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Marco Salazar Valle

Tipos coloniales no declarados en la arquitectura moderna ecuatoriana

Resumen

El estudio tipológico de viviendas ordinarias en Quito para una actividad académica de diseño dio lugar al cuestionamiento de las limitaciones de los compendios teóricos locales respecto a incorporar obras no canónicas. El artículo parte desde esta idea y analiza cómo el diseño de viviendas de Sixto Durán Ballén y Diego Ponce Bueno es retratado en publicaciones arquitectónicas relevantes, a través de distintos usos de la noción de tipo, que valida una idea de modernidad que promueve la reproducción de la colonialidad en espacios domésticos. El texto propone el enfoque proyectual en el espacio comunal como base de experimentación decolonial.


El texto completo se lo puede encontrar acá:

https://revistas.uniandes.edu.co/index.php/dearq/article/view/899

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José Vicente Padilla Villacís

La Inteligencia Artificial y el futuro de la Arquitectura en el Ecuador. Ideas preliminares

En la búsqueda de información dirigida a la preparación de clases en la asignatura de Dibujo Digital, se encontraron frecuentes menciones a diversas aplicaciones de inteligencia artificial, siendo las más preocupantes las que pronostican el “fin” de la arquitectura como profesión a mediano plazo.

Por ello, se decidió recabar mayor información al respecto, desde la óptica de un profesional ecuatoriano de la arquitectura que ejerce desde hace casi cuatro décadas, y que además es actualmente docente en la carrera, para proponer un mayor debate desde algunas ideas que relacionen los diversos componentes: el tecnológico, el educacional, el profesional, sin pretender establecer criterios determinantes; su resultado serían simples reflexiones para generar opiniones desde los diversos sectores involucrados en el tema.

Se creería que es importante asegurarse de que la Inteligencia Artificial (IA) no reemplace a los arquitectos y trabajadores de la construcción, sino que en su lugar se utilice para mejorar y apoyar su trabajo.

Por otro lado, se cree necesario repensar la enseñanza (tanto en lo general, como en la carrera en particular), siendo prioritario  garantizar.  tanto que los actuales profesionales tengan la capacidad de adaptarse a los cambios tecnológicos y se formen en el uso de la Inteligencia Artificial, como que los estudiantes en formación tengan la apertura suficiente para entender una situación  cambiante en las herramientas de que se dispondrá en el futuro.

Se plantea un objetivo: generar reflexiones que contesten esencialmente dos preguntas:

  • ¿cómo la IA cambiaría la forma en que se diseñan y construyen edificios en Ecuador?
  • ¿ cómo debería replantearse la formación profesional de la carrera de Arquitectura ante la aparición creciente de herramientas derivadas de la IA?

Para ello, se hará una revisión de la literatura relevante sobre IA en arquitectura, incluyendo estudios, investigaciones y artículos publicados en revistas especializadas. Esto ayudará a establecer un marco teórico y a comprender mejor el estado actual del conocimiento en el tema.

Se recopilan experiencias personales y de profesionales vinculados a la arquitectura y la construcción, que permitirán obtener perspectivas valiosas sobre cómo la IA está afectando a la arquitectura en Ecuador.

¿Qué es la inteligencia artificial?

La Inteligencia Artificial es una rama de la informática que se concentra en desarrollar algoritmos y sistemas que puedan realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el reconocimiento de patrones, la toma de decisiones, el procesamiento del lenguaje natural y la solución de problemas complejos. La IA se logra a través de técnicas como el aprendizaje automático, la visión por computadora y la robótica.

El objetivo de la IA es crear sistemas que puedan funcionar de manera autónoma y mejorar la eficiencia en tareas que antes solo podían realizarse por humanos. La IA está revolucionando una variedad de industrias, incluyendo la medicina, la finanzas y la logística, y se espera que tenga un impacto aún mayor en el futuro.

La IA busca simular la inteligencia humana en las máquinas.

Sobre el tema, existe una amplia bibliografía. Herbert A, Simon, en «Las Ciencias de lo Artificial», desarrolla una teoría sobre cómo las ciencias artificiales pueden ser utilizadas para entender el comportamiento humano y la toma de decisiones en una variedad de contextos. Él argumenta que la inteligencia artificial y la investigación en ciencias de la computación pueden ser utilizadas para modelar y simular la conducta humana y mejorar la comprensión sobre cómo las personas toman decisiones. Además, Simon argumenta que la investigación en ciencias artificiales puede ser utilizada para mejorar la eficiencia y la eficacia de la toma de decisiones en la empresa, la administración pública y otras organizaciones. En resumen, sostiene que las ciencias artificiales son una herramienta valiosa para comprender el comportamiento humano y mejorar la toma de decisiones en una variedad de contextos.

Mariana Paysee (Hacia dónde va la Inteligencia Artificial? Pronóstico 2025) nos dice: “… en 2025, el 55% de las organizaciones en todo el mundo estará en una etapa de “estabilidad” en la madurez de su IA, de acuerdo al modelo de Gartner. “Los beneficios transformadores de la Inteligencia Artificial en las organizaciones crecerá a medida que se expande y profundiza su implementación. Los resultados exitosos dependen de la cuidadosa selección de casos de uso, mientras que la determinación cuidadosa del alcance reduce los riesgos”, explica el informe.

Evidentemente, la IA es un tema actual, urgente y que se ajusta a las urgencias de los tiempos modernos, a la cual, desgraciadamente, la globalización obliga a someterse al mundo. Su justificación ética o histórica, por supuesto muy importante, escapa a los objetivos de este artículo pero debería tratarse en algún momento.

¿Cómo puede afectar la IA a la Arquitectura en el Ecuador?

Para ello, se analizan brevemente algunos temas:

  1. Las diferencias entre la forma en que se desarrolla la actividad en el primer mundo respecto al Ecuador, (en general, al resto del mundo), generadas en estructuras socio económicas muy diferentes. Mientras allá existen oficinas con más de 500 colaboradores arquitectos o afines (Norman Foster, Zaha Hadid, etc. ), en Ecuador la mayor parte del trabajo se desarrolla individualmente o en grupos pequeños de profesionales. No se debe perder de vista que un alto porcentaje de la construcción en el Ecuador se hace informalmente (según algunas fuentes, más del 70%).
  2. Una breve inducción entre arquitectos y constructores locales, quienes, en su mayor parte, responden (se incluye el autor) a una formación esencialmente analógica, permite deducir que existe un desconocimiento generalizado de los temas tecnológicos más recientes y, consiguientemente, un tácito rechazo a la mayor parte de la tecnología. Sin embargo, entre profesionales generalmente jóvenes, algunos de ellos docentes de la Fau, se aprecia un real interés en el tema, que los lleva a investigar y participar en el potencial debate propuesto.  Cabe recordar como anécdota que, en el último curso dictado por la Dirección de Desarrollo Académico de la Universidad Central, se pudo apreciar la contraposición de ponentes que expusieron técnicas docentes mediante el uso de redes sociales y celulares, ante profesores opuestos totalmente a toda innovación.  Evidentemente, puede ser un tema polémico.
  3.  Las diferencias de la relación entre el individuo arquitecto y la tecnología, en los mismos contextos. Mientras los vertiginosos avances son de uso general en el primer mundo, en el Ecuador aún hay resistencia para utilizar programas de 50 años de edad, y a veces esencialmente por la obligación establecida por la autoridad para digitalizar los soportes. No es solamente un problema de la arquitectura, hay un nivel relativamente bajo de automatización en la sociedad, (cuyas causas ameritarían en sí una investigación científica), posiblemente debido a la situación socio económica general y como parte de ello, a deficiencias educacionales.
  4. En general, la tecnología digital procura reducir tiempos y plazos en un mundo cada vez más urgente y complejo. Muchos productos de la humanidad solo han podido realizarse con la ayuda de software especializado, entre ellos muchas obras de arquitectura. Pese a las implicaciones ideológicas y estructurales del tema (que no es objetivo de este estudio, pero indudablemente existen) , deberíamos reconocer que es fundamental estar actualizado en lo referente a tecnología.
  5. La tecnología en la arquitectura pasó de ofrecer ayudas informáticas que apoyaban a la expresión gráfica y al diseño (CAD), a sistemas integrales de modelación, específicos para la ejecución de edificios, que van desde el diseño hasta el uso y mantenimiento, pasando por la relación con costos y tiempos (BIM), pero no se han quedado sólo allí. Desde los programas para realidad virtual y realidad aumentada, a aquellos de referenciación geográfica y geodésica, se ha llegado ahora a software específico a partir de inteligencia artificial, muchos de ellos enlazados a los programas ya descritos, que asombran por su capacidad de acción.

La inteligencia artificial puede afectar la arquitectura de varias maneras, algunas positivas y otras negativas. Empecemos por las primeras:

1.            Diseño automatizado: Los algoritmos de IA pueden ayudar a los arquitectos a crear diseños más eficientes y personalizados en función de las necesidades de los usuarios y las condiciones ambientales.

2.            Simulación y análisis: La IA puede ayudar a los arquitectos a simular y analizar diferentes escenarios para evaluar la funcionalidad y el rendimiento de sus diseños.

3.            Construcción y planificación: La IA puede optimizar la planificación y la construcción de edificios, mejorando la seguridad, la eficiencia y la calidad de los materiales.

4.            Mantenimiento y operación: La IA puede ayudar a los edificios a ser más inteligentes y autónomos, permitiendo un mejor mantenimiento y una mejor operación.

En resumen, la IA tiene el potencial de transformar la forma en que se diseñan, construyen y mantienen los edificios, lo que podría llevar a una arquitectura más eficiente y sostenible.

Pero pueden darse también consecuencias negativas, no solo en Ecuador sino en general en los países del tercer mundo,  como:

Desplazamiento laboral: La automatización y robotización de algunas tareas en la construcción pueden eliminar ciertos trabajos manuales, lo que podría afectar negativamente a los trabajadores no calificados y a los trabajadores de la construcción que ya tienen dificultades para encontrar empleo.

Dependencia tecnológica: La adopción de tecnologías avanzadas de IA en la construcción puede ser costosa y requiere de personal altamente capacitado para operarla y mantenerla. Los países del tercer mundo pueden depender excesivamente de tecnologías importadas y personal altamente capacitado, lo que puede ser difícil de mantener a largo plazo.

Falta de adaptación a la cultura local: Los modelos de diseño y construcción basados en la IA pueden no considerar los aspectos culturales y sociales locales que son importantes en la arquitectura y la construcción en países del tercer mundo. Si se adoptan sin tener en cuenta estos aspectos, pueden resultar en edificios y estructuras que no sean adecuados para las necesidades y la cultura local.

Brecha digital y económica: La adopción de la IA en la arquitectura y la construcción requiere de una infraestructura digital avanzada, que puede ser difícil de implementar en países del tercer mundo debido a la falta de inversión y recursos. Esto puede aumentar la brecha digital y económica entre los países del tercer mundo y los países más desarrollados.

En resumen, la adopción de la IA en la arquitectura y la construcción en países del tercer mundo puede tener algunas consecuencias negativas, como el desplazamiento laboral, la dependencia tecnológica, la falta de adaptación a la cultura local y la brecha digital y económica. Por lo tanto, es importante abordar estos desafíos y trabajar en soluciones que permitan una adopción sostenible y responsable de la IA en la construcción en estos países.

Conclusiones:

Respondemos a las dos preguntas planteadas como objetivo del artículo.

¿Cómo la IA cambiaría la forma en que se diseñan y construyen edificios en Ecuador?

Sería necesario delimitar el alcance de la respuesta, considerando, en primer lugar, la situación actual de las actividades de diseño arquitectónico y construcción en el Ecuador (que, de alguna manera, se resumió en el capítulo dedicado a la afectación de la IA a la profesión), relacionada con un modelo socioeconómico de inequidad, donde frecuentemente la actividad profesional de diseño y construcción es parte de procesos comerciales.

Dentro de este modelo, posiblemente existan sectores que puedan aprovechar lo positivo de la IA, esencialmente los más pudientes, aunque ello pueda derivar en desempleo y expulsión de mano de obra.

Por otro lado, la gestión pública, que en los actuales momentos políticos es muy escasa en el país, podría aprovechas lo positivo de la IA para enfrentar los graves problemas que  pueden solucionar las actividades de diseño y construcción, principalmente en la ejecución y mantenimiento de infraestructura, necesaria para que la sociedad ecuatoriana pueda desarrollarse adecuadamente.

¿ Cómo debería replantearse la formación profesional de la carrera de Arquitectura ante la aparición creciente de herramientas derivadas de la IA?

Es el tema quizás más importante de este artículo. Para ello, se considera fundamental considerar que el estudiante, futuro profesional, enfrentará una situación radicalmente diferente a la actual, sumamente compleja y que, en lo relativo a la tecnología, debido a la gran velocidad de los cambios crecientes que la afectan (basta considerar que el acceso general a la IA recién se da en noviembre de 2022) hace difícil pronosticar hasta dónde llegará.

Por ello, se cree necesario concientizar al estudiante en la obligatoriedad de aprender a desaprender y reaprender, de actualizarse permanentemente, de investigar y aprovechar. Quizás sea necesario que la Academia revise sus paradigmas y evite los dogmatismos, en procesos racionales y de consenso. Es lo que pretendemos con este artículo, proponiendo que la Universidad Central y la Facultad de Arquitectura enfrenten los nuevos retos con objetividad, sin perder de vista su esencia humanista.

Pabellón Deadelus, imagen cortesía de AI build.
publicado por https://www.archdaily.co

Bibliografía:

Hacia dónde va la Inteligencia Artificial? Pronóstico 2025, Mariana Payssé .

«AI in Architecture: A Review of Current Research and Practice» por Sarah Rafson, publicado en la revista Frontiers in Built Environment, 2020.

«The Role of Artificial Intelligence in Architecture» por Paul Coates, publicado en la revista Automation in Construction, 2021.

«Smart Architecture: A Study on the Integration of Artificial Intelligence in the Design Process» por Nuria Marín y Josep Ros, publicado en la revista Intelligent and Informed, 2022.

«Artificial Intelligence in Building Energy Performance Assessment» por M.B. Bolognini, publicado en la revista Energy and Buildings, 2020.

«Artificial Intelligence and Sustainability in Architecture» por M.C.F. Oliveira, publicado en la revista Sustainability, 2021.

https://www.researchgate.net/publication/260159047_Las_Ciencias_de_lo_Artificial_de_Herbert_A_Simon

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Marco Salazar Valle

El Pato, El Refugio Decorado y el Refugio Decorado que simula un Pato

*Texto inédito escrito en octubre de 2016

Espectáculo Lumínico o la renovación de la ornamentación en el Centro Histórico

Cientos de miles de personas se han dado cita para presenciar el espectáculo lumínico “La Fiesta de la luz”. El evento ha sido organizado por la municipalidad quiteña con apoyo del gobierno francés con motivo de la celebración del Hábitat III en el pasado octubre del 2016. Acto poco suscitado, ya que generalmente las noches de la ciudad se ven desoladas debido a la ausencia de gente en las calles, a excepción de la vitalidad bohemia de sectores como la mariscal o de partes más alejadas del centro con costumbres de vida nocturna popular. Esta aglomeración de gente para presenciar edificios históricos (que quizá son los únicos que la mayoría de quiteños considera dignos de ser preservados por su belleza) ratifica el valor que nuestra cultura da a la decoración.

Las edificaciones pomposas de características barrocas se identifican precisamente por eso: por develar su contenido simbólico principalmente a través de su exagerada ornamentación. El espectáculo lumínico no ha hecho más que renovar la decoración existente, o mejor dicho la ha actualizado y la ha vuelto más adecuada a las características espectaculares de los medios de comunicación masiva actuales. Dicho de otra manera, una nueva capa de ornamentación dinámica ha hecho que la ciudad vuelva a maravillarse con la arquitectura que de hecho se caracteriza por ser extremadamente decorada.

El regreso de la ornamentación: La propuesta de Venturi.

La decoración en la arquitectura, especialmente después de su criminalización por parte de nuestros padres modernistas, ha sido material de controversia. No solamente Adolf Loos se opone de manera categórica elevando a la decoración a nivel delincuencial1, sino que ningún arquitecto considerado dentro de la influencia del movimiento moderno aceptó a la decoración como una manera adecuada de expresar el contenido simbólico en las obras de arquitectura.

Fuente: http://bagsandmaps.com/es/destinos/america-destinos/ecuador-america-destinos/fiesta-de-la-luz-quito-2016/

No fue sino hasta la década de los sesenta cuando desde varios puntos se cuestionó la validez del proyecto del movimiento moderno. Y es que la etapa final brutalista, de Le Corbusier por ejemplo, no hace más que demostrar que finalmente la expresión “auténtica” del material (el hormigón en bruto), puede llegar a ser otra manera de decorar.

Robert Venturi propone una salida a la crisis de la etapa tardía del modernismo. La crisis que Venturi ataca es aquella generada por la dejadez de los arquitectos herederos de los principios del movimiento moderno en asumir el valor simbólico que él considera necesario en la arquitectura. Desarrolla su teoría del “Pato y el Refugio Decorado”2 como una manera de demostrar que la privación de la ornamentación tiene consecuencias negativas en los objetos arquitectónicos.

Para Venturi, los arquitectos herederos del modernismo  (brutalistas), especialmente de la década de los sesentas incorporan el problema del simbolismo en la expresión volumétrica, es decir que debido a la prohibición moral del uso de la decoración, necesitan imprimir el “carácter” de la función interna del edificio en su forma. A todos estos edificios que transforman su contenido en su expresión volumétrica Venturi los denomina “Patos”, haciendo referencia a un local de venta de patos de granja en Long Island encontrado en el texto “God’s own Junkyard” de Peter Blake3. En este caso la función se había traducido literalmente en la forma, es decir el simbolismo no se da a partir de elementos decorativos sino en la expresión volumétrica del objeto arquitectónico: El edificio en forma de Pato indica literalmente que dentro del mismo se venden patos y huevos de patos.

Venturi critica a la arquitectura brutalista por deformar los espacios habitables en pos de su carácter simbólico, así como el “Pato” de Long Island deforma absolutamente su características funcionales. Por ejemplo, un edificio público que por su importancia para la ciudad debe resaltar de su contexto es magnificado en su forma para que adquiera su carácter monumental. Venturi aboga por el regreso de la decoración para evitar estas transformaciones y exageraciones formales que terminan en espacios tergiversados funcionalmente y poco económicos.

El Refugio Decorado es la alternativa que propone Venturi después de haber visitado Las Vegas en un viaje académico junto con Denisse Scott Brown. En este viaje, Venturi propone una nueva manera de acercarse a paisajes urbanos poco comunes para arquitectos y ve a las Vegas con el rigor que la academia estudiaría por ejemplo a la ciudad de Roma. Debido a esta mirada “no enjuciadora”4, Venturi encuentra un valor que recoge de la naciente tradición constructiva de Las Vegas: la decoración informa a los visitantes acerca del contenido funcional del edificio.

Debido a la gran cantidad de gente y la forma de recorrer la ciudad de Las Vegas, generalmente en auto y a gran velocidad, los anuncios minimizan a la arquitectura. En este caso los edificios eran nada pretenciosos pero muy funcionales, ya que su contenido simbólico había sido traducido en los grandes carteles publicitarios y no en su volumetría. Venturi valora a este tipo de edificaciones porque representaban el ejemplo antagónico de sus pares brutalistas: el volumen arquitectónico ya no es un “pato” que expresa su contenido simbólico en su forma, sino que es un “refugio decorado” que mantiene espacios optimizados para su función y traduce todo su contenido simbólico en los grandes carteles ornamentales, es decir en su decoración.

Croquis explicativo de Venturi

“1. El refugio decorado. El edificio modesto con un gran cartel. El refugio con símbolos sobre el.

2. El Pato. El edificio es el cartel.

Los dos son válidos históricamente: Chartres y el Palazzo Rucellai son refugios decorados: el Partenón es un Pato pero nosotros pensamos que el refugio decorado es lo válido ahora a pesar de que los arquitectos están diseñando patos muertos.

Nuestro trabajo es generalmente un estudio del refugio decorado: usando el simbolismo de lo Ordinario por encima de aquel de “lo heroico y original”.

Comparación de Venturi entre la definición clásica de la arquitectura Vitruviana y la definición del movimiento moderno. En el primer caso la arquitectura se obtiene mediante la suma de la triada clásica Vitruviana: Firmesa, Funcionalidad y Belleza, y en el segundo, la belleza es un producto de la Firmeza y la Funcionalidad; es decir la belleza (la ornamentación)  no está incluida como un elemento integrante sino que es un resultado.

El refugio decorado se convierte en la excusa que utiliza Venturi para reafirmar los preceptos del funcionalismo en la arquitectura. De alguna manera quiere que los criterios del establecimiento racional de espacios de acuerdo a su función que promulga el movimiento moderno sigan vigentes, y para esto es necesario que la decoración retome el lugar que había ocupado históricamente: el traducir las ambiciones simbólicas en formas añadidas sobre los elementos netamente funcionales de las edificaciones.

Después de la década de los sesenta, no sólo por el aporte teórico de Venturi sino por la duda sobre el proyecto del movimiento moderno en general, muchas corrientes historicistas volvieron a formar parte de la escena arquitectónica mundial, tal es el caso de Charles Moore o Michael Graves que deciden explorar cuestiones acerca del papel del simbolismo en la arquitectura, por no mencionar a Peter Eisenman, Aldo Rossi entre otros arquitectos posmodernistas que se preocupan en general del significado y las formas arquitectónicas desde varias posturas críticas.

No obstante, la teoría de Venturi parece ser la que más encaja y ayuda a describir los fenómenos concernientes al papel de la decoración en la arquitectura, inclusive en nuestro contexto local contemporáneo. Tomando en cuenta que desde la academia aún es motivo de controversia el hablar de la decoración como un elemento digno de estudio, se pueden establecer relaciones entre esta actual postura académica todavía enjuiciadora y los productos arquitectónicos que se evidencian en la ciudad.

La ornamentación omnipresente en la ciudad de Quito. El caso del mercado Inmobiliario y la arquitectura popular

El papel de la decoración es abrumador en la ciudad de Quito, no solamente en el centro histórico en dónde los edificios decorados son aceptados como algo merecedor de ser preservado, sino también en el resto de la ciudad. El creciente mercado inmobiliario ha propiciado varias controversias y críticas por su evidente búsqueda de significación en formas únicas que son consideradas por muchos como muestras de mal gusto y desatención del contexto urbano.

Tal es el ejemplo del edificio de oficinas y departamentos Eiffel Center en Quito. Su nombre hace referencia literal a la forma de la torre Eiffel superpuesta sobre el típico edificio genérico de pórticos y losas que intenta aprovechar la mayor cantidad de superficie habitable. La forma que adopta la decoración no tiene ninguna referencia con al contenido funcional, sino que replica literalmente las características formales de la torre Eiffel de París.

Más allá de la crítica formal del edificio que no responde a su contexto, el edificio Eiffel Center desvincula las relaciones establecidas por Venturi entre la función y la forma: no llega a ser un “Pato” porque su volumetría responde a la optimización funcional (mayor cantidad de superficie habitable = mayor cantidad de superficie negociable), y a pesar de ser un “Refugio Decorado”, la ornamentación termina siendo tan importante que se desvincula totalmente de su contenido, pretendiendo ser algo que no es.

Otro ejemplo citado por la misma constructora es el edificio “Montreal Olympique”. La página oficial explica que se ha realizado una analogía formal entre el Estadio Olímpico de Montreal y la ornamentación del edificio: “Convertimos la torre inclinada del estadio en el elemento principal decorativo de la fachada de edificio. Tomamos una vista frontal de la torre donde eliminamos la inclinación y la adaptamos a la esquina del edificio. Se concibió un moderno edificio de 8 pisos con 12 departamentos, 7 oficinas y 2 locales comerciales ubicados en el corazón de Quito.”5

Más allá de preguntarnos cuál podría ser la relación entre un estadio olímpico y un edificio de oficinas, la descripción de operaciones formales para adaptar la torre ratifica el simbolismo devenido de una mera analogía con una obra existente. El proceso descrito justifica la apropiación formal de una proyección ortogonal frontal del estadio y su deformación hasta que pueda ser adaptada en el prisma de base rectangular típico de edificios inmobiliarios. El programa del edificio es el que usualmente se ofrece en el mercado inmobiliario, es decir el contenido funcional es absolutamente genérico, pero su expresión formal pretende ser única utilizando un recurso totalmente ajeno e irrelevante como su expresión simbólica.

La forzada adaptación de la torre Eiffel y del Estadio Olímpico de Montreal, a pesar de ser ejemplos extremos en la utilización de recursos ornamentales para reforzar el sentido de “novedad” que hace más atractiva a la arquitectura como mercancía, y cómo un elemento de repetición negativa al infinito (tal cómo Walter Benjamin explica la forma en la cual se comercializaban productos siempre nuevos pero que en realidad eran la “eterna repetición de lo mismo” en las Galerías de París a principios del siglo XX)6, podemos notar las mismas argucias en la mayoría de proyectos inmobiliarios de Quito.

Uribe y Schwarzkopf, una de las constructoras inmobiliarias con mayor presencia en la ciudad de Quito presenta proyectos en su mayoría de la misma oferta: viviendas y oficinas, los cuales tienen como característica principal el aprovechar al máximo las superficies habitables, lo que representa obviamente un mayor rédito económico. Esta preocupación solamente por la cantidad de metros cuadrados vendibles genera una desatención en la manera en cómo estos edificios se relacionan con la ciudad, no solamente espacialmente sino también simbólicamente.

Elementos añadidos en fachada intentan disolver la imagen producida por la repetición obvia del contenido funcional. La incesante acumulación de losas y columnas siempre a la misma distancia, como si se pudieran repetir al infinito si la normativa así lo permitiera se ocultan detrás de la decoración. Además de negar su contenido, la decoración de estos edificios debe proyectar una imagen única en cada nuevo inmueble, adaptándose a las nuevas demandas del mercado. La siguiente es una lista de la aparición de “lo nuevo” en la auto descripción de la trayectoria de la empresa constructora Uribe y Schwarzkopf:

“nuevos ingresos de la naciente industria petrolera”

“nuevo concepto de vivir con comodidad y en comunidad de intereses”

“nuevos escenarios para la vida”

“nuevos paradigmas”

“nuevos valores y opciones en la industria de la construcción, acompañando el increíble desarrollo urbanístico de Quito.”

“nuevos significados y sentidos, según los sectores socio-económicos y la competitividad, y con un sólido soporte informático”

“nuevos descubrimientos científicos, especialmente en los campos de la biotecnología -el genoma humano es una muestra de aquello-, y el progreso de las naciones gracias a la liberación del comercio”

“nuevos proyectos urbanísticos que embellecieron el Ecuador, de la mano de nuevas tecnologías y sistemas de financiamiento que fomentaron el ahorro, la liquidez y la búsqueda conjunta de soluciones”

“nuevo ícono en el sector de la Plaza Artigas; que además fue premiado con la Medalla de Oro Bienal de Miami + Beach 2009”

“nuevos e inteligentes edificios que responden a las necesidades durante estos 38 años de trayectoria”

“nuevo concepto de galería comercial, educación y entretenimiento, un proyecto con amplios espacios destinados para la cultura”

“nuevo rumbo para la construcción permitiendo aún más el crecimiento vertical de la ciudad”

“nuevo polo de desarrollo de la ciudad, Villa Isidora en Cumbayá, Martiniqa y Cosmopolitan Parc, un edificio único en su especie, con una piscina panorámica que otorga una privilegiada vista del Parque La Carolina, además de contar con terraza verde y diferentes áreas sociales como Spa, Gimnasio, Kids Club, Sala de Cine, área BBQ, salón de juegos, etc., mejorando así la calidad de vida de quienes habitan en Cosmopolitan Parc y aportando con el embellecimiento de la ciudad”

“nuevo ícono en el sector”

Está repetición ad-infinitum de lo nuevo no es solamente un recurso discursivo, sino que termina manifestándose paradójicamente en un paisaje genérico, en dónde cada edificio intenta resaltar de sus vecinos a través de trucos formales denotando aún más claramente su concepción ideológica basada en intereses mercantiles privados. Es otra manera de volver al mismo punto que preocupaba a Venturi, pero utilizando el concepto del “refugio decorado” en contra de su búsqueda de desterrar las ambiciones monumentales de la arquitectura. En este caso la ornamentación no sirve para aclarar el contenido simbólico del edificio, sino que se intenta tergiversar el contenido y separarlo totalmente de su expresión simbólica incrementando la decoración hasta el punto de simular objetos arquitectónicos como paredes o voladizos de losa. En términos de Venturi: la decoración indica que el edificio es un pato, pero en realidad no lo es. La decoración es una fantasmagoría perenne incrustada en el edificio.

A pesar de promover una imagen de innovación constante, la arquitectura de “estilo mercantil” de la ciudad se construye tecnológicamente igual a la arquitectura popular: pórticos de hormigón armado o acero y mamposterías de bloque o ladrillo. El papel de la decoración deja de ser un asunto meramente simbólico, sino que proyecta el anhelo de quien ocupa el espacio. La decoración proyecta el poder adquisitivo de su usuario, ya que la mampostería de bloque termina siendo común para las viviendas de la Lucha de los Pobres y Cumbayá. Tal es el nivel y la importancia de la decoración como un elemento constitutivo de estas edificaciones inmobiliarias, que en los últimos proyectos la empresa Uribe y Schwarzkopf utiliza módulos prefabricados decorativos sobre la estructura principal.

En cambio, en sectores populares, es más importante la decoración que la finalización de la obra arquitectónica. Esta es una muestra que la ornamentación en las viviendas populares no desempeña un papel ostentoso, sino de mejoramiento de las condiciones estéticas del lugar en dónde se vive. La decoración popular en la mayoría de casos no intenta representar algo que no es, sino dignificar las condiciones de vida y evitar el lenguaje genérico del material y la técnica constructiva: es la expresión de los anhelos individuales dentro del paisaje genérico del hábitat contemporáneo, condicionado por la producción económica de espacios con materiales estandarizados. Aquí la decoración no intenta destacar por si misma, sino difuminar su contenido.

El fantasma del purismo modernista sigue vigente en la academia. No se puede negar el apego romántico que tenemos los arquitectos con la expresión “honesta” de los materiales al natural, pero esto se desliga totalmente de la realidad con la que la gente busca identificarse con su arquitectura. La decoración se convierte en la manera de significarse simbólicamente en público, de proyectar la imagen que quiere ser vista en la ciudad, dejando a un lado la expresión genérica (y brutalista) del material típico de viviendas “pobres”.

¿Hemos provocado desde la academia una desatención del valor simbólico de la arquitectura? El no avanzar y aceptar las lecciones que nuestro propio medio nos informa es una manera de seguir promulgando más refugios decorados que quieren ser patos. El aprender de estos paisajes populares decorados puede ser la manera de acercarnos más a los deseos de la gente que habita y hace la ciudad, llevando a la academia y a la profesión a un verdadero fin social, no discursivo ni altruista, sino coherente con nuestra realidad. Fijarnos en las arquitecturas populares “impuras” puede parecer absolutamente contradictorio al fin académico de la arquitectura como propiciadora de un rigor de orden y planificación, pero en realidad puede ser una forma de posponer nuestro juicio de severidad arquitectónica “momentáneamente para hacerlo más sensible. Gustar de lo que uno detesta es excitante y liberador, y en definitiva reafirma el Juicio”.7

Citas:

[1] Ver “Ornamento y Delito” de Adolf Loos

2 Haciendo referencia a la traducción de Enrique Walker en Lo Ordinario del texto original de Robert Venturi “A definition of architecture as shelter with decoration on it, and another plea for a symbolism of the ordinary in architecture”, en la cual Venturi sumariza los puntos importantes de su libro “Aprendiendo de las Vegas” en respuesta a su afirmación que el público en general nunca lee libros.

3 Ver: http://www.nytimes.com/1964/01/12/gods-own-junkyard-the-planned-deterioration-of-americas-landscape-by-peter-blake-ilustrated-144-pp-new-york-holt-rinehart-winsto.html?_r=0

4 Termino recurrente en el Texto Aprendiendo de las Vegas de Robert Venturi, Denise Scott Brown y Steven Izenour.

5Ver: http://www.inmocanada.com/index.php?option=com_content&view=article&id=4&Itemid=5

6 Ver: El Libro de los Pasajes de Walter Benjamin

7 “Acerca del Arte Pop, la permisividad y la Planificación” de Denisse Scott Brown en Lo Ordinario de Enrique Walker 

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Kléver Vásquez

Desde la orilla

Nos es grato compartir la edición 22, volumen 2 de la revista “Arquitectura y Sociedad”. En esta ocasión, los contenidos de índole variado que se presentan, abordan temas que surgen aparentemente separados unos de otros como si fuesen islas de un archipiélago; sin embargo, como estas, finalmente conectadas por el espacio marítimo que las rodea. Ese espacio, cuyo papel envolvente parece extenderse al infinito, podría estar ocupado análogamente por las innumerables actividades que, un campo disciplinar como la arquitectura – siempre alimentada de otros saberes- representa o, quizá, esté ocupado, más bien, por un océano de formas cuyos signos se modelan y ondulan con las arremetidas de los vientos de cambio. En ese caso, cada isla o, mejor dicho, cada texto sería una pausa, un lugar donde quedarse, con su propia vitalidad interna desde donde interpretar, pensar o divisar un horizonte; sobre todo, cuando nos acercamos a la orilla donde el suelo deja de ser firme y la arena parece llevarnos al mar, desde ahí, desde los límites disciplinares o temáticos de esa isla, podríamos sentir la brisa y el rumor que traen las olas desde lejos, desde otras islas, de otros textos que posiblemente laten en alta mar.

Así se presentan los textos a continuación, como islas rodeadas de posibilidad, de cuya orilla puede vislumbrarse el horizonte u otro texto lejano. Pasar de un contenido a otro de esta edición, puede significar adentrarse en el vaivén de las olas del mar que se pliegan y repliegan como la hoja de un libro al pasar de página. Así, la frágil piel cristalina mencionada por Pablo Corral (Argentina), nos permite ubicarnos en la modernidad de las urbes y subir a sus rascacielos para vislumbrar a lo lejos un paraje indómito donde la arquitectura se camufla con la naturaleza y donde sus habitantes aprenden a construir como aprendieron a vivir, en comunidad, como la primera aula vital, semejante a la que construyeron Carlos Hidalgo, Pablo Heredia y Antonela Amaluisa junto a los habitantes del noroccidente de Pichincha (Ecuador) radicados a orillas del río Mashpi, donde naturaleza y comunidad construyen su realidad.

Vistos así, estos dos primeros textos de la revista son distintos y distantes pues, uno hace referencia a la transparencia de un material constructivo moderno, mientras el otro, a una experiencia constructiva practicada ancestralmente; ambos, sin embargo, comparten la generalidad sintáctica y semántica de la arquitectura que las envuelve. Así mismo, los dos contenidos finales de esta edición comparten la misma atmósfera disciplinar o, su forma como envolvente esencial. Así es como las formas del arte encallan en el ensayo de Nora Pereyra (Argentina) quien delinea, con obras ejemplares de la historia del arte, una sucesión de hitos que nos permiten acotar la infinita extensión que puede abarcar la Forma en las artes. Nelson Santos (Ecuador) por su parte, emprende un viaje como quien, después de haber encallado en una isla desierta, decide adentrarse, sin rumbo fijo, recolectando las imágenes y signos que, a manera de formas plásticas, se le impregnan a cada paso.

Así es como en esta edición, la transparencia tecnológica de un material en un edificio representativo de la modernidad; el diseño comunitario que toma en cuenta las condiciones sociales y materiales del lugar; la inagotable reflexión histórica y teórica que posibilita la forma en las artes y, finalmente, la expresión plástica de las imágenes provocadas por el viaje, son los cuatro temas desde donde divisamos los horizontes apartados y disparejos que ponemos a su disposición, para que sean ustedes y su oleaje interpretativo el encargado de surcarlos.  Les invitamos entonces, a recorrer las siguientes páginas y quizá a sumergirse en sus textos e imágenes.

La revista completa puede localizarse en el portal de revistas de la Universidad Central del Ecuador: https://revistadigital.uce.edu.ec/index.php/arquitectura/issue/view/345

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Kléver Vásquez

Abordando tres escalas

La revista Arquitectura y Sociedad tiene el agrado de presentar su más reciente edición. Un artículo sobre arte y tres artículos que abordan la arquitectura y la ciudad se presentan en la edición 21 del vol.2 de la revista.

Quizá, algo que debe tomarse en cuenta en esta edición es que, estos artículos sobre ciudad y arquitectura, al ser vistos en conjunto, pueden dejar entrever la importancia de la escala en el estudio del fenómeno urbano-arquitectónico. Posiblemente la escala sea el primer lente a seleccionar en la investigación en arquitectura y, aunque no sea el tema a tratar, este lente nos ayuda a poner en contexto el fenómeno a estudiar. Sabemos que la escala, en términos arquitectónicos, trata la relación física y espacial entre diferentes objetos con respecto al cuerpo humano, donde se considera también la distancia entre estos y, por tanto, donde un tercer actor aparece en escena, pues, esa distancia y esa relación entre objetos y cuerpo siempre estará mediada y será relativa al punto de vista del observador; en este caso, del investigador.

Recordemos que las investigaciones referidas a la arquitectura -en cuanto investigación de campo o investigación teórica, cuando se la trata como totalidad o complejidad, y no separada en las diferentes disciplinas que la componen- se diferencian de las investigaciones experimentales, porque éstas pueden realizarse en laboratorio, donde uno puede manipular las variables; mientras que los fenómenos de la ciudad y la arquitectura sólo pueden ser observados en intervalos de tiempo no manipulables. Por tanto, el papel del observador en la investigación arquitectónica difícilmente será neutro y nunca podrá ser del todo objetivo, porque la mirada con que se observa el fenómeno parte de un sujeto con carga ideológica y cultural. Es así que los estudios sobre arquitectura más influyentes históricamente estén más relacionados con la argumentación ensayística antes que con la investigación estrictamente científica.

De ahí la importancia de la escala en la investigación en arquitectura, pues esta, hace notoria la relación del fenómeno a estudiar con el observador y, es precisamente este último quien le otorga al lente de la escala una dimensión y complejidad que va más allá de la relación física entre los objetos y su referencia humana.

Miremos, por ejemplo, el abordaje que realiza Marguerita Valle Pilia (Costa Rica) para su estudio sobre el espacio público; gradúa la observación del fenómeno desde la ciudad como marco referencial hasta la calle como escala intermedia para, de esa manera, poder hablarnos de la ciudad en general, pero sin alejarse de la particularidad de quienes la habitan; su memoria y sus vivencias, ya que, sólo así, puede abordar el tema que trata, referido a la condición temporal y no sólo espacial de la vida urbana.

Así también, una escala que requiere mayor acercamiento por parte del observador al fenómeno que lo motiva, quizá sea el trabajo realizado por Miguel Ángel Barreto y Diego Fiscarelli (Argentina), quienes abordan el fenómeno particular de la vivienda social, tomando en cuenta incluso, elementos específicos de la arquitectura, para adentrarse más aún, al origen de la misma: a la acción proyectual. Nos hacen ver así la posibilidad que ofrece el proyecto como instrumento para afrontar la complejidad implícita en el fenómeno de la vivienda.

Por otro lado, y de otra manera, quizá un mayor alejamiento del observador, permita que se vislumbren las generalidades casi abstractas que, como nubes desfilan envolviendo la ciudad; nos referimos a los discursos que la atraviesan condicionando el sentido y las prácticas de sus habitantes. Andrés Araguillín (Ecuador) observa cómo ciertos conceptos relacionados con la naturaleza y lo sustentable en arquitectura han sido utilizados como fachadas para encubrir otros fines, tornándose en discursos sugerentes para el intercambio mercantil y alejándose de una efectiva consecuencia en el medioambiente.

Sin embargo y para finalizar, esos mismos discursos sobre el medioambiente pueden ser tomados y trabajados de otra manera; entendiendo quizá, que todo lo que nos rodea, incluido lo natural, ha sido observado y manipulado por el discurso y la práctica hasta volverlo ficción y artificio. Edison Cáceres Coro (Ecuador) trabaja el ambiente artificial en el que nos desenvolvemos, en este, la naturaleza es atravesada por la tecnología o, más bien, la tecnología es naturaleza; entendiéndola acá, como todo aquello que nos envuelve susceptible de ser percibido; es decir, nos habla, por ello mismo, de arquitectura. 

La edición 21 puede encontrarse acá: https://revistadigital.uce.edu.ec/index.php/arquitectura/issue/view/341

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Kléver Vásquez

Fragmentos de ciudad 

      El curso del 7mo semestre de taller de proyectos, cuando ya se pudo salir a las calles después de la emergencia sanitaria, empezó a volver a habitar la ciudad. Lo que se revisará a continuación se centró únicamente en aquella parte de los ejercicios en que los estudiantes buscaron recorrer y reconocer la ciudad donde habitan.

El principal instrumento de recorrido y reconocimiento fue la mirada, pero se trató de una mirada condicionada; con intención. Una mirada cargada de imágenes que, a manera de referentes, acompañaron el recorrido, por tanto se trató de una mirada que distingue y clasifica, que compara y relaciona, es decir, una mirada reflexiva. Con ella, en la ciudad, se reconocieron algunos espacios urbanos y edificaciones que surgieron por la comparación con el referente, el mismo que se extrajo del libro “Ciudad Collage” de Colin Rowe y Fred Koetter. De ese libro se utilizó su apartado de cierre, aquel en el que los autores colocan imágenes con fragmentos de ciudades y edificios emblemáticos y que llaman convenientemente “Excursus”, con el que, en vez de cerrar o concluir los capítulos del libro abren nuevas puertas llenas de interrogantes.

La clasificación urbana de los lugares que se encuentran en el excursos de Ciudad Collage es la siguiente: “calles memorables” como la Quinta Avenida de Nueva York; “estabilizadores” como la Place des Vosges en Paris; “piezas de serie interminables” como la extensión del Porticus Aemilia en Roma; “espléndidas terrazas públicas” como la Pizzale Michelangelo en Florencia; “edificios ambiguos y compuestos” como Hofburg en Viena; “instrumentos productores de nostalgia” como la pirámide de Caius Cestius y “el jardín” como Château de los obispos de Langres.

En cuanto a las “calles memorables”, quizá, se trató del objeto urbano más común y el más fácil de identificar pues, todos los estudiantes encontraron una calle con características de “memorable” en las ciudades que habitan. Incluso aquellos pueblos o ciudades pequeñas presentan en su configuración una calle que lo amarra todo, quizá porque muchos de ellos se formaron, precisamente por ese camino, ya que, imaginamos al caminante que, antes de establecerse, definió en su recorrido y con sus pasos aquel camino que luego se convertiría en calle.

Jonathan Aizaga

Algunos de los objetos urbanos más difícil de encontrar en nuestras ciudades fueron los llamados “estabilizadores”. Aquellos objetos en la ciudad cuya geometría perfecta resulta notoria en el tejido urbano. Ese contraste entre geometría regular y tejido orgánico resulta más evidente en las ciudades europeas donde se impuso un trazado geométrico y regular de una época determinada sobre su irregular y medieval trazado orgánico. En nuestro medio también, esa geometría libre e irregular, propia de la ciudad lenta antes que de la planificada, puede encontrarse en las ciudades informales. Sin embargo, además del contraste entre geometrías y tejidos, la escala y el tamaño también pueden provocar dicho efecto, pues, cualquier edificación a escala urbana cuya geometría resulte notoria podría funcionar como “estabilizador”. Así mismo, una geometría singular de cualquier edificio a escala urbana provocaría el mismo efecto si se contrasta con el trazado vial ortogonal de la mayoría de nuestras ciudades.

Jonathan Aizaga

Para las “piezas en serie potencialmente interminables” los estudiantes recurrieron a ejemplos arquitectónicos con cierta presencia urbana. Quizá esta categoría también fue fácil de encontrar pues, los elementos arquitectónicos y urbanos suelen repetirse por cuestiones prácticas y económicas. Estas repeticiones adquieren presencia rítmica alterna o continua y responden a la eficiencia constructiva y estructural requerida. De ahí que piezas en serie pueden encontrarse tanto a escala arquitectónica como urbana.

Freddy Jami
Alejandra Iza

En cuanto a las “espléndidas terrazas públicas”, cuyos ejemplos en el libro funcionan como remates o bordes de ciudad que se proyectan al paisaje o al mar. Son miradores públicos que al igual que un balcón en una casa buscan mirar desde lo alto. Se trata de terrazas y balcones públicos a escala urbana o, mejor dicho, a escala de paisaje. No todas las ciudades donde viven los estudiantes poseían terrazas de ese tipo. Pero, algunas de ellas, condicionadas por la topografía, presentan morfologías que revelan visuales generosas, sobre todo, las ciudades andinas donde existen miradores y plazas que trepan pendientes empinadas permitiendo mirar desde lo alto la ciudad y el paisaje.

Jónathan Aizaga

Los objetos urbanos más difíciles de encontrar fueron los “edificios ambiguos y compuestos”. Estos se presentan en el libro como grandes edificios que en su configuración determinan espacios urbanos. Son edificios que no pueden ser identificados en su unidad, pues, parecen la agregación de varios edificios a través del tiempo, es decir que, no pueden ser apreciados totalmente desde la calle y por ello, no es casual que las imágenes mostradas en el libro no se trate de vistas frontales o fachadas, sino de plantas o vistas superiores del fragmento de ciudad donde se encuentra el edificio. Esta información del edificio sólo puede obtenerse en ciudades donde existen archivos y extensa información planimétrica sobre lo edificado, aspecto que carecen nuestras ciudades. Sin embargo, los trabajos estudiantiles muestran edificaciones con esas características, sobre todo, en el centro histórico, donde algunos edificios poseen levantamiento planimétrico y donde puede observarse cómo lentamente han ido creciendo o configurando ciudad como, por ejemplo, los conventos que ocupan manzanas enteras.

Jonathan Aizaga

Uno de los objetos que, a diferencia del anterior, no pueden ser asimilados desde la vista en planta o implantación sino siempre en el plano vertical de la imagen son los llamados “instrumentos productores de nostalgia”. Se trata de objetos urbanos que evocan acontecimientos del pasado y, por tanto, activan la memoria, es así que son las imágenes o los recuerdos quienes llenan su contenido. Estos objetos fueron testigos presentes de hechos significativos para un colectivo o individuo. El volver a ellos o mantenerlos vivos significa honrar aquellos hechos pasados que marcaron algún aspecto de la historia colectiva de quienes habitan esos lugares. No se trata de objetos que pertenezcan únicamente a la ciudad; cualquier poblado o pequeño asentamiento tiene un pasado cuyo significado será recordado una y otra vez por medio de la permanencia material del objeto o monumento existente. Son para la ciudad como aquellas viejas fotos familiares que nos recuerdan quienes fuimos y, por ende, quienes somos.

Alejandra Iza

El último de los objetos buscados fue “el jardín” que, en el libro de Koetter y Rowe se muestra como aquella extensión de naturaleza domesticada por la más perfecta geometría, como ciudad modelo en franca crítica a la ciudad habitada. Se trata de los edificados jardines de castillos y palacios, tan inmensos que sólo pueden ser comparados con parques urbanos en nuestro medio, y es precisamente en los parques de nuestras ciudades donde los estudiantes encuentran ciertas similitudes, aunque las mismas, se vuelvan obvias por la vegetación antes que por la geometría. 

Jonathan Aizaga

Estas categorías e imágenes del libro, además de funcionar como referentes, sirvieron para cuestionarnos sobre nuestras ciudades. ¿Puede compararse Quito con Roma? Más allá de las distancias físicas, históricas, culturales, etc. ¿puede haber algo que las relacione espacialmente, materialmente, formalmente? Muchas de las categorías extraídas del “Excursus” determinan cuándo un centro poblado llega a denominarse ciudad, estas definen la cualidad de la misma más allá del número de edificaciones que presente y por tanto, pueden llegar a hablarnos de aquello que identifica a una ciudad.

Por supuesto que las cualidades que distinguen una ciudad de otra son diferentes y hasta pueden llegar a ser opuestas, más aún tratándose de una ciudad andina como Quito con respecto a cualquier otra ciudad europea; pero, es relacionando esos casos antagónicos donde se pueden encontrar -precisamente por el descarte de sus diferencias- aquellos aspectos esenciales que hacen que un centro poblado -desde su configuración espacial- pueda llamarse ciudad. De ahí que el ejercicio comparativo no pretendió nunca utilizar el referente como medida o resultado a ser alcanzado pues, consideramos que ninguna ciudad -más allá de la obvia imposibilidad- deba pretender parecerse a otra.

Los lugares encontrados por los estudiantes ocupan una ubicación específica en las distintas ciudades y, por tanto, no podríamos hablar estrictamente de recorrido sino, más bien, de mapa, haciendo alusión a la diferencia esencial entre mapa y recorrido; es decir que, al observar los lugares encontrados podemos conocer su ubicación, pero no podemos saber del recorrido desarrollado que permitió llegar a ellos. Muchos estudiantes, al trabajar en la misma ciudad, coinciden en algunos de los lugares encontrados, pero cada uno de ellos llegó allí de distinta manera (incluso utilizando el google maps). Se trata entonces de fragmentos de ciudad y como fragmentos, sin conexión evidente entre sí, como los recortes fortuitos de un collage cuyo sentido depende de quien observa el conjunto, en eso se fundamenta precisamente la noción de lo urbano en la ciudad, aquello siempre en constante cambio y construcción, lo múltiple antes que lo unitario, sin guion ni sentido aparentes, parecido a aquellos films de los años 20 donde las imágenes de la ciudad se montan sin pretendido orden, sin protagonistas ni trama, donde las dinámicas de la ciudad se muestran aleatorias y fortuitas, sin hilo conductor más que el ritmo propio de las actividades en la calle conformando lo que, en aquel entonces, se dio en llamar “sinfonías urbanas”. Es así que, sólo el recorrido experimentado por el estudiante conecta los fragmentos descubiertos, armando un conjunto de lugares pertenecientes a la misma ciudad y, por tanto, otorgándole la apariencia de unidad. De ahí que, una misma ciudad, es múltiple, porque depende del sentido que le otorga cada individuo que la experimenta y, nadie puede experimentar la totalidad sino, solamente el fragmento. 

Bibliografía:

De Certeau, Michel. 2007. La invención de lo cotidiano. México, Iteso.

Rowe, Collin y Koetter, Fred. 1981. Ciudad Collage. Barcelona, GG.

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Patricia Palacios

Revisitar el espacio público 

En época pandémica (2020-2022), como nunca, el espacio público ha sido sujeto de suspicacia y observación prolija no sólo por parte de estudios@s del tema, sino sobre todo, por parte del/la ciudadano/a común, mereciendo su respectiva toma de posición, pues el uso o interacción con el espacio público devino, desventuradamente, cuestión de vida o muerte. 

El abordar el tema del espacio público en formato de materia optativa, en FAU-UCE, data de casi siete años y en este ámbito se ha podido sensibilizar al estudiantado, parte del cual es actualmente profesional de la arquitectura y urbanismo, en la correlativa teoría y práctica espacial, en el conocimiento de algunos referentes locales y extranjeros sobre el tema y, en general, en la problemática que enfrenta. 

En términos metodológicos la Optativa Espacio Público se desarrolla combinando reflexiones en aula (virtual), como in situ (presencial), pues no basta la aproximación basada en información secundaria, sino por el contrario, la información primaria y experiencia directa constituyen condiciones sine qua non para su comprensión y posterior intervención. Sin embargo, al final del semestre académico, febrero-marzo 2022, la pandemia fue cediendo y se abrieron posibilidades de revisitar físicamente los espacios públicos y de profundizar en su estudio de manera sensorial. 

La materia se desarrolla en tres unidades curriculares no necesariamente secuenciales sino convergentes, enfocadas respectivamente en debates teóricos, recorridos urbanos o visitas de observación y en la propuesta de anteproyectos de intervención a escala barrial. 

A continuación, se exponen reflexiones y ejemplos de la actividad y aprendizaje colectivo en la materia. 

¿Qué define el espacio público? 

Tomar conciencia de que cada ciudadan@, al desarrollar actividades cotidianas en un determinado espacio por ejemplo caminar, jugar, trabajar, está produciendo espacio, y de que el espacio público no deviene tal sino gracias al uso dado por los habitantes, caso contrario constituye un simple adorno o un elemento prominente sin uso, significado, ni vida, es un logro de aprendizaje al que se aspira en esta materia. 

Para fundamentar dichas concepciones, se ha leído y debatido textos de autores como La ciudad es el espacio público de Borja, 2011, en el que se proponen varias ideas clave, como el hecho de que históricamente el espacio público ha sido construido por la gente, que su uso y significado cambia permanentemente según las condicionantes socio políticas y culturales de cada momento, que la modernidad lo ha afectado profundizando la división espacial público y privada, la gestión institucional del mismo, o su funcionalidad con respecto al sistema económico espacial imperante. En otro sentido se propone que el máximo espacio público es la ciudad toda, que el espacio público es la gente en las calles y que la calidad del mismo se mide por la calidad de las relaciones sociales que suscita. 

En términos más técnicos y metodológicos, se ha revisado el texto Espacios abiertos de uso público, de Pascual y Peña, 2012, en el que se establecen las dimensiones e indicadores a considerar cuando se analiza y/o diseña un espacio público. Tal es el caso de las dimensiones morfotipológica, funcional, sociopsicológica y el ecosistema urbano, cada uno de los cuales puede ser trabajado a partir de variables e indicadores específicos, pero el análisis e intervención total debe darse de manera interrelacionada. 

A partir del video documental Espacios Públicos y dimensión informal de la vida urbana en Quito (UTE, 2017) se reflexionó y concluyó que el uso informal que la población da a un espacio público, es decir, el que no se atiene a lo prefijado por el diseño y planificación urbana, revela sus diversas potencialidades y utilidades, pero también la capacidad transformadora del espacio urbano por parte de la ciudadanía, al crear espacio público donde no estaba planificado para ese uso. 

Varios ejercicios se produjeron con el objeto de familiarizar a l@s estudiantes con herramientas de trabajo e intervención en el espacio público como fue la aplicación de la ficha de registro usada por el MDMQ para inventariar los espacios públicos del barrio, o el uso de normativas planteadas en las diversas ordenanzas de uso y administración del suelo, en la Norma Ecuatoriana de la Construcción, Accesibilidad Universal (MIDUVI, 2019), o en el Manual de diseño de calles activas y caminables, formulado por Hurtado, Aso. Peatones de Quito, MDMQ/FAU-UCE, (2015). 

Memoria espacial 

Recordar las vivencias en el espacio público frecuentado durante la niñez, como instrumento de sensibilización, arraigo y responsabilidad por parte de l@s estudiantes, es un objetivo de partida para el desarrollo de una actitud profesional consciente, proactiva y entusiasta al respecto. La expresión concreta de esta actividad cristalizó en un Mapa de Niñez, realizado con técnica libre, pero, eso sí, a mano alzada y, de preferencia, a todo color. 

El mapa debía recoger los elementos urbano arquitectónicos más sobresalientes o significativos presentes en el área recordada y definida por cada cual, así como, evidenciar una experiencia positiva y otra negativa vividas en la misma. Se pidió no escatimar detalles referidos a elementos físicos, pero también sociales, presentes en el lugar y en el momento de tales experiencias. 

Los mapas presentados dieron cuenta de las diversas prácticas espaciales de la niñez del país y constituyen materia prima invaluable con que cuenta actualmente la FAU-UCE para un potencial registro etnográfico temático y georeferenciado del espacio público y de la práctica espacial urbana en nuestras ciudades. 

Díaz: Ibarra, Colombia, Quito.
Muñoz: Salinas 
Molina: Sector La Kennedy, Quito 

Para complementar la motivación y curiosidad en torno al espacio público se desarrolló una actividad investigativa individual sobre referentes internacionales sobre plazas y calles peatonales, la cual se complementó con otra, previa al diseño del anteproyecto o propuesta final, en la que debía conformar un catálogo de referentes sobre actividades, elementos urbano arquitectónicos, equipamientos, materiales, etc., a usarse, pero de manera adaptada a su área de intervención. Entre ellos destacamos: ágoras, áreas lúdicas, baños públicos, parqueaderos de emergencia, etc. 

Desmemoria espacial 

Con el objeto de fortalecer el pensamiento crítico y propositivo sobre urbanismo y espacio público, actualmente hegemonizado por una visión neocolonial, funcionalista y capitalista, es necesario recuperar la memoria inmediata y personal al respecto, e imprescindible recuperar la memoria colectiva e histórica, sobre el espacio que habitamos y que pretendemos transformar. 

A dicha necesidad se llega con frecuencia al constatar, por un lado, el olvido o ceguera ciudadana y académica respecto al territorio en que se habita, la que se da inclusive a pesar de que la propia toponimia muchas veces nos remite a la vivencia ancestral e histórica del mismo (Chimbacalle, Rumipamba, Mamacuchara, Cochapata, etc.), y por otro, las aspiraciones y preconceptos que se tienen sobre el espacio tanto privado (chalets, suites, lofts, condominios, etc.,), como público (polideportivos, centros comerciales o shoping-plazas, etc.), influenciados y apropiados desde el interés comercial y el de asimilación cultural. Al referirse a la plaza, much@s estudiantes ya ni siquiera tienen la idea de un mercado y casi nunca la de un lugar de encuentro y de expresión ciudadana. Se constata que cada vez se tiene menos esta vivencia del espacio público y en consecuencia se acrecienta la desmemoria al respecto. 

Como mecanismo de motivación hacia las formas ancestrales de pensamiento y vivencia espacial se utilizaron videos como el de Quito milenario (Quitsato) y Las pirámides de Caral (BBC), pero sobre todo la lectura, debate y explicación sobre el texto El arte de concebir el espacio andino, por parte del propio autor Arq. Alfredo Lozano, docente FAU-UCE. 

También con la intención de que l@s estudiantes puedan revivir la experiencia espacial urbana, interactuar en y con el espacio público, y observar el uso y dinámicas ciudadanas en el mismo, se logró implementar al menos uno de los recorridos planteados en el sílabo que tuvo lugar en los alrededores de la basílica del Voto Nacional, del parque barrial Matovelle, del Centro de Arte Contemporáneo (antiguo Hospital Militar), ubicados en el tradicional barrio San Juan del centro de Quito. 

La modalidad utilizada fue la de deriva programática, mediante la cual los estudiantes, divididos en grupos chicos, fueron descubriendo, reflexionando y registrando diferentes elementos del paisaje y dinámicas urbanas, para posteriormente producir colectivamente un relato gráfico de la experiencia. La totalidad de las evaluaciones estudiantiles sobre esta actividad son positivas y coinciden en el potencial que encierra en términos del aprendizaje y disfrute obtenidos. 

¿Para qué y para quién el espacio público? 

La lectura y reflexión sobre el texto Centros y espacios públicos, como oportunidades de BORJA, J. y MUXÍ, Z. (200, p.115), consiguió problematizar el tema del espacio público al plantear que “El desafío urbano es hacer ciudad sobre la ciudad: regenerando, rehabilitando, completando, creando nuevos centros metropolitanos, garantizando la movilidad, accesibilidad y diversidad de los mismos”, y que “El espacio público es un desafío político, urbanístico y cultural referido a toda la ciudad”. Sin embargo, también consiguió mostrar a los estudiantes un abanico de razones y posibilidades a ser consideradas oportunidades para desarrollar proyectos urbanos comprometidos con el mejoramiento de la calidad de vida, la cohesión social y el fortalecimiento de los derechos ciudadanos. 

Una vez comprendida la necesidad y asumido el desafío de producir espacios públicos, se requiere tener claridad en torno a sus potenciales beneficiarios. En este sentido, si bien se considera que el espacio público es accesible para toda la población, en la práctica se observan situaciones de exclusión/privilegio que es necesario evidenciar y corregir. Entre los grupos afectados del acceso libre y seguro al espacio público están los adultos mayores asumidos esta vez, como población destinataria de los anteproyectos de espacio público a escala barrial. 

Dentro del proceso de concepción del espacio público se privilegiaron dos actividades que redundaron en aprendizajes más significativos a decir de los propios estudiantes. En primer lugar, el acercamiento directo a la realidad de los adultos mayores de su barrio, sus necesidades y propuestas y, en segundo lugar, el conocimiento de metodologías de diseño inclusivo y de accesibilidad universal, con las que se puede atender a dichas necesidades socio-espaciales. 

Análisis de sitio 

Entrevistas a adultos mayores

MARÍA TERESA 66 AÑOS 
¿Cuál es el lugar que más le gusta del barrio donde vive y por qué? Le gusta ir al parque porque ahí viven sus amigas y le gusta salir a conversar al césped con ellas, también a veces sale con su nieto menor y su perro para distraer su mente. 
¿Qué situación negativa ha experimentado cuando va al parque o en la calle? 
La contaminación, el mal olor que produce la basura ya que las personas arrinconan en esa esquina la basura hasta que pase el camión recogedor pero no es un tipo de basurero simplemente un espacio público. 

JESÚS AMABLE (72 AÑOS) 
¿Cuál es el lugar que más le gusta del barrio donde vive y por qué?
Ir a ver cómo juegan vóley en las canchas y encontrarse ahí con sus amigos. 
¿Qué situación negativa ha experimentado cuando va al parque o en la calle? 
No cuenta con un mobiliario apropiado para personas de tercera edad ya que solo existen pequeños muros de piedra que sirven como asientos. 

Comentarios y sugerencias estudiantiles sobre experiencia presencial en la ciudad 

La experiencia que se tuvo en el recorrido fue enriquecedora en cuanto a tener otra forma de mirar a la ciudad, no solo el hecho de salir y caminar sino ahora percatarse de los detalles que se encuentran en nuestro alrededor, más aún tener la oportunidad de entrevistar a las personas que son del barrio y conocer sus experiencias y los espacios que suelen concurrir. 

A mi parecer la metodología utilizada es la adecuada para este tipo de recorridos porque el hecho de formar grupos y tener cada uno en sitios ayuda visitar más lugares y hacer un análisis más amplio de la ciudad. 

Ismael Nicolalde 

La experiencia del recorrido fue muy grata y satisfactoria debido a que en lo personal ha sido el primer recorrido urbano en el que participé y al ir con una previa expectativa sobre los Jane’s walk y el entusiasmo fue mayor. En el recorrido aprendí a ser más visual y detallista con todos los elementos que podíamos encontrar en nuestro camino. En ocasiones por la cotidianidad de los días no apreciamos las huellas que las personas dejan a lo largo del tiempo en la calle, viviendas, puertas, ventanas entre otros. 

Una sugerencia para futuros recorridos es que se involucre más a las personas del lugar, tal vez siendo parte del recorrido, porque la historia de ellos sobre su barrio nutriría más aun el recorrido. 

Evelyn Herrera M. 

Los logros de aprendizaje pueden ser medidos y visibles en diferentes momentos de la vida estudiantil y profesional, y no sólo en actividades evaluativas puntuales. De esta manera, resulta más importante desarrollar con los estudiantes algunas metodologías que le permitan comprender las situaciones urbanas siempre cambiantes, enfrentar las problemáticas que se le vayan presentando a nivel urbano y arquitectónico, y podrá trabajar con los recursos disponibles en dicho contexto social, espacial y temporal. 

Por tanto, se vuelve necesario desarrollar una reflexión permanente sobre aspectos metodológicos de la enseñanza-aprendizaje, extraer lecciones aprendidas de su uso y procesos, valorar, mantener y perfeccionar las buenas prácticas, para no conformarnos con dar al estudiante soluciones a los problemas, sino enseñarle a enfrentarlos. 

“Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”. 

Proverbio chino 

Bibliografía 

 Borja, Jordi. La ciudad es el espacio público. En Revolución Urbana y derecho a la ciudad. OLACCHI-MDMQ, Colección Textos Urbanos. Quito, 2011. ISBN: 978-9978-370-15-5 Págs. 321-342. 

 Borja J., y Muxí, Z. Centros y espacios públicos como oportunidades. Artículo en Perfiles latinoamericanos, revista de FLACSO México. Diciembre 2001 https://www.researchgate.net/publication/28140099_Centros_y_espacios_publicos_como_oportunidades 

 Hurtado, Diego, Aso. Peatones de Quito, MDMQ/FAU-UCE, (2015). Manual de diseño de calles activas y caminables. Quito. Xttps://www.academia. edu/35227652/MANUAL_ DE_DISEÑO_DE_CALLES_ ACTIVAS_Y_CAMINABLES ?auto=download 

 Lozano, A. 2020. El arte de concebir el espacio andino. https://editorialfau.wordpress.com/2020/11/22/el-arte-de-concebir-el-espacio-andino/ 

 MIDUVI, Norma Ecuatoriana de la Construcción, Accesibilidad Universal (AU), 2019 https://www.habitatyvivi enda.gob.ec/wp- content/uploads/downlo ads/2019/05/NEC-HS-AU- Accesibilidad- Universal.pdf 

 Pascual González, Aylín y Pena Díaz, Jorge. Espacios abiertos de uso público. Arquitectura y Urbanismo. 2012, vol.33, n.1 [citado 2016-11-15], pp. 25-42 . ISSN 1815-5898 http://scielo.sld.cu/pdf/au/v33n1/au030112.pdf 

 Project for Public Spaces. PPS ¿Qué criterios determinan un buen espacio público? https://www.pps.org/article/que-criterios-determinan-un-buen-espacio-publico 

Videos 

 UTE, 2017, Espacios Públicos y dimensión informal de la vida urbana en Quito https://www.youtube.com/watch?v=sPmjc2rEPrE&t=339s 

 QUITSATU, Quito Milenario https://youtu.be/LNr980eFbX0 

 BBC, 2016. Las pirámides de Caral https://youtu.be/arkKyz6bjBw 

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estudiantes

La delgada línea entre el signo y la función

Por: Ximena Santelices

“Si funciona, es bello”

 Juan Carlos Baumgartner

La eterna discusión entre el signo y la función pragmática en la arquitectura parece reconciliarse y fundirse el uno con el otro en el Hotel Quito. Los rezagos de la arquitectura moderna han dejado la disyuntiva de que la función es más importante que el signo. Pero ¿puede un espacio tan tipológico como lo es un hotel, desligarse del signo? Si a la final un espacio de este nivel puede ser comprendido de mejor manera por el  interlocutor si es que existen símbolos propios del constructo histórico y social que ayuden a interpretar los espacios.

El proceso de comprensión para las personas, tanto en la arquitectura, como en cualquier aspecto, es el mismo. Consiste en la recepción de un mensaje emitido, que posteriormente será abstraído mediante la interpretación de símbolos (o códigos) que identificamos con base en la experiencia personal, contexto cultural, histórico y social por el que estamos presididos. William Morris nos dice que la pragmática forma parte del signo, pues estudia los efectos que tienen los signos sobre sus destinatarios y la utilización que hacen de ellos. (Escobedo, 2011).

Esto parece tan evidente para las personas, sin embargo, hay quienes afirman que la función siempre debe anteceder al signo, como es el caso de Sullivan: “La forma sigue a la función”. Esta frase se convirtió en un mandamiento de la arquitectura moderna, que sugería que se debía dejar de lado el simbolismo en la arquitectura para que esta sea igual en todo el mundo y  unificarla. Por el contrario, Luis Barragán defiende el signo al decir que una puerta no es solo una puerta: 

 “Las puertas significan el paso de una dimensión a otra, y como tal, debe marcar ese paso, es un signo que debe tratarse en su trascendencia y conservar su esencia simbólica” (Bürdek, Bernhard, 1994).

Sería un error de concepto superponer la una a la otra porque los espacios, finalmente, solo cobran sentido cuando alguien los utiliza, y las personas somos profundamente simbólicas. Los seres humanos le damos significado al espacio. Y dialécticamente, el espacio nos condiciona.

Incluso un mural que es la representación más fiel del simbolismo en la arquitectura puede aportar a la función en cuanto a la compresión de un espacio, como es el mural de Jaime Andrade en el salón principal del Hotel Quito. Pues contribuye al mensaje de que este es un espacio primordial. Igualmente la escalera helicoidal que enmarca y jerarquiza el vestíbulo del hotel, espacio que desemboca en el auditorio donde se llevó a cabo la Conferencia Interamericana de Cancilleres para la que fue creada el hotel. Las doce arquerías a doble altura de hormigón armado de los salones principales son una interpretación de las arquerías del centro histórico de Quito. (Docomomo, 2020). Este funciona como un recurso para vincular al individuo con cultura, además de otorgar al espacio mayor iluminación y asoleamiento durante el día, características puramente funcionales. La paraboloide hiperbólica, que es la visera de acceso al hotel, transmite la bonanza económica que atravesaba el país en la década de los 60 sugiriendo el cambio de época y de idiosincrasia que estaba surgiendo. Este pomposo elemento que funciona como recibidor y a la vez como remate del hotel, solo podía dar un mensaje, que la manera de acceder al hotel debía ser igual de pomposa que este, en automóvil directo al hotel. De este espacio se abstrae la idea de que la nueva relación de la ciudad con la arquitectura era mediante el automóvil.

El Hotel Quito fue concebido de esta manera. A partir de símbolos que aportan a la significación de la función. Tomando las palabras de Umberto Eco:

“Es importante no tomar la función y el signo de manera jerárquica, una no es más importante que la otra, es el valor comunicativo, intencional o simbólico que se otorga a cada categoría lo que interesa”. (Eco, 1973)

Teniendo presente eso, se reconoce lo relacionadas que están la función y el signo en la arquitectura, en este caso, en el Hotel Quito. Cada elemento arquitectónico del hotel, además de ser funcional, se concilia con un simbolismo que da cuenta del contexto temporal y cultural que lo preside. Ambos conceptos se conjugan y envían un mensaje más claro en los espacios del hotel, significándolos  desde su época y tradición, permitiendo que el individuo pueda identificarse con el espacio y en consecuencia, comprenderlo mejor.

La arquitectura finalmente sí encuentra un valor intrínseco entre el signo y la función. Es importante interpretar correctamente los signos de nuestra época y cultura para poder combinar ambos y dejar de lado el excesivo apego por la función pura que existe desde la arquitectura moderna.

Bibliografía

Docomomo, C. d. (2020). Hotel Quito Docomomo. En C. d. Docomomo, Hotel Quito Docomomo (pág. 2). CAE.

Eco, U. (1973). La Función y el Signo en la Arquitectura. En U. Eco, La Función y el Signo en la Arquitectura (pág. 10). Lafebre.

Escobedo, M. I. (2011). Semiótica y Arquitectura. En M. I. Escobedo, Lo que al usuario significa (pág. 18). Quivera .

Cosío, Luis Gonzáles. «Semiótica de la Arquitectura Función y Signo.» En Semiótica de la Arquitectura Función y Signo, de Luis Gonzáles Cosío, 15. México: ITESCO, 2001. 

Eco, Umberto. «La función y el signo en la Arquitectura.» De Umberto Eco, 30. s.f. 

Luzuriaga, Mauricio. revista uazuay . 2014. http://revistas.uazuay.edu.ec/html/revistas/DAYA/08/articulo13/uazuay_el_paraboloide_ hiperbolico_de_concreto_armado_en_el_ecuador.html.

Verónica Rosero, Enríque Ferreras. Ciudad compacta, ciudad dispersa. s.f. https://www.researchgate.net/publication/334759110_Ciudad_compacta_ciudad_dispersa _Lenguaje_y_manipulacion_en_la_comunicacion_grafica_arquitectonica_comercial. 

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Alfredo Lozano Castro

Conservación del patrimonio edificado

La asignatura de Conservación del Patrimonio Edificado, orientada a introducir al estudiante en la conceptualización de la cultura y patrimonio en general y del patrimonio edificado en particular; así como, las principales tendencias filosóficas, históricas y teóricas de la conservación patrimonial, principios y criterios de conservación preventiva y conservación integrada del patrimonio para resolver problemas o potenciar actividades arquitectónicas, urbanas y sociales, en los asentamientos humanos con carga y espacios históricos, indudablemente representa una oportunidad para repensar la arquitectura como producto cultural y el enfoque tradicional del patrimonio edificado que pone énfasis en los monumentales complejos arquitectónicos, principalmente religiosos que aparecieron durante el período colonial, invisibilizando el patrimonio arquitectónico andino, producto de la forma de ver y entender el mundo de las naciones originarias que durante milenios se han expresado en el extenso marco geográfico de esta región del subcontinente. 

Desde esta perspectiva, parece oportuno la revisión de los diversos enfoques teóricos e innovadoras técnicas para la conservación y restauración del patrimonio edificado, cuyas primeras preocupaciones por el objeto arquitectónico, han dado paso a la consideración del espacio público y entorno urbano, pasando por la valoración de la arquitectura popular, las manifestaciones tangibles e intangibles de los pueblos, y últimamente el énfasis en el paisaje histórico cultural, lo cual, abre las puertas a la renovación e inclusión del patrimonio cultural andino, pues en los países andinos, existen ciudades (Quito, Cuenca, en Ecuador; Cusco, en Perú; y Tihuanaku, en Bolivia), que han sido declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad; todas ellas herederas de una tradición milenaria, cuya concepción del uso cultural del espacio y del entorno circundante, así como, del trazado de los antiguos centros poblados, construidas muchos siglos antes del arribo español, según preceptos propios de las culturas andinas, han sido soslayados por el enfoque parcelario de los centros históricos. Frente a esta situación, es necesario incluir nuevas interpretaciones del patrimonio cultural y natural, que tengan en consideración el legado cultural de las naciones originarias, y sus múltiples manifestaciones tangibles e intangibles, que dan sentido y fortalecen la identidad de los pueblos renacientes. Además, es necesario la incorporación de nuevas tecnologías de difusión, conservación y recuperación del patrimonio cultural que han tomado auge en estos últimos años. 

La cultura entendida como el universo simbólico creado por el ser humano para poder desarrollar en él su existencia, deviene en la máxima expresión creativa de una comunidad, pueblo o nación, que desde la antigüedad se expresa en la lengua (idioma), un conjunto de costumbres, un sistema organizador de las representaciones contenidas en la conciencia social (mitología, religión y filosofía) un sistema tecnológico; las manifestaciones artísticas y arquitectónicas (hábitat y vivienda), una forma propia de concebir el espacio de acuerdo a sus formas de ver el mundo (episteme), organización social, conocimientos y avances técnicos, en tal o cual período de tiempo, una dieta alimenticia. etc. Los pueblos y naciones, además, se relacionan con un territorio, esto es, con una naturaleza específica, y es justamente esta relación la que interesa precisar en la conceptualización del Patrimonio natural y cultural; borrar parte de su historia y de sus tradiciones culturales puede ocasionar un grave desconcierto respecto de los valores que había creído tan firmes como propios. 

En el ámbito del Patrimonio cultural andino que hemos heredado, desgraciadamente, los estudios que se han realizado sobre sus edificaciones arquitectónicas, templos, pirámides, etc., (presentes en los vestigios arqueológicos); manifestaciones del arte: cerámico, orfebrería, textil, lítica (depositadas en los museos nacionales e internacionales); costumbres y tradiciones (prácticas festivo rituales, y otras), han sido mal interpretadas. Al parecer, no se han captado los grandes principios de su forma de ver y entender el mundo, que los han inspirado, a sus creadores; la mayoría de los estudios están en efecto basados en rígidos enfoques muchas veces encorsetados en abstractos esquemas y modelos de análisis, en los cuales no existe ni siquiera la preocupación de otros posibles procesos de conocimiento que no sean «científicos» en el sentido moderno y, por consecuencia, racionalista, es decir una epistemología ajena a nuestra realidad cultural. El resultado es que gran parte del patrimonio cultural andino, es casi desconocido y está ausente en los pensum de estudios en los distintos niveles educativos. 

En este contexto, es necesario incorporar en la enseñanza de los valores patrimoniales la heredad natural y cultural procedente de las naciones originarias, de manera que proporcionen los fundamentos para propiciar su renacimiento cultural y fortalecimiento de su identidad. Al respecto, surgen algunas interrogantes: ¿Cómo entender el sentido original de nuestra heredad patrimonial?; ¿Cómo despertar en los jóvenes el aprecio por sus valores culturales, individual y colectivamente?; ¿Cómo ampliar la visión del patrimonio cultural, ahora preocupado por lo edificado? ¿Qué podemos incorporar de las nuevas tecnologías para la difusión y recreación del patrimonio arqueológico?. Sin duda, las respuestas a estas interrogantes pasan por la inclusión y reconocimiento del patrimonio cultural nativo desde su propia cosmovisión, pues una educación integral demanda, no sólo la instrucción en un oficio o profesión, sino conocer y amar la cultura del pueblo al que se pertenece, con lo cual se apunta al fortalecimiento de la propia autoestima del individuo y de la sociedad a la que pertenece. 

El empeño en esta tarea, requiere poner especial atención al Patrimonio cultural andino y su recuperación desde su propia forma de ver y entender el mundo, por ello es pertinente incorporar trabajos de investigación en las ciudades patrimoniales ecuatorianas; o tareas sobre propuestas de itinerarios histórico culturales en los centros históricos (caso de Quito); así como, la valoración de los diversos oficios artesanales y sus técnicas para conocer su proceso de elaboración y practicar en la creación de objetos artesanales. Sin duda, en estos tiempos de la era de la información, resultan imprescindibles las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación aplicadas al Patrimonio Cultural, pues permiten la incorporación de nuevos temas como: las Plataformas de nuevas tecnologías aplicadas a la conservación y difusión del Patrimonio; centros de interpretación, museos virtuales; métodos de levantamiento del patrimonio edificado como uso de drones; Patrimonio y Arqueología de la Arquitectura, para la reconstrucción 3D de complejos de edificaciones, entre otros. Todas estas tareas deben organizarse con los estudiantes, a través de trabajos autónomos individuales (lecturas de textos e investigaciones), trabajos autónomos grupales (lecturas de textos e investigaciones), y trabajos grupales prácticos e investigaciones en determinadas temáticas. 

A continuación, se evidencian las tareas que han sido desarrolladas con los estudiantes en el presente curso de la asignatura al calor del nuevo enfoque preocupado de conocer nuestra heredad cultural patrimonial. 

 Trabajo grupal de investigación: Arquitectura Vernácula en la región ecuatorial. 

Fotografías N° 1. Representaciones arquitectónicas tradicionales de la costa, sierra y amazonía ecuatoriana. 
Autores: Andrade Karen; Arteaga Jocelin; Castro Joffre; Ontaneda Lizbeth; Simbaña Erika.

 Trabajo grupal: Uso y aprovechamiento de las nuevas tecnologías en la conservación del patrimonio edificado. 

Fotografía N° 2. Levantamiento con drones y recreación virtual de edificaciones antiguas. 
Autores: Alexander Macanchi; Marcela Aguinda; Luis Sánchez; Dario Hernandez; Angel Pilaguano 
Fotografía N° 3. Oficios artesanales. Textiles de Otavalo. Autor: Joselyn Arteaga 

Conclusión. 

La concepción del Patrimonio Cultural y Natural, en un sentido amplio, es una urgente necesidad, como parte de la formación profesional del futuro arquitecto, si bien, se debe poner énfasis en el patrimonio edificado, considero amerita ampliar su enfoque a la Conservación del Patrimonio Natural y Cultural, acorde con la propia evolución de los enfoques sobre el Patrimonio Cultural, estipulado en los diversos acuerdos, cartas, declaratorias, de los organismos internacionales. La diversidad de culturas y patrimonio cultural es una fuente irremplazable de riqueza espiritual e intelectual para toda la humanidad; dicha diversidad existente en el tiempo y el espacio, demanda el respeto para otras culturas y todos los aspectos de sus sistemas de creencias, pues todas las culturas y sociedades están arraigadas en formas particulares y en medios de expresión tangible e intangible, que constituyen su herencia, y éstos deben respetarse. 

La cultura es un producto de las sociedades humanas siendo muy importante conocer la cultura del pueblo al cual se pertenece pues todas las culturas son valiosas, no hay culturas mejores a otras, solo diferentes entre sí. Una persona educada no es solo aquella que tiene estudios, sino también la que conoce y ama su cultura, que ama sus raíces, porque si una persona no conoce quien es y de dónde viene, anda perdido por el mundo, sin autoestima, dejándose llevar por modas pasajeras sin saber ni siquiera el porqué de aquellas. 

La vivencia del patrimonio a través de la participación en las celebraciones rituales, permiten la recuperación de los valores perennes de las culturas ancestrales, el sentido trascendente del ser humano, la organización comunitaria, base de la convivencia y principios éticos, ayuda a comprender los aspectos fundamentales de la naturaleza humana, individual y colectiva; es como un esquema de reflexión para hablar del ser humano y su heredad cultural, que se expresa en los símbolos y prácticas rituales que pueden dar un aporte muy valioso a la cultura contemporánea, y sobre todo tener consciencia que conservar el patrimonio es nuestra responsabilidad. 

El patrimonio cultural no es producto de la voluntad, de la imposición o de la moda. Es un producto colectivo material e intangible que aflora después de un largo, continuo y sofisticado proceso de decantación en el que, por consenso implícito, sin exclusiones, se reconoce la sociedad y lo tiene como referencia imprescindible de identidad. 

La malla curricular, no sólo debe atender a la instrucción técnica para la práctica de un oficio, sino también enfocar los aspectos de la cultura a la cual se pertenece y los futuros profesionales deben contribuir a resolver sus necesidades. Por ello, el enfoque del Patrimonio cultural además de brindar herramientas para realizar proyectos de intervención patrimonial, debe apuntar a que los estudiantes entiendan y valoren sus raíces culturales (lengua, prácticas festivas vinculadas con los fenómenos astronómicos, saberes ancestrales), y profundo sentido espiritual que ello implica para que se sientan orgullosos de su ser, tengan autoestima e identidad que son insumos claves de la creatividad. En este sentido, debería estar en los semestres intermedios de la carrera para que los estudiantes incorporen estos conocimientos en el ejercicio de sus trabajos prácticos y diseño arquitectónico. 

Referencias bibliográficas. 

Arnold Denise Y. Espejo Elvira (2019). Ciencia de tejer en los Andes: Estructuras y técnicas de faz de urdimbre. ILCA, Instituto de Lengua y Cultura Aymara. La Paz. 

Artesanía Patrimonial. Oficios artesanales ecuatoriano. http://www.flacsoandes.edu.ec 

Lozano Castro Alfredo (2017). Recuperación del Patrimonio Cultural de las Ciudades Andinas desde una Epistemología propia. III Congreso de Conservacion del Patrimonio Cultural, Turismo y Medio Ambiente. UNACH, Riobamba. 

Urbano Henrique, (2000). Patrimonio Artístico Andino. Instituto de Investigación Facultad Turismo Universidad San Martín de Porres, Lima. 

ICOMOS (1987) Carta internacional sobre la salvaguarda de las ciudades históricas. Conocida como Carta de Washington. http://www. http://www.icomos.org/charters/ 

Rotea Rebollo Blanca (2011). La Arqueología de la Arquitectura. LaPa (Laboratorio de Patrimonio), CSIC. Santiago de Compostela. 

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Carlos Hidalgo Zunino

¿Arquitectura Híbrida, cuál, en dónde y para quién?

“La fuerza de un buen proyecto arquitectónico reside en nosotros mismos y en nuestra capacidad de percibir el mundo con sentimiento y razón. Un buen proyecto arquitectónico es sensorial. Un buen proyecto arquitectónico es racional”

Peter Zumthor

El octavo semestre del Taller UNO estudia de manera crítica la arquitectura “Híbrida”, complejizando y buscando un acercamiento hacia los contextos urbanos, sociales y económicos de las ciudades latinoamericanas, sin dejar de lado las referencias y los estudios realizados por investigadores sobre este concepto.

La lectura del texto “ThisisHybrid” describe con claridad características de diseño en la arquitectura híbrida, siendo una guía útil como herramienta para plantear unas condiciones de diseño que pueden ser reinterpretadas en nuestro contexto, estas son variadas como: la yuxtaposición de programas, la diagonal como herramienta de diseño en las secciones, la escala, la sociabilidad y la conformación del espacio público, la sostenibilidad en la arquitectura, etc. Por otro lado, también nos da una lectura de dos modelos de arquitectura que en este caso se relacionan por su condición de buscar alternativas para generar vivienda, pero corresponden a dos momentos históricos diferentes, nos dice: “El condensador social nace, por tanto, del vientre del Estado soviético, mientras el híbrido, es una criatura que sale de la entraña del sistema capitalista. Es el resultado mercantil de una suma de intereses privados y de una resta de condicionantes urbanos. La especulación y la rentabilidad fueron sus progenitores; la ciudad americana, su jardín de infancia. Mientras el condensador era la concreción de una ideología”, con estas reflexiones se logra contextualizar los momentos históricos de estos dos planteamientos arquitectónicos, y también nos dan pie para poder replantear la “arquitectura híbrida“, ubicándonos en el momento contemporáneo latinoamericano, con sus necesidades, su realidad económica y sus potencialidades culturales.

La lectura de “La Nueva Babilonia” busca plantear alternativas a uno u a otro sistema hegemónico al que nos enfrenta “ThisisHybrid”. Busca generar en las y los estudiantes una posición personal, que está ligada a sus procesos creativos relacionados con un momento postmodernista crítico, antisistema en el cual Constant nos propone, desde el arte, el habitar y la utopía, revisar como el ser humano está dominado por el “Homo Faber” dejando de lado al “Homo Lúdens”. Nos dice que:La sociedad utilitarista designa todas las formas conocidas de sociedad, incluidos los estados capitalistas y socialistas modernos. Pone en evidencia una realidad fundamental, que es la misma para todas las formas de vida colectiva, pasadas y presentes: la explotación de la fuerza del trabajo del ser humano. La “utilidad” es el principal criterio que se aplica en la apreciación del hombre y de su actividad. El creador, el Homo lúdens, solo puede hacer valer sus derechos de forma excepcional.” En contraposición está la“sociedad lúdica”, lo plantea como nuevo concepto, y dice que una sociedad liberada de la automatización del trabajo productivo se encuentra por fin en condiciones de desarrollar su creatividad, una sociedad que solo se puede dar sin clases sociales. En el curso estos criterios los hemos pensado como herramientas para acercarnos a los procesos de diseño de manera personal, reflexionando sobre los momentos en el diseño y el valor de la creatividad para proponer la espacialidad, y, por otro lado, aterrizando nuestras ideas a las complejidades sociales y económicas en la producción de la vivienda en el contexto latinoamericano. Buscando de esta manera que el juego y nuestro “Homo Lúdens” esté presente en los diseños arquitectónicos híbridos como propuesta para trabajar la complejidad programática y la sociabilidad en el planteamiento de los espacios públicos, comunes y privados, con una premisa relacional, manejo espacial y formal del “ver y ser visto”.

Por último, en las lecturas de “El Habitar y la Cultura”, texto de Angela Giglia, el cual nos ha dado la posibilidad de reflexionar sobre las maneras de habitar y los territorios donde lo hacemos. Planteándonos conceptos como el Orden cultural o el habitus espacial, la cultura urbana y el lugar, entendidos desde la domesticidad y el género. Lo que en palabras de Giglia“…constituyen todos juntos una suerte de constelación con respecto a la cual ubicar el quehacer de la antropología en su trabajo para entender la relación con el espacio”. Desde esta perspectiva en el curso hemos reflexionado sobre las dinámicas urbanas y espaciales del lugar donde vamos a trabajar, pensando en las relaciones socio espaciales que se dan en el sur de la ciudad de Quito y en el Plan Urbano Ciudad Quitumbe.

Extraer conceptos de las lecturas

Buscando aportar en la redefinición acerca de, ¿Qué es la Arquitectura Híbrida?, para un contexto latinoamericano, de una manera creativa. Los ejercicios de lectura tenían como objetivo extraer los conceptos de estas tres lecturas y enfrentarlos a manera de esquemas y diagramas. Las intenciones estaban en complejizar y territorializar las definiciones disciplinares de lo “híbrido” para aprovechar sus aportes en el diseño de una arquitectura necesaria, compleja y diversa en las realidades latinoamericanas. Con base en la teoría estudiada, a través de un proceso creativo-reflexivo, las y los estudiantes han planteado proyectos fundamentados basados en los conceptos teórico-prácticos. Haciendo un énfasis en el espacio público, la sociabilidad y el ser humano, desarrollando una arquitectura integral en base al contexto social, espacial, cultural y económico.

Localizamos nuestro lugar de trabajo en el Plan Ciudad Quitumbe (1991) al sur de Quito, usando también sus propuestas como una guía para el planteamiento urbano arquitectónico del proyecto.

Estudio de la ciudad y del lugar

Proyectos de diseño arquitectónico

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