relación al período industrial y moderno. Textos como La ciudad y los otros. Quito 1860 – 1940 de Eduardo Kingman, América Latina: Espacios urbanos, arquitectónicos y visualidades en transición. 1860-1940, editado por Alexandra Kennedy-Troya, Ciudad y arquitectura republicana Ecuador 1850 – 1950, editado por Inés del Pino y Quito 30 años de arquitectura moderna 1950 – 1980 de la misma autora. Estos documentos fueron fundamentales para explicar la influencia del período industrial y los postulados del Movimiento Moderno en nuestro contexto.
De esta forma los contenidos generales se resumen es dos unidades con los siguientes temas:

Imagen 1.Presentación de contenidos. Fuente: Elaboración Propia

Un tema pendiente: “El patrimonio latinoamericano”

Uno de los temas que se procuró transversalizar a lo largo de las clases fue la reflexión del patrimonio de nuestro país y la poca protección o estudio que se ha dado en muchas instituciones y en general, en la opinión nacional sobre algunos períodos históricos que son relevantes para explicar el desarrollo de varias ciudades ecuatorianas.
Justamente los períodos estudiados en este semestre: la industria y lo moderno, son momentos cuya producción espacial en lo urbano y lo arquitectónico han tenido poco cuidado y que lamentablemente en la actualidad vemos peligrar obras que albergaron no solo espacios que fueron testigos de hechos importantes para el país, sino que representan sistemas constructivos y lenguajes formales de una época específica.
Estas reflexiones permitieron al grupo estudiantil detectar en sus barrios o ciudades de residencia, otros ejemplos de obras arquitectónicas o de espacios públicos que por la poca (o inexistente protección en muchos casos) se hayan perdido o deteriorado.

Imagen 2 y 3. Silos de almacenamiento de la Cervecería Nacional en el barrio La Magdalena, Quito y Casa Brauer de Jaime Andrade H. en el barrio Quito Tenis, Quito.
Fuente: El Comercio y Editorial Trama respectivamente.

La importante transversalidad de conocimientos entre asignaturas del mismo nivel

Una decisión que fue muy importante al inicio del semestre fue la de complementar las temáticas de las otras asignaturas con los contenidos de esta materia, por lo cual se propuso que el barrio Chimbacalle, sea un elemento de estudio común para resolver los trabajos a ser realizados no solo en el Taller de Proyectos de Arquitectura, sino también en el de Urbanismo.
Como parte de este acercamiento al área de estudio se organizó una visita al barrio, procurando comprender su origen y sus espacios relevantes con relación al patrimonio industrial del sitio. Nos acompañaron en la visita personajes del barrio cuyas familias fueron las primeras en habitar estos barrios con la llegada del tren y como consecuencia las primeras fábricas y barrios obreros. Esto permitió comprender las dinámicas del lugar y su estado actual.

Imagen 4 y 5. Mapa de recorrido propuesto en Chimbacalle y fotografía de parte del grupo estudiantil. Fuente: Propia

Como otra actividad complementaria se realizó una visita al Museo Archivo de la Arquitectura Ecuatoriana donde tuvimos la mediación en la exposición permanente sobre la producción de los pioneros de la arquitectura moderna del país y también la exposición temporal sobre el Plan Regulador de la Ciudad de Cuenca, elaborado por Gilberto Gatto Sobral con una importante influencia del Urbanismo Racionalista. Estas dos exposiciones fueron relevantes para comprender los temas de estudio de la asignatura.

Imagen 6. Visita al MAE. Fuente: Propia

Aplicación de los contenidos teóricos en la investigación de un caso de estudio particular

Para enfrentar los amplios contenidos de la asignatura se procuró aplicar una metodología que permita incentivar a los estudiantes por el estudio de la historia de la ciudad. Para este motivo fue importante después de las clases teóricas complementar la revisión de películas (no necesariamente documentales) o textos que muestren las consecuencias de la aplicación de las teorías o proyectos estudiados y de ellos extraer una reflexión individual sobre los problemas o aspectos positivos. Como resultado cada estudiante ponía en duda o crisis los contenidos de la materia y los hechos de cada etapa estudiada, permitiendo que cada uno amplíe sus conocimientos y también analice nuevas posturas sobre cada período histórico, construyendo sus propios criterios.
Para complementar esta labor se propuso construir un texto en formato revista informativa, donde pudiesen plasmar los resultados de la investigación de los periodos de estudio en casos específicos elegidos por los mismos estudiantes. Elegir el área de estudio de residencia de los alumnos permitió generar un lazo interesante con el tema, ya que les permitió conocer más sobre la historia del lugar habitado. Por otra parte cabe destacar que la investigación y análisis no solo se limitó al campo del urbanismo, sino que fue complementado con las contribuciones de obras de arquitectura de las épocas estudiadas.
Los resultados de este ejercicio fueron excelentes en los dos grupos de estudiantes. La socialización mediante diálogos en clase de los avances permitió que todos los grupos comprendan el objetivo de los trabajos y que se interesen por construir un instrumento claro y bien documentado.

A lo largo del semestre se procuró que los contenidos de la asignatura permitan a él/la estudiante comprender los factores de la materialización y producción de nuestras ciudades y cómo estos pueden relacionarse con las problemáticas que actualmente enfrentamos dentro de lo profesional, invitando a reflexionar en la importancia de la historia como testigo viviente de nuestra identidad. Para lo cual el ejercicio del recorrido urbano fue fundamental en la medición de la comprensión de terminología y más que nada de las lógicas de cada período de estudio.

Imagen 7. Ejemplo trabajo GRUPAL – unidad 1 y 2. Fuente: Erika Castillo y Adriana Osorio.

Un trabajo sobre Latacunga

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Kléver Vásquez

Entre la ville y la cité, el texto

Nos complace presentarles la edición número 20 de Arquitectura y Sociedad: https://revistadigital.uce.edu.ec/index.php/arquitectura/issue/view/291

En esta ocasión y sin haberse propuesto un tema editorial, los artículos que aquí se presentan, al parecer, mantienen un vínculo que puede relacionarlos entre sí; en términos generales, la ciudad parece ser ese gran tema que alberga los artículos a continuación y es que, todos ellos de alguna manera, son resultado o involucran cualquiera de los dos aspectos que, a decir de Richard Sennett, han identificado a la ciudad: la ville y la cité. Ambos términos rememoran los dos significados opuestos que la ciudad siempre tuvo, “por un lado, el de un lugar físico; por otro, el de una mentalidad compuesta de percepciones, comportamientos y creencias.” (Sennett, 2019:9). Entre esos dos polos oscilan los textos que se presentan en esta edición.

Dichos términos nos recuerdan que el estudio de la ciudad siempre necesitó de léxicos con los que pretendemos dilucidar su complejidad, y así, diferentes palabras han sabido dar cuenta de la evolución y transformación de las ciudades, desapareciendo unas y apareciendo otras, respondiendo a la carga cultural e ideológica presente en cualquier momento histórico como, por ejemplo,  el término Smart City que presentamos acá, cuyo estudio realizado por Eugenio Ferrer Rojas y Carolina Castillo Büttinghausen (Chile), trata sobre la evolución de su significado en Latinoamérica y en ese sentido, éste estudio podría enmarcarse como perteneciente a la cité antes que a la ville. Así mismo, un segundo artículo desarrollado por Marcelo Valladares Borja (Ecuador) se enmarca también en la cité pues, concierne a las formas de ocupación informal en el sur de Quito, cuyos asentamientos dependen de la identidad de sus habitantes y, por tanto, de las percepciones y creencias que terminan configurando dichos barrios. La ville, por otro lado, se muestra como objeto de afecto en el artículo de Miguel Córdova Ramírez (Perú), quien parte del apego de los transeúntes hacia cierta calle de Lima; es decir que su estudio, parte de la gente hacia el espacio o, dicho de otro modo, de la cité a la ville.  Y es la ville o lo edificado el protagonista de los siguientes artículos. Así es como Graziano Brau Pani (Italia-México) estudia las virtudes de un conjunto de vivienda colectiva desarrollado en Guadalajara por Alejandro Zohn que, desde los años 70 ha mantenido sus principales espacios, los mismos que nos hablan de un edificio contemporáneo. Y si la ville tiene que ver con lo edificado en el pasado, también tiene que ver con lo que se pretende construir en el futuro o con lo que pudo haberse construido; es decir, con el proyecto. Ese es el caso del texto presentado por José Pelegrín Santacruz y Beatriz Tarazona Vento (España-Ecuador) quienes nos comparten el proceso de diseño para la estación del metro en la Universidad Central del Ecuador, el mismo que compara el entorno edificado con el entorno de un lenguaje, encuadrándose su texto, en esta mirada que relaciona las palabras y las cosas. Finalmente, si los artículos anteriores manifiestan cierto acercamiento a la ciudad a través de cualquiera de los dos términos mencionados, quizá, en las imágenes pictóricas de Sócrates Ulloa (Ecuador) se evidencie la imposibilidad de distinguirlas por separado y es que, tal vez, su arte pueda mostrarnos juntas y fusionadas en sus trazos y colores a la cité y la ville.

Queremos así dejarles con Arquitectura y Sociedad, cuyo nombre, espontáneamente, nos invitó a relacionar los artículos con los términos evocados por Sennett, entendiendo que dicha atribución nos enmarca en la razón original de la revista: la ciudad, soporte donde desarrollamos nuestra forma de habitar y por tanto de pensar. 

Referencia:

Sennett, Richard (2019). Construir y habitar. Ética para la ciudad. Barcelona, Anagrama.

Acá la revista: https://revistadigital.uce.edu.ec/index.php/arquitectura/issue/view/291

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Diego Hurtado Vásquez

La Universidad como un laboratorio urbano que permita crear las condiciones para una vida urbana sostenible

La historia de las ciudades, nos demuestra reiteradas veces, cómo la forma urbana ha incidido en la vida urbana y a la vez, el cómo la vida urbana ha determinado la forma urbana (Mumford, 2012).  También nos permite apreciar, la estrecha relación que existe entre el desarrollo tecnológico y los inventos de cada época y cómo estos determinan la forma y la vida urbana.  En sí, el desarrollo de la agricultura determinó que los humanos nos volvamos sedentarios y esto a su vez originó el aparecimiento de las ciudades. 

También, al estudiar la historia y evolución de las ciudades, se puede entender cómo ciertos momentos de crisis, han permitido el desarrollo de nuevas tecnologías, que han llevado a soluciones a esa problemática.  La crisis de la ciudad medieval que tiene su momento más crítico cuando aparece la pandemia de la peste bubónica, llevó al desarrollo de tecnologías lideradas por salubristas, iniciando los primeros sistemas para un adecuado manejo de residuos sólidos y aguas servidas, que luego darían como resultado los sistemas de alcantarillado, permitiendo que las ciudades nuevamente vuelvan a florecer con mejores condiciones de salubridad. 

Ante la gran crisis que estamos viviendo de cambio climático, contaminación ambiental y reducción drástica de las reservas de petróleo, el avance científico y tecnológico debería llevar a soluciones integrales, que preserven todas las formas de vida en el planeta, mantengan el equilibrio natural y construyan hábitats humanos que armonizan con ese frágil equilibrio. Por lo tanto, el aporte desde la academia debería ir hacia lograr esos objetivos.  Las investigaciones en gran porcentaje deberían apuntar a buscar soluciones a estas problemáticas y lograr las condiciones para una vida urbana sostenible.

La Universidad Central del Ecuador, una oportunidad especial para lograr implementar estos cambios.

En las universidades se realizan investigaciones que contribuyen a solucionar problemas, permiten innovar y desarrollar ciencia y tecnología. También es su deber contribuir a la sociedad y formar profesionales expertos en diferentes saberes para que luego sirvan y contribuyan a la prosperidad de la población.   

Varios estudios  de diversos autores dan luces de por dónde deben cambiar las ciudades para lograr la sostenibilidad y si bien la ciudad actual se ha configurado en torno a los desplazamientos en transporte motorizado, la mayoría de respuestas a la situación actual plantean justamente lo contrario y se parte de acciones para  reducir  considerablemente la necesidad de usar transporte motorizado, en especial el automóvil particular, ya que de esta forma se estaría logrando un gran ahorro energético -una menor utilización de petróleo y combustible fósiles- por lo tanto se tendría menos emisiones de contaminantes y gases efecto invernadero a la atmósfera y fundamentalmente se podría recuperar  el espacio público y la ciudad para la gente (Alexander, Ishikawa, & Silverstein, Un lenguaje de patrones, 1980), (Gehl, 2014), (Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, 2008), (Girardet, 1992), (Heinberg, 2010), (ITDP, 2017). 

El ITDP (2017) (Institute for Transportation and Development Policy), recogiendo lo que plantean varios autores arriba mencionados, ha creado el concepto del Desarrollo Orientado al Transporte, conocido por sus siglas DOT, compuesto por 8 principios que son: caminar, pedalear, conectar, transportar, compactar, densificar, mezclar y cambiar; si se cumplen estos principios, se puede reducir el uso del transporte motorizado en la ciudad. Lo ideal es que estos 8 principios se cumplan en pequeños territorios de tal manera que la mayor cantidad de actividades se realicen a pie.  Al cumplir los 8 principios en pequeños territorios a distancias caminables, se lograría tener una microcentralidad urbana que pasaría a ser la primera escala del sistema de centralidades urbanas. De esta manera a partir de ir equilibrando pequeños territorios urbanos, se lograría equilibrar toda la ciudad.

Una micro-centralidad se puede definir como un territorio de entre 400 a 800 metros de lado, en donde a distancias caminables se puede realizar múltiples actividades de la vida cotidiana, delimitada por vías colectoras en donde pasa el transporte público (BRT, bus convencional, metro, tranvía, microbús, cable, bicicleta pública) con 200 habitantes por hectárea de densidad bruta mínima, y una mezcla de usos con un 60% mínimo residencial y un 40% máximo de otros usos (comercio, servicios y equipamientos), con manzanas cortas (con lados menores a 100m) y alta densidad de calles de dominio peatonal.

La meta a cumplir en la ciudad de Quito es tener un sistema de centralidades de diferentes escalas, siendo las micro-centralidades la unidad base de organización territorial urbana, las cuales se conviertan en sí mismo en una mini ciudad con todos los servicios, en donde la mayoría de actividades ciudadanas se puedan realizar a distancias caminables y reducir la necesidad del uso del automóvil.

En la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la UCE, se ha venido realizando una serie de estudios sobre la implementación de los principios del DOT y el cumplimiento de sus indicadores en diferentes lugares de la ciudad de Quito, así como en otras ciudades.  El campus universitario ha sido parte de esos estudios y se ha podido vislumbrar que reúne condiciones ideales para convertirse en un barrio con las características de microcentralidad y que, además, por tratarse de un centro universitario, fácilmente podría convertirse en un gran laboratorio urbano.  En la Ciudadela Universitaria se tiene aún muchos espacios vacíos y/o subutilizados en donde se podrían implementar nuevas edificaciones y lograr la conformación de espacios exteriores del tipo plazas y calles, que faciliten el equilibrar las actividades y promover la diversidad de usos, tanto en los espacios interiores como en los exteriores.

Como se podrá apreciar, la Ciudadela Universitaria tiene algunas de las características para convertirse en una microcentralidad, siendo que la Universidad Central, ya es en sí una centralidad urbana.  Lo que se propone entonces es que el campus universitario se convierta en un barrio, que por sí solo sea una microcentralidad muy equilibrada.

El campus en sí, junto al Colegio Juan Montalvo conforman una supermanzana con uso predominantemente educativo, desconectada totalmente de los barrios aledaños; con mucho potencial de equipamiento deportivo y cultural (museos, teatros, auditorios, bibliotecas) que actualmente no es aprovechado y se lo podría considerar subutilizado, y algún equipamiento de salud (hospital del día, servicio odontológico y hospital veterinario). 

Uno de los grandes inconvenientes para convertirse en una microcentralidad es que no cuenta con habitantes fijos, prácticamente el uso residencial es nulo y si bien hay una gran población flotante, no es suficiente para lograr las condiciones para que se convierta en un lugar en donde la mayor cantidad de actividades cotidianas se puedan realizar a distancias caminables.

Para esto, se debe lograr que se cumpla con el objetivo de vivir cerca de donde se trabaja y/o estudia (mezclar), lo que implica acercar a muchos estudiantes, docentes y trabajadores a vivir en la ciudadela universitaria o en su cercanía, y permitir usos complementarios a los ya existentes como comercios, oficinas, servicios.  Por lo tanto, se debería implementar una buena dotación de edificaciones para residencia universitaria (estudiantes, docentes, investigadores y/o trabajadores) además de residencias de corta estancia como hotel y departamentos para huéspedes y turistas (posible creación de facultad de hotelería, turismo, gastronomía).  De la misma manera, en la micro-centralidad debe haber los equipamientos suficientes de escala local como guarderías (infantil y de la tercera edad) (carreras de servicio social, parvularia, medicina, psicopedagogía), centro administrativo barrial, centro de acogida, centro de emprendimientos, centro de seguridad ciudadana, que se complementaría con el uso predominantemente educativo actual, más la potenciación del uso cultural, deportivo y recreativo y los servicios de salud que actualmente existen a interior del campus (existe la idea de implementar un hospital básico al interior de la ciudadela universitaria) (enfermería, medicina).  Todo esto debería tener un modelo de gestión y ser administrado como una mini alcaldía a cargo de investigadores de las facultades de administración de empresas y economía e implementar mecanismos de participación ciudadana para la toma de decisiones (democracia directa). 

También se debe cumplir con el principio de conectar, para lo cual se tiene realizadas en la FAU algunas propuestas de crear al interior senderos peatonales que conformen manzanas cortas con alta densidad de calles y múltiples entradas que permanezcan abiertas las 24 horas del día al igual que las calles de un barrio, lo que implica que el campus se conecte peatonalmente a la trama existente de los barrios aledaños.  Complementario a esto, una estrategia debería ser edificar usos mixtos (residencial, comercial, servicios) en los bordes del campus en donde hay espacio libre o subutilizado, para crear fachadas vivas hacia las calles aledañas y con ello no tan solo conectar el campus a los barrios, sino también mejorar la seguridad interna y externa del mismo sin necesidad de cerrarse hacia la ciudad.

Las nuevas calles y senderos que se creen para conectar el campus con los barrios aledaños deberían ser de preferencia peatonales y siempre, cualquier espacio debería ser diseñado con prioridad a la circulación peatonal. Igualmente, las calles que bordean el campus (Av. Universitaria, Bolivia, Ritter, Gato Sobral, Av. América) deberían convertirse en paseos o bulevares con prioridad peatonal, dotando a esos espacios de amplias aceras arborizadas que hagan confortable la caminata, faciliten la accesibilidad universal y sean sitios seguros para transitar cualquier hora del día.   Por lo tanto, lo caminos, calles y senderos deben estar siempre bordeados de árboles que den sombra, fachadas permeables y con alto contacto visual que permitan activar estos espacios exteriores y con ello tener seguridad al transitar, complementado con mobiliario urbano, espacios para refugiarse de las inclemencias del tiempo, iluminación a escala peatonal y evitando los muros ciegos (existen propuestas desde la FAU).

Esta implica que se necesite crear códigos morfológicos y un plan especial para el campus, en donde claramente se puedan ver los sitios en donde se puedan implantar las nuevas edificaciones, las formas de ocupación de suelo de estas nuevas edificaciones, las alturas máximas que deberían tener, los usos de suelo que se permitirían en las diferentes zonas del campus para  complementar los usos existentes con las nuevas actividades, que logren convertir al campus en un barrio sostenible y un laboratorio urbano. Además se debería contar con una normativa clara con los criterios de diseño urbano y parámetros arquitectónicos que deben ser utilizados para lograr cumplir con los objetivos de activar y dotar de seguridad a los espacios tanto internos como externos sin necesidad de cerrarse o forzar las condiciones de seguridad;  aplicación del diseño pasivo y arquitectura bioclimática para lograr excelentes condiciones de luz natural, asoleamiento, ventilación y confortabilidad en las edificaciones nuevas y existentes, ,  compatibilidad de usos con umbrales de publicitud y privacidad,  porcentajes de piso permeables que permitan un adecuado manejo de escorrentías y recuperación de acuíferos (FAU), tipo de vegetación a ser utilizada para ir conformando redes bióticas enlazadas a las redes naturales de las cercanías (biología).

Se debería facilitar también el uso de la bicicleta (pedalear), por lo tanto, se debería implementar la integración de puntos al interior y en los bordes del campus al sistema de bicicleta pública, y pacificar el tráfico motorizado al interior (zonas 20km/h) y en las colectoras locales (Gatto Sobral, Ritter y Bolivia) 30km/h para que circulen las bicis por calles, senderos y espacios seguros y con la suficiente infraestructura para aparcar las bicis con seguridad.  

Si bien el campus va a tener una estación del metro en su entrada por la Av. América y tiene algunas líneas de buses que rodean el campus y acercan a sus estudiantes y usuarios a diferentes puntos del mismo, se podría ampliar la cobertura de conexión, acercando a los barrios de las partes altas y cercanos a la U (Toctiuco y San Juan) por cable (ingeneirías).

Se debe  tener densidades suficientes (densificar) que hagan factible generar diversidad de actividades en las cercanías (mezclar) por lo que se propone que al interior del campus  se debería llegar a tener una población fija de al menos 100 habitantes por hectárea o 5000 habitantes (50 ha, tomado en cuenta la parte que está sobre la Av. Mariscal Sucre en donde se encuentra la Facultad de Educación Física) , siendo que lo ideal para desarrollar actividades por cercanía está en al menos 200 habitantes por hectárea (10.000 pobladores fijos), pero debido a que la UCE tienen una alta población flotante, la densidad de 100 hab/ha, podría considerarse mínima suficiente para lograr este objetivo.    Por lo tanto, la residencia universitaria con varias tipologías de viviendas debería implementarse (FAU).

También se plantea que se reduzca progresivamente los espacios destinados a los automóviles, tanto los de circulación como los de estacionamientos (cambiar), lo cual se lograría reducir acercando a los estudiantes a vivir en el campus o cerca del mismo (el mercado de alquileres alrededor del campus bajaría si el campus ofrece posibilidades de residir a su interior por un precio razonable) y las mejoras del sistema de transporte público deberían complementarse con la reducción de los espacios destinados para estacionamientos al interior del campus.  (ITDP, 2017).  

Aplicando todo esto, el campus podría transformarse en una micro-centralidad a su interior y además en una fuerte centralidad sectorial que sirva a los barrios aledaños, generando oportunidades de producir y trabajar (aparte de estudiar que ya está intrínseco), potenciando el desarrollo de actividades culturales con los teatros, museos, auditorios y bibliotecas con que cuenta la universidad, y con la integración de los espacios deportivos y recreativos para el uso de la comunidad.

Potenciando esto con los barrios vecinos y con los nuevos residentes al interior del mismo, se tendría un barrio activo que genere su propia dinamia urbana y contribuya a evitar la expansión y dispersión urbana, y a reducir los viajes en transporte motorizado, logrando de esta manera aportar en la compactación y consolidación de la urbe actual. 

Todos estos planteamientos implican un cambio en la forma urbana, pero también hay que realizar planteamientos que implican cambios en los hábitos de los ciudadanos, es decir en la vida urbana. Todo esto está actualmente en boga y está en el discurso oficial de organismos internacionales como la ONU, es parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) siendo el último la Nueva Agenda Urbana de Hábitat III (2016).

Por lo tanto y complementario a todo lo planteado anteriormente se debe tener metas para que el campus sea un ejemplo a replicar de vida urbana sostenible.  El hecho de aportar en la reducción de viajes motorizados, así como en la compactación y consolidación urbana, va en esta dirección, pero no sería suficiente, por lo tanto se propone también tomar acciones para reducir los desechos urbanos, que permitan pasar de un metabolismo lineal -extracción de recursos naturales y producción de desechos- a un metabolismo circular, que minimice la extracción de recursos naturales y reduzca considerablemente la producción de desechos (Girardet, 1992), (Rogers, 2006) (Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, 2008).

Siguiendo este principio, se propone producir alimentos en el campus y en sus terrenos aledaños, aprovechando los residuos orgánicos de los habitantes y usuarios, los cuales serían convertidos en abono natural a través de sistemas de compostaje (agronomía, veterinaria) y en energía mediante biodigestores que produzcan biogás (FIGEMPA). La agricultura debería cambiar su forma actual de producción por una agricultura orgánica, de variedad de cultivos y a distancias cercanas del consumidor, hay muchos estudios que logran excelentes resultados de producción (Facultad de Agronomía).  

Se debe también entrar en un proceso de reducir, reciclar y reutilizar (química, biología, arquitectura, artes, FIGEMPA, economía, diseño industrial). Crear productos marcas UCE con procesos de reciclaje y reutilización de desechos del campus (cartón, papel, pets, plásticos, escombros, vidrio), produciendo desde papel reciclado para uso de los estudiantes, hasta productos innovadores producto de las investigaciones, y que podrían desarrollar patentes, crear emprendimientos productivos y micro empresas universitarias.   

Se debería volver a poner énfasis en lo local. Mientras más materiales locales se utilicen, se evitaría la importación desde grandes distancias ahorrando muchos recursos energéticos.  Fomentar las investigaciones que permitan innovar con productos marca UCE que utilicen materiales locales (territorio ecuatoriano).  El uso de materiales locales para la construcción garantiza una excelente adaptación con el clima y el paisaje y además conlleva un ahorro energético.    Valorar lo local y crear un mercado con productos locales, y artesanalmente fabricados, generando consumo en el barrio (en este caso al interior del campus y los barrios aledaños) (FAU, Facultad de Artes, Diseño de Producto, Ingenierías).

Se debería igualmente buscar ser más eficientes. La eficiencia energética se refiere a un concepto de optimizar la energía existente para producir el efecto deseado. La energía necesaria para nuestras actividades debe ser en lo posible   de fuentes locales y renovables de energía como paneles solares, células fotovoltaicas, energía eólica, energía hidráulica, biogás, geotérmica, con un criterio de ahorro máximo. Somos un país privilegiado por el sol, las investigaciones y el desarrollo de tecnologías podrían empezar aplicando en casa, al interior del campus.    (FIGEMPA)

El vegetarianismo es una buena opción para un gran ahorro de energía, los nutricionistas y gastrónomos tienen un campo para investigar aquí, creando una red de restaurantes al interior del campus con este valor agregado, en donde se intercambien alimentos orgánicos producidos localmente con alto valor nutricional y riqueza gastronómica tradicional o innovadora (habría que crear una facultad de gastronomía, hotelería y turismo que recoja las carreras afines que ya existen en la UCE).  

Finalmente, hay muchos que plantean que se debe medir la felicidad de la gente y no valorar el nivel de desarrollo por los ingresos de la gente, lo importante es el bienestar físico y espiritual de los ciudadanos (Psicología, sociología, pedagogía, filosofía). 

Al lograr reducir la extracción de recursos de zonas lejanas y tener un proceso de producción mediante la reutilización y el reciclaje, se estaría entrando fácilmente en un proceso de economía circular. Muchos insumos para el funcionamiento de la UCE saldrían de aquí mismo.  Se podría inclusive llegar a tener moneda propia para los intercambios y transacciones al interior del campus.   Por ejemplo, un estudiante que entrega a los centros de acopio para un futuro reciclaje, los cartones y papeles que ya no utilizará, recibiría vales que puede utilizar en los restaurantes, papelerías, farmacias o servicios de la UCE. Lo mismo sucedería con un estudiante que ha estado ayudando en alguna investigación, servicio o docencia. 

Aquí entran también todas las propuestas de cooperativismo y modelos de gestión basados en la solidaridad, aplicando de esa manera la economía social y solidaria.  Se debería por lo tanto fomentar el surgimiento de emprendimientos cooperativos y el trabajo cooperativo. (Facultad de Economía). 

La economía debe estar regida por las leyes naturales y la naturaleza funciona por la cooperación de cada una de sus partes conformando ecosistemas, en donde todos cumplen un rol importante para el equilibrio de la vida. Por lo mismo se debe trabajar juntos con el apoyo de las fuerzas de la naturaleza en preservar el equilibrio ecológico y el bienestar de todos.   Este pensamiento vuelve la mirada a saberes ancestrales como al Sumak Kawsay o Buen Vivir, el respeto a los Derechos de la Naturaleza y la cosmovisión indígena y en nuestro caso, la cosmovisión andina (antropología, ciencias sociales, ecología, biología, economía).

Se debería además recuperar la ciudad para la gente y la aplicación del derecho a la ciudad (Lefebvre, 1978), (Harvey, 2013), (ONU-Hábitat, 2005), para que existan condiciones equitativas para todos en cualquier lugar; que todos los lugares de una ciudad tengan el mismo valor de uso, todos presenten las mismas condiciones de calidad espacial y calidad de servicios (derecho, ciencias sociales). 

Un espacio debería ser valorado por su valor de uso y no por su valor de cambio, ya que, en este último entran varios intereses de mercado, generalmente financieros y especulativos, que determinan un valor creado en base a atributos de deseo y consumo, convenciendo en base a la publicidad que eso es lo que vale y lo que la gente debe aspirar a tener para considerarse un ser exitoso y por lo tanto se generan grandes desequilibrios. Cuando se trata de darle valor de uso a un sitio, en cambio se velará porque ese sitio tenga servicios de infraestructura, espacio público, equipamientos y viviendas de calidad, y condiciones ambientales y espaciales que permitan un desarrollo equilibrado y equitativo; que aumenten las posibilidades de un desarrollo humano integral, respetuoso de la diversidad, la identidad cultural, conserve  el patrimonio,  fomente la participación ciudadana y las actividades  culturales; que exista seguridad y se dé la  prosperidad mediante el fomento de actividades productivas sin explotar a otros seres humanos, animales o a la naturaleza, sino más bien en base a la solidaridad, el cooperativismo, la participación comunitaria, la libertad y el respeto al equilibrio natural; que se vele por el bien común,  que permita una vida tranquila y feliz  de los que cohabitan nuestro territorio (derecho, , economía, ciencias sociales, ciencias de la vida). 

Muchos ejemplos de esto ya se están dando en el mundo y se enmarcan en los conocidos movimientos y  pueblos en transición (Red de Transición , 2019) (Hopkins, 2008) que se basan principalmente  en los principios de la   permacultura  desarrollados por Bill Mollison y David Holmgren como herramientas  para la creación de asentamientos humanos sostenibles observando los ecosistemas naturales. Que se cumpla lo que  predijo James Howard Kunstler en el documental El fin de Suburbia  “En el futuro, trabajaremos en donde vivimos, sembraremos cerca de donde vivimos y seremos buenos vecinos” (Greene, 2004).

El campus como laboratorio urbano

El campus universitario al ser un territorio que cumple una función pública, no entraría en el juego especulativo de agentes inmobiliarios e intereses privados, por lo tanto, se convierte en una oportunidad ideal para aplicar a su interior propuestas que lleven a generar indicadores de vida urbana sostenible, de prosperidad, equidad y determinar objetivamente el valor de uso por la calidad de los espacios, usos y servicios que tiene a su disposición.

Por lo tanto, se convertiría en sí en un gran laboratorio urbano en el cual, a partir de metas a cumplir en el tiempo, se pueda medir y observar lo que pasa con cada una de estas acciones que se han tomado.  Esto permitiría tener a disposición de la comunidad resultados objetivos que podrían ser replicados en diferentes barrios, permitiendo generar políticas públicas.  En los párrafos anteriores entre paréntesis han sido colocados algunas carreras y facultades que podrían tener incidencia directa en cada una de los puntos analizados.  Estas mismas carreras podrían ir generando indicadores, observando lo que pasa, haciendo correctivos y mejoras con lo cual se aportaría sustancialmente tanto a la ciencia de las ciudades, así como a la vida de la comunidad, cumpliendo a cabalidad sus roles de docencia, investigación y vinculación con la sociedad.

Cada uno de estos objetivos para lograr un campus que sea un ejemplo de una vida urbana sostenible, se anclarían a las diferentes carreras, programas de pos graduación, cursos de formación, proyectos de vinculación con la comunidad e investigaciones.

Todo esto iría acompañado de campañas de comunicación y difusión (FACSO) para posicionarnos en el mundo como una universidad que aporta al planeta con soluciones reales y probadas y que va camino a la transición hacia una vida urbana sostenible.

Bibliografía

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Augé, M. (1998). Los no lugares, espacio del anonimato. Una antropología de la modernidad. Barcelona : Gedisa.

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Girardet, H. (1992). Alternativas para una vida urbana sostenible. Madrid: Celeste ediciones.

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Jung, C. G. (1987). O Homem e seus Símbolos. Rio de Janeiro: Nova Fronteira.

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ONU-Hábitat. (2016). Nueva Agenda Urbana. Quito: ONU.

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Rogers, R. (2006). Ciudades para un pequeño planeta. Barcelona: Gustavo Gili.

Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda. (2014). Red Verde Urbana y Ecobarrios. Quito: MDMQ.

Wright, D. (1983). Arquitectura solar natural. México: Gustavo Gili.

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estudiantes Marco Salazar Valle

Sobre el dilema de la transparencia y el diagrama: El caso de la Torre de Oficinas en Zhengzhou de Christian Kerez

Por: Génesis Sivinta, 8vo semestre

La Torre de Oficinas en Zhengzhou, corresponde a un proyecto que no ha sido construido pero que fue planeado para la ciudad que lleva el mismo nombre, en el centro de China. Consiste en una torre de oficinas de treinta plantas cuyo discurso aborda la búsqueda de un espacio corporativo que inspire la creatividad y las nuevas formas “alternativas” de pensamiento a partir de la flexibilidad de sus plantas, y forma parte de uno de los proyectos que fueron diseñados para el Masterplan de Kisho Kurokawa.  

La propuesta ofrece que cada uno de los niveles sea diferente del otro con la finalidad de brindarle al usuario una vista panorámica particular hacia cualquier dirección desde cualquier punto del proyecto, introduciendo la transparencia y la posibilidad de aislar ciertas regiones específicas del edificio, logrando así una configuración que centra los núcleos de espacios servidores y que convierte a la fachada en un límite paradójicamente invisible donde la ambigüedad generada a partir de lo que Colin Rowe ha denominado como “transparencia literal” ha sido motivo de reflexión en vista de que la forma arquitectónica desaparece precisamente por la extensión ilimitada de la materialidad. Por ende, la comunicación visual que se pretende alcanzar a través del plano de separación queda planteada como un anhelo de invisibilidad ante el límite. Y es así como el espacio puede resultar en una ambivalencia, pues para quienes observan, desde el espacio interior hacia los objetos del mundo exterior, supone un estado de “exposición” ante el mundo, pero al mismo tiempo, no existe posibilidad alguna de alcanzar otra relación que no sea estrictamente visual.  

Imagen 1. Planta baja de la Torre de Zhengzhou. Fuente: ArquitecturaViva. Recuperado de: Revista CROQUIS 182.

Desde el punto de vista constructivo, la torre se compone de un gran número de tubos y tensores de acero visto y rellenos de hormigón con diferentes inclinaciones y direcciones que estabilizan en conjunto al edificio en todas las direcciones. Al contrario de la monotonía estructural que caracteriza habitualmente a los espacios genéricos, el edificio presenta hacia la planta baja una relación de enfrentamiento entre los elementos estructurales y el espacio público, percibiendo en el límite de esta relación, la tensión entre las soluciones convencionales de resolución de espacios y el planteamiento de nuevas posibilidades como respuestas arquitectónicas que pueden resultar atípicas. Se puede entender como un juego entre estructura y transparencia, donde la estructura invade el espacio público y en ese sentido se convierte en una lógica a la que no se está acostumbrado. Ya hacia los demás niveles, el discurso del autor habla de una “Planta de oficina paisaje” que propone la búsqueda de inclusión de la naturaleza sobre la configuración organizacional del espacio en planta.

Para extender la comprensión de las lógicas que plantea Kerez, existen otras obras relevantes que pueden catalogarse como precursoras que comparten la temática de la transparencia, pero que la abordan con un enfoques semejantes y diferentes al mismo tiempo. Como un ejemplo de esto, se encuentra el Seagram de Mies Van Der Rohe, cuyo paradigma por la solución transparente también sigue la lógica de sintetizar los espacios de servicios hacia el centro y la idea de liberar el perímetro como una estrategia compositiva, además de que como objeto, la manera en la que el edificio se asienta en la ciudad con su gran plaza representó una prueba de fuego de lo que un espacio abierto puede ser en la ciudad, a pesar de encontrarse en un contexto completamente distinto al proyecto de Kerez.

Imagen 2. Planta paisaje y Planta nivel 26 de la Torre de Zhengzhou. Fuente: ArquitecturaViva. Recuperado de: Revista CROQUIS 182.

Ahora bien, respecto del propósito de la torre, de mantener contacto e inclusión de lo exterior, puede ser asociado con criterios de organización que tienen que ver con la “Non Stop City” de Archizoom de 1970. Un diseño donde la arquitectura no se encuentra en el paisaje, sino que la arquitectura es, en sí misma, el propio paisaje. (Granados 2019). Kerez trata de acoger la idea de exploración de nuevos planteamientos que generen impacto en la ciudad sin la necesidad de perder la conexión entre lo que está afuera o cuestionando en realidad ¿qué es lo que está afuera y cómo afecta a las lógicas interiores? Sin embargo, al realizar un análisis de la composición de las demás plantas altas propuestas por Kerez, el resultado termina siendo geométrica y organizacionalmente nada más que diagramas que persiguen lógicas convencionales de edificios comunes, lo que lleva a cuestionar si en realidad el profesional es coherente con sus propios planteamientos desde el discurso o si el nivel de discurso valida ciertas prácticas innecesarias. Es entonces que desde esta perspectiva es posible afirmar que un arquitecto puede sobreponer un discurso por sobre la obra que está diseñando para intentar convertirla así en un objeto más valioso.

Imagen 3. Torre de Zhengzhou vista desde el exterior en un ambiente nocturno. Fuente: ArquitecturaViva. Recuperado de: https://arquitecturaviva.com/obras/torre-de-oficinas-en-zhengzhou  

Desde el enfoque del soporte del edificio, otra de las relaciones interesantes que plantea la Torre, tiene que ver con criterios de arbitrariedad de los elementos estructurales, mismos criterios que se comparten de forma parcial con la Mediateca de Sendai de Toyo Ito, ya que en ambos proyectos pareciera a simple que la estructura de acero que sostienen el edificio no sigue un orden específico, sin embargo, en la Mediateca es evidente la incorporación de aspectos racionales en el proceso de diseño y por ende, que el diagrama compositivo parte de lógicas previas que funcionaron en el pasado. La Mediateca y la Torre al cuestionar dichos métodos, logran romper con el esquema típico de una malla de columnas sistematizada, pero la gran diferencia es que la Mediateca propone una optimización del uso de la estructura para convertirse en soporte y núcleos circulatorios a la vez, mientras que, la Torre, solo evidencia una exploración distinta de ubicación de columnas y demás recursos estructurales lógicamente sin demeritar el uso de un cálculo complejo y exhaustivo.

Si bien es cierto, desde el exterior se alcanza a divisar un nivel de complejidad constructivo elevado, no obstante, el resto de la envolvente básicamente consiste en una mampostería simple, abierta, con fachadas sin cerrar a partir del protagonismo del cristal, el uso intensivo del plano de vidrio y el recurso lumínico como una estrategia en la arquitectura para delimitar al edificio. Esto con la finalidad de que la posición de la superficie traslúcida haga que los atributos de transparencia destaquen a la obra en cierto grado con un vínculo dirigido a la espectacularidad. Sin embargo, a esto hay que agregar que el uso excesivo del vidrio en la ciudad deriva en otra problemática relacionada con el impacto que éste tiene sobre el ambiente.

A partir del nacimiento del movimiento moderno también nace la “esperanza” de ampararse en las nuevas tecnologías de los materiales, en este caso el vidrio no solo se asocia como símbolo de avance sino también como símbolo de salubridad al permitir el ingreso de la luz de forma tan absoluta. Y es en esta misma necesidad excesiva de nuevos mecanismos que se cuestiona la calidad de habitabilidad que la obra puede ofrecer ya que en el proyecto se haría estrictamente necesario, estabilizar la temperatura hacia el espacio interior lo que representaría un gasto económico y de contaminación considerable.  

Muchas veces se pregona que el papel del arquitecto es el de construir espacios que respondan a determinados parámetros conceptuales, en este caso, parámetros que tienen que ver con concepciones ecológicas o de carácter ambiental. El arquitecto entonces toma como primordial una condición compositiva del uso del vidrio para lograr cumplir con estas condiciones y a la vez crear nuevos conceptos; es decir trata de liberar al edificio de ciertas cuantificaciones estructurales tradicionales como muros e introducir el uso de elementos no necesariamente nuevos en la arquitectura como los tubos de acero, pero que presentados con un orden particular hacen la diferencia.

Aún así, en este caso, si una de las pretensiones principales del autor era “crear nuevos conceptos” que tengan que ver con la transparencia a partir de la organización de los espacios en planta ¿por qué no concluye con un nuevo diagrama de organización espacial que permanezca constante en todo el edificio como la hacen otros referentes? ¿Por qué decide frenar abruptamente esta exploración y retoma, hacia las plantas altas, las mismas soluciones convencionales solo para tratar de responder a un programa específico? ¿Tendrá acaso algo que ver con los intereses corporativos a los que está destinado el edificio?

Si tal vez se trata de dar respuesta a estos cuestionamientos se puede debatir una especie de arte de “innovar por innovar”, donde es probable que la noción de dicho término para el diseño de este proyecto se encuentre visto únicamente desde una perspectiva superficial y en ese sentido la forma final de la obra lo convierte nada más que en parte de un discurso vacío, haciendo apetecible el edificio como un mero producto de consumo, un espacio en donde se pretende alcanzar la innovación, pero solo se consigue crear novedad.

Como  Moneo (2005) en su texto acerca de la arbitrariedad en la arquitectura menciona, admitir nuevas estrategias, permite aceptar que los órdenes puedan ser transformados y por qué no derivados en algún orden nuevo, asimismo tal vez lo ideal dentro de los procesos de diseño sería no ceñirse a lo que comúnmente se hace, sino entender que el aporte del arquitecto radica en cuestionar, analizar y ser objetivamente crítico del elemento arquitectónico y su aporte en diferentes soluciones de todo tipo. Puede que, a través de ello, se encuentre una nueva manera del quehacer de la profesión que funcione y que incite a la construcción de nuevas concepciones formales. Al final no se trata solo de tachar la postura del arquitecto y su discurso sino también cómo esta arquitectura construida o no respondería al estado actual de la sociedad y sus posibles catástrofes medioambientales, además de qué tan conveniente sería para la ciudad la implantación de estas cualidades “innovadoras”. Se trata de encontrar propuestas que con el trascender del tiempo acarreará en más interrogantes: ¿Qué es lo que viene después? ¿Acaso mediante estas cualidades de transparencia estamos entrando cada vez más en la era de la construcción de las antiguas utopías?

Bibliografía

Arquitectura Viva. Torre de oficinas en Zhengzhou. Editado por Editorial Arquitectura Viva SL. 2021. https://arquitecturaviva.com/obras/torre-de-oficinas-en-zhengzhou (último acceso: 20 de 08 de 2021).

Granados, Jerónimo. Arquitectura Y Empresa. 08 de 03 de 2019. https://arquitecturayempresa.es/noticia/la-ciudad-sin-arquitectura-no-stop-city-de-archizoom.

Márquez, Cecilia, y Richard Levene. «Highrise 1 en Zhengzhou.» Revista CROQUIS (IDEA BOOKS: EL CROQUIS EDITORIAL), 2015: 78-101.

Moneo, Rafael. Sobre el concepto de arbitrariedad en arquitectura. Madrid: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 2005.

Rowe, Collin, y Robert Slutzky. «Transparencia literal y fenomenal.» Basilea: Birkháser , 1955.